Ricardo Delgado: "Si se dolarizara solo el circulante, los depósitos se pagarían con bonos"

Ricardo Delgado sostuvo que el plan económico del Gobierno y en especial algunas expresiones generan mucha incertidumbre. “En este momento, el Gobierno tiene que tener una responsabilidad máxima, porque la situación económica, financiera y social es muy frágil”, analizó el director de la consultora Analytica en  Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Ricardo Delgado es economista, director de la consultora Analytica, fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial, del programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, y autor de numerosas publicaciones académicas y artículos periodísticos. 

Hoy aparece esta discusión entre la ex vicepresidenta y el ministro de economía para Cristina Kirchner es más importante el déficit comercial  y para el ministro de economía es más importante el déficit fiscal ¿Cuál es su opinión al respecto?

Ambos están absolutamente interrelacionados. Un país que tiene déficit fiscal y déficit comercial es un país que no tiene los suficientes dólares como para operar y además provoca inflación para poder financiar al propio fisco, son caras de una misma moneda. 

En estos momentos la economía está en un proceso de ajuste muy drástico de la economía fiscal. En enero el Estado tuvo superávit primario y superávit financiero, es decir que, después de pagar interés, quedó dinero. Esto absorbió pesos del mercado y ayudó a estabilizar los dólares financieros y el dólar blue. Por otro lado está en un proceso de corrección de precios en la economía que es muy significativo, las tasas de inflación de diciembre y la que conoceremos esta tarde de enero son las más altas desde 1990. 

Este proceso de corrección macroeconómica está basado en la necesidad de contener importaciones. Hay una necesidad de contener caja en el Banco Central, pero si uno además contiene importaciones, lo que se produce es una fuerte caída de la actividad económica. Algo que también se está verificando los niveles de consumo y de producción.

Podríamos decir que tanto la vicepresidenta como el ministro de economía tienen parte de razón 

Podríamos decir eso y creo que es algo que forma parte de algunas discusiones que, por suerte, en otros países del mundo no se dan y tienen que ver con el debate de si el déficit genera o no inflación, o de si el déficit comercial es bueno o malo, pero todo depende de un activo intangible que la economía es fundamental y es la confianza. 

Si se recrea confianza lo que se va a hacer es que se demande más pesos o más moneda local y eso va a ayudar a la cuestión fiscal y a que no haya tanta necesidad de un ajuste draconiano sobre las cuentas públicas. 

Por otro lado, si uno tiene déficit comercial, básicamente se importa más de lo que exporta, uno no puede tener financiamiento en dólares. Por lo tanto, la necesidad de tener superávit en ambos espacios es totalmente necesaria.

¿Cuál es su opinión sobre la idea de que Milei está encaminando la economía Argentina hacia una dolarización?

Lo que estamos viendo ahora es un proceso de licuación de los activos en pesos, de los depósitos, las cajas de ahorro y las cuentas corrientes. Pero todavía, si uno quisiera reemplazar todos los pesos de la economía, incluyendo los depósitos de los bancos, que son la contracara de las famosas Lelic, que también están cayendo en estos momentos, el tipo de cambio para absorberlos tendría que tener un aumento muy significativo porque no hay dólares para oficiales. Además, hay que tener claro que para tener este proceso de acumulación de dólares, tal como se está viendo en estos primeros días de gestión, hay que frenar brutalmente las importaciones, es decir, generar una recesión en el mercado interno que permita evitar que se importe. Esto genera desempleo y es el otro aspecto que hay que tener en claro: hasta dónde la sociedad puede tolerar tener una caída brutal en el ingreso de las familias, combinado con una pérdida del empleo. Hoy el empleo se sostiene pero ya hay sectores como la construcción que están en una situación muy compleja. Si esto se sigue sosteniendo en el tiempo, la necesidad de poder contar con algún tipo de amortiguador social va a ser muy grande.

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El presidente dijo que ya había juntado 7 mil millones de dólares y se refería solamente al circulante ¿Cree que lo dice a propósito, teniendo en cuenta la necesidad de dolarizar también los depósitos?

Efectivamente si el presidente solamente tiene en cuenta al circulante va a dejar afuera todos los depósitos nuestros y de las empresas argentinas. Eso implica un nuevo Bono para entregar a los tenedores de esos depósitos para que luego se puedan negociar en dólares en el mercado tal como pasó en los años 90. 

Hay que ser cautos y algunas expresiones que en materia económica generan mucha incertidumbre. En este momento el Gobierno tiene que tener una responsabilidad máxima porque la situación económica, financiera y social es muy frágil.

¿Cuál es su pálpito para esta situación?

Estamos en un momento en el cual se están debatiendo visiones muy contrapuestas en materia económica. El Gobierno tiene una visión muy extrema en cuanto a su forma de reorganizar la macroeconomía Argentina. El modelo tiene la necesidad de contar con amortiguadores desde el punto de vista social porque la situación es compleja y esos amortiguadores hay que financiarlos y pagarlos con pesos. 

Desde el punto de vista filosófico de la política económica, es un gobierno que tiene la cuestión de la voluntad como una especie de dogma, “`porque nosotros queremos hacerlo, lo vamos a hacer”, y muchas veces en la democracia hay una necesidad de construir diálogo y consenso. 

Es muy difícil hacer una política económica que sea sostenible desde lo fiscal y desde lo comercial sin ese tipo de acuerdos mínimos y esas legislaciones que marcan las reglas del juego. Lo primero que logró Carlos Menem en el congreso fueron dos leyes fundamentales que después utilizó durante toda su gestión. Una fue la ley de emergencia económica que fue muy importante desde todo punto de vista y la otra fue la ley de reforma del estado. 

Esas dos leyes fueron las que le dieron el soporte necesario para que las políticas económicas posteriores durante el primer año de su gobierno que fue muy complejo, con reducción de gasto e hiperinflación, y que desencadenó en la convertibilidad que le dio estabilidad al año siguiente, más allá del juicio de valor que uno puede tener sobre lo que implicó esa etapa. 

Bajar la inflación requiere de ese tipo de normas estables que le generen a los privados las condiciones para poder generar empleo y actividad económica.

¿Cree que una nueva devaluación en marzo o en abril puede contribuir a este proceso de dolarización? 

Una devaluación se traslada automáticamente a los precios. Si eso pasara, sería volver a repetir el error de devaluar sin un programa. Lo que todavía está faltando es tener un programa orgánico, está clara la intención de hacia dónde va el Gobierno, pero solamente con superávit fiscal no vamos a corregir los problemas estructurales de la Argentina. 

Siguen faltando estos instrumentos legales normativos regulatorios que le permitan avanzar al Gobierno en un camino que va a ser muy complejo porque, volviendo a la comparación con el menemismo, en ese momento había caído el muro de Berlín, Argentina era un país muy atractivo para invertir porque tenía activos para vender y hoy esas condiciones no están dadas. 

No hay capacidad de financiamiento o condiciones por las cuales uno pueda creer que Argentina puede ser un foco de donde el radar de las inversiones internacionales pueda recalar, más allá de algunas empresas puntuales. Hay que pensar esto en términos más dinámicos. A mi juicio, la economía se tiene que ver como una película, no por cuadros o por escenas. A esta gestión económica le está faltando toda esa visión de película que es la que hace que los que toman decisiones de inversión generen ese animals spirit que provoca actividad económica, emprendimientos y empleo.

ADP FM