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MODO FONTEVECCHIA
Crisis en el oficio

Romina Manguel: “La desunión hace que sea más fácil atacar a periodistas”

"Creo que la honestidad intelectual está en salir a defender, aún a ese que te cae mal y que te resulta más difícil", sostuvo la periodista al referirse a los ataques del Gobierno contra el periodismo.

Romina Manguel
Romina Manguel | Web

"Todo lo que está pasando, está pasando porque permitimos que pase”, dice Romina Manguel. En Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) reflexionó sobre la fragmentación del periodismo, la falta de solidaridad entre colegas y los desafíos que imponen la precarización y la tecnología: “Estamos tan rotos, tan peleados, tan quebrados, tan precarizados que frente a esto el ataque a los periodistas es mucho más fácil hoy”.

Romina Manguel es periodista y licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad del Salvador. Fue productora ejecutiva de programas radiales, luego columnista de temas judiciales en FM y AM, redactora de política en la revista Veintiuno durante seis años, e integró el equipo de investigación de Jorge Lanata en el diario Perfil. En televisión formó parte de Periodismo para Todos y Animales Sueltos. Actualmente conduce su programa radial No dejes para mañana en Radio Con Vos.

El periodismo es un actor. Porque tenemos una denuncia para que no se difundan audios. Tenemos periodistas que parecen voceros del gobierno y del propio presidente. O sea, tenemos una situación especial del periodismo. Así que hablar de periodismo en estos días con vos es muy interesante. Contame tu visión: ¿cómo ves a nuestra profesión?

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Todo lo que está pasando, está pasando un poco porque permitimos que pase. No hay asociaciones o periodistas referentes que puedan poner un límite y decir: “No se metan con el resto”. Que sí sucedía durante la época más dura del kirchnerismo, cuando perseguía periodistas, y estaba “Periodistas” conformado desde Lanata hasta Verbitsky. Y había algo, digamos, en ese colectivo de periodistas referentes que hacía que respondiesen por el ataque al periodismo. Hoy estamos tan rotos, tan precarizados, tan peleados, tan quebrados, con tantas internas entre nosotros, que no son muy distintas a las internas del gobierno o de cualquier espacio político, que es más fácil entrarnos. Yo creo de verdad en lo de “la unión hace la fuerza” y la desunión nos debilita. Entonces, frente a esto, el ataque a los periodistas es mucho más fácil hoy. Entiendo todos los términos que vos estás planteando de un escenario, pero cuando salen a putear o a hablar mal de un colega, ¿vos ves a todo un colectivo de periodistas repudiándolo, o solamente a los colegas que bancan a ese periodista? Bueno, siempre es más fácil bancar a la persona que te cae mejor. Creo que la honestidad intelectual está en salir a defender, aún a ese que te cae mal y que te resulta más difícil. Digo que nosotros nos servimos en bandeja un poco para lo que está pasando.

Vos misma sufriste el no-apoyo en determinadas circunstancias de tus propios colegas, y los más cercanos. No sé si lo querés compartir con nuestra audiencia. ¿Cómo fue? ¿Cómo te sentiste?

Lo que pasa es que yo tengo una posición en la radio que tiene que ver con que soy parte también de un pueblo y de un colectivo, que es el pueblo judío. Y que desde el 7 de octubre yo siento que hay que salir a ponerle la voz. Bueno, de hecho tengo mi chai y mi Maguén David, y lo uso, y tengo una posición muy clara respecto de la existencia del Estado de Israel y de la necesidad de Israel de defenderse, además como lugar de refugio de un pueblo judío sumamente perseguido. Esa no es la línea que comparten los colegas en la radio. Algunos de los colegas lo plantearon de una manera más hostil, otros de una manera menos hostil. Pero te diría que, cuando vino un ataque presidencial o de ciertos sectores del gobierno, sí tuvieron una actitud más corporativa, en el mejor de los sentidos. Cuando fueron los 10 años de la radio, iban presentando los distintos conductores, y cuando subí me chiflaron. Y yo dije: “Qué sola estoy acá? Y después pensé: Miren, yo realmente me siento parte de un pueblo perseguido y no me van a asustar cuatro troskos. Pero bueno. Sí me hubiese gustado otro apoyo. Pero tampoco me parece que uno puede andar reclamando apoyos. No sé cómo se dirime. Porque ellos me podrían decir: “Bueno, esta es tu batalla, no la nuestra”. A lo que yo respondería: “Lo entiendo”. Estoy convencida de que el radicalismo islámico y el terrorismo van por los valores del mundo occidental, no solamente por mí. Si bien siempre, quienes van a estar cerca de los gobiernos, de quienes gobiernan, van a tener más beneficios que quienes están lejos o cuestionan. Extraño mucho a Lanata.

¿Qué haría Lanata hoy?

Es una gran pregunta que nos hacemos todos los amigos de Lanata, las hijas, todos los que trabajamos con él, era tan disruptivo y tan genuinamente revolucionario que creo que cualquier cosa que dijésemos nos vamos a equivocar, sorprendería con algo, no sé con qué. Lo que pasa es que ahora nadie puede sorprender con nada. De verdad que no se me ocurre cómo hubiese respondido siempre porque supongo que sería algo completamente disruptivo, que ninguno de los dos, aunque estemos diez horas acá charlando no se nos va a ocurrir porque era genial.

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Pero claramente lo que plantearía no es simplemente cubrir los hechos, sino crearía algún evento que generase en sí mismo una noticia. No cubrir las noticias con la mirada de cada uno, sino generar una noticia, un evento que termine siendo un catalizador. Yo supongo que este tema de la prohibición de la difusión de los audios, no sé cómo puede evolucionar, pero evidentemente puede ser un elemento disparador. Menem que cuando tenía un problema, creaba otro problema para tapar el problema anterior y llevar a la opinión pública hacia algo nuevo. Aquí, por el contrario, están reforzando el foco en el tema de Karina Milei y las denuncias de corrupción sobre Karina Milei. Pienso que ahí hay un punto que está demostrando algo más, por parte del gobierno, que es también impericia.

Sí, torpeza, a menos que sean unos genios sofisticados de la comunicación, pensando horriblemente mal, y que efectivamente este tema de los audios, que no dicen nada, busque tapar los audios que sí dicen un montón de cosas.

Supuestamente la prohibición es para que la lógica sería esos audios que sí dicen cosas. Porque decir que ella trabaja de las nueve de la mañana a las once de la noche es algo elogioso.

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Todo indica que es lo contrario. Si vos querés prohibir algo, es porque suponés que eso te puede llegar a afectar, que debe haber algo ahí como contaba Mardones de la bomba que le faltaba el detonador. O sea, es un mensaje. Te pongo un audio positivo para decirte: "Tengo 50 horas de audio". Y el solo hecho de ir a buscar la prohibición... hace un ratito: entrevistamos a Maqueda, él creía que la apelación al amparo del juez va a ser exitosa y rápidamente, si los audios existen, yo creo que van a salir.

El problema es que no están en un contexto de un trabajo periodístico donde vos lo podés indagar con todo el rigor. Van a ir saliendo sueltos. Cuando vos empezás diciendo "Bueno, un juez… ¿cómo puede un juez que es profesor de Derecho Constitucional hacer semejante barrabasada?" Porque no tiene una explicación. Entonces empezás a buscar y ves que tiene nueve denuncias en el Consejo de la Magistratura, cinco bastante avanzadas. Que esas denuncias que tiene en el Consejo son por disciplina, no acusación. O sea, que no pesa sobre él un riesgo de juicio político, sino que le van a decir que mal te portaste. Pero, además, ese juez está primero en dos concursos para ser camarista. Eventualmente, después de la entrevista con el Consejo de la Magistratura, debería pasar al Ejecutivo, y elegir de la terna a uno de los tres para ir al Senado. ¿Quién lo elige? Entonces digo: "Uy, qué complicado todo. Yo puedo pensar que es bruto. Puedo pensar que un profesor de Derecho Constitucional no sabe que hay una máxima: la defensa no es al periodista, sino a las fuentes del periodista; y que lo que hizo no se hace". Podría pensar eso. Entonces me tiendo a preguntarme: ¿por qué lo hizo? Y la respuesta está... o sea, para mí la respuesta está: ¿por qué lo hizo? Porque la persona para la que vos estás evitando que se filtren los audios es la que, en última instancia, va a decidir si vas a acceder o no a un puesto de juez de cámara.

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Ahora, volviendo al punto de el periodismo como protagonista, una de las cosas que vos hablabas es “estamos rotos”. Me gustaría compartir con la audiencia qué significa esa rotura. Hoy nos encontramos que muchos medios de comunicación, o se han transformado, han sido comprados como medios para otros fines, o aparecen productos raros, como Carnaval, por ejemplo. Entonces, claro, la aparición de un medio de comunicación de la nada y al mismo tiempo sin una trayectoria, hace sospechar de cuestiones. Mientras un medio de comunicación que tiene legacy, como le llaman los norteamericanos, tiene una historia que vos podés seguirle, un recorrido, podés saber desde dónde habla quien habla. Otro de los problemas de la rotura es la rotura económica. O sea, los medios se han empobrecido. Aparecen continuamente medios nuevos que compiten por el mismo tiempo y espacio que tiene la gente para consumir medios, que no tienen las prácticas, no tienen ni siquiera la trayectoria, ni siquiera sabemos quiénes son de verdad.

Bueno, pero en esto que vos estás diciendo, es como hasta si uno lo pone en términos de imagen, uno le cuesta pensar un juez, como el aspirante a camarista, haciendo un allanamiento a Perfil o a Clarín o a La Nación. Creo que ahí también parte la vulnerabilidad. Pero en esto que vos decís es: bueno, no es entrar a Perfil, no es entrar a Clarín, es entrarle a un streaming que no es serio, digamos. De este financiamiento dudoso. Igual estás hablando de un periodista, la protección de las fuentes de ese periodista, y algo de lo que no se puede hacer. Pero resulta más fácil y más chiquito. Entonces, bueno, cada uno no tiene un costo. Ahora, ¿qué pasa si empiezan por ahí?

Hay que poner el cuerpo por quien sea. Y si no me equivoco, creo que Rial no pudo dar los audios, porque los anunció que los iba a dar y ese día se enfermó. Entonces salieron en Carnaval. O sea, ahí hubo algo, un periodo de un día en el cual evidentemente no pudo darlos en el medio más profesional en el que él trabaja. En los años 90, los medios de comunicación, en líneas generales, eran de organizaciones que hacían medios de comunicación hacía mucho tiempo. O sea, hay una trazabilidad. A partir de la crisis del 2001–2002, y luego las distintas crisis de empobrecimiento de la Argentina, los medios fueron comprados por personas que los utilizaban para otros fines.

Sí. Y esto vos, creo que Jorge, lo sabés mejor que nadie. La estructura. Porque uno habla de financiamiento, de plata, de crisis, de la precarización, de que todos necesitamos más de un laburo. Ahora, de lo que se habla poco es del impacto que eso tiene en el contenido, o en el periodismo que estamos haciendo. Vos recién decías: Jorge Rial y unos audios. Y Jorge Rial tiene muchísima experiencia y lo sabrá manejar. Pero vos pensás que hoy no tenés una estructura donde hay un grupo de periodistas, donde hay un editor, donde hay un director que pueden evaluar la manera en la que se va a comunicar eso. Recuerdo las épocas de Veintituno. Y yo me acuerdo que de chica, traía una nota que podía tener cierta sensibilidad y había una reunión de todos. Yo quería publicar todo. Y me decían: “Esto no". Y me explicaban por qué no. La inmediatez y la precariedad con la que se trabaja hace que cometamos errores muy groseros. Porque no tenés ni un editor, pero no un editor para que le dé forma, sino un editor para que piense con vos y diga: “Eso no. Eso no es periodístico. No es de interés general. Esto tiene que ver con la vida privada, ¿para qué nos vamos a meter con un político puteando a otro, si eso no constituye ningún tipo de información.. Esto sí. Esto no.” Porque uno se entusiasma. Esto también hay que contarlo. El que no conoce la cocina periodística, nos agarra un entusiasmo y unas ganas de contar. Bueno, no es todo. No es de cualquier manera. Y me acuerdo del otro diciendo: “Primero hagamos una nota por acá.” O Ernesto diciendo: “Che, esto no está para dar.” No es que “¡Esto es tapa!” No era así. Hoy cada uno siente con el teléfono: “Esto es tapa”, “Esto es nota”.

Contame de vos, de esa chica que quería poner una nota en Veintituno y ahora es una periodista reconocida ¿imaginabas hace 20 años esto?

Lo quería mucho. Y supongo que cuando uno se imagina algo también le pone mucho, mucho deseo. Igual no creo que solamente tenga que ver con eso y con esfuerzo, porque tengo un montón de colegas que se han esforzado y que son súper talentosos y que no han tenido espacios. Mi abuela decía “era o don o suerte”. Y a veces se tienen que combinar las dos. Podés tener cierto talento, pero también hay una dosis de suerte. Y también yo fui muy, muy privilegiada en esta época, en esta vieja época de la que vos hablás, donde también había periodistas con más tiempo para formarte. Y yo trabajaba con Daniel Hadad. Empecé a trabajar a los 16 sirviéndole café y Daniel fue supergeneroso conmigo. Él se sentaba un poco a contarme la radio que hacía y me abría las puertas de esa radio que hacía. Y hoy no tenés tiempo. Ni qué decirte Lanata. Mirá, sé que hoy polémico, pero Ari Paluch a mí me enseñó el tono de la FM, y realmente en ese momento tenían ganas de enseñar. Hoy, si uno se lo propusiese no tenés tiempo. La gente que trabaja pasa 15 minutos, tienen otros trabajos. a mí por ahí me encantaría, y a un montón de colegas también. Pero yo fui superprivilegiada: o sea, yo terminaba de trabajar y me quedaba con ellos, y me quedaba hablando, y me leían las notas, y me la rompían 20 veces hasta que la nota quedaba. Ahora sale lo que sale. Yo leo notas y digo: “Le falta completar la oración a la nota”. O sea, completar.

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Trato de hacer una síntesis, lo que cambió es el tiempo disponible. El tiempo marca nuestra profesión. O sea, vos fijate: los géneros son diario, semanario, mensuario, programas de televisión, diario, semanal... El tiempo construye nuestras especialidades, la relación con la audiencia. Y lo que cambió es el tiempo. Vivimos en un tiempo permanente, o sea, internet nos colocó en que no hay un periodo.

Yo no quiero meterme porque después dicen que tengo problemas con las nuevas generaciones y que soy una vieja amargada y no sé qué. Pero la verdad es que la pasión que teníamos por el periodismo... por ahí también es una autocrítica que hay que hacer: se vieron tantas cosas horribles, también hicimos tantas cosas horribles dentro del periodismo, que por ahí lo miran y dicen: “No, no es dogma lo que dice la tapa de un diario”. Antes alcanzaba, con decir “salió acá o salió allá”, eso ya te validaba. Hoy ya no: “esto es una operación de tal o de cual”. Yo no sé cuán desprestigiados estamos o cuánto más prestigiados estamos en relación a jueces, a políticos... y por ahí eso les hizo perder la pasión. Yo no veo gente apasionada por el periodismo. El otro día estaba en la cama, ya me puse el pijama, estaban las chicas, lo saqué a la perra, tarde, me metí en la cama y me empiezan a pasar data. Yo el programa lo tengo al otro día a las 6 de la tarde, el programa de radio. O sea, ya tendrías todo el tiempo del día siguiente, no pasaba nada si yo no activaba. Pero yo me tuve que levantar, y me fui. Y me fui a buscar una noticia que me la iban a ganar o no. Y esto que decís del tiempo: tomar un café. Los pibes o las pibas, no sé, "whatsapean" y está bien, y buscan notas. Como yo te diga: “Jorge, ¿qué data tenés de tal cosa?”. Nunca va a ser lo mismo que tomarnos un café largo, que almorzar, que charlar, que conocernos. Invertimos todo el tiempo, mucho tiempo en la fuente. Yo me acuerdo un viejo juez de la Corte, ya fallecido. Yo no tomo whisky. Y yo me iba a la tarde a tomar whisky con él y a escuchar historias de caza. Y a mí me daba mucha impresión. Y yo decía : “¿Por qué estoy acá sentada en un sillón capitoné de cuero tomando whisky que no tomo, escuchando historias de caza que no me interesan?”. Y porque un día me llamó y me dijo: “¿Querés saber cómo van a ser los votos de la ley de medidas?”. Pero no es que me llamó porque encontró el teléfono en un WhatsApp, es porque yo venía de haber construido una relación de fuentes.

Para compartirlo con la audiencia. O sea, vos tenías hace 25 años, podemos decir hace 17 años, no había teléfonos inteligentes. Claro. Por lo tanto, los teléfonos se usaban solamente para llamar por teléfono, o aquellos que tenían un teléfono con un tecladito para mandar SMS: era lo máximo que se podía hacer. Más o menos la gente consume 4 o 5 horas por día de información, de entretenimiento, de cultura. Y después trabaja 8 horas, duerme 8 horas y tiene una vida personal. Entonces, hay un tiempo que la gente tiene. Yo hablo de la idea del periodo. Y hace 25 años solamente había prensa escrita, radial y televisiva. Y vos empezás a agregar el color de la web, luego las redes sociales... bueno, la cantidad de oferta que hay es muchísimo mayor, y la demanda es la misma, porque la demanda es tiempo, el tiempo de la audiencia. Entonces, esa fragmentación de la oferta lo que hizo es una explicación económica muy clara: obviamente, cuando vos fragmentás la oferta todos los medios tienen menos recursos porque, finalmente, tienen menos tiempo. Entonces, finalmente hay un proceso de empobrecimiento por una extrema fragmentación. Hoy ya se está hablando, por ejemplo, de que los buscadores van a perder todo su peso dentro de 3 o 4 años porque la inteligencia artificial ya va a superar a los buscadores. A vos te pasará que hacés una pregunta: “mejores restaurantes”. Antes te aparecían los links de distintos diarios, revistas, que hacían notas sobre cuál era el mejor restaurant. Hoy la inteligencia artificial directamente te resume en el primer scroll todos esos medios, en los que ya no necesitás entrar. El 70% del tráfico de los medios de internet viene derivado de las búsquedas. Supuestamente, dentro de 3 años no va a haber más búsquedas. Sea la tecnología que sea, yo creo que la sociedad va siempre a necesitar gente que explique esto: qué pasa, qué significa.