Aunque nadie en el Gobierno lo exhiba como un logro, el gasto público bajó en abril un 14,5% en relación con el mismo mes del año pasado en términos reales, descontando el efecto de la inflación. En el primer cuatrimestre, la baja en las erogaciones del estado supera el 7,6% contra igual período de 2022.
Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, los principales rubros en los que hubo recortes fueron los subsidios a la energía, con un 29%, como contrapartida del aumento que ya empezó a llegar en las facturas de la electricidad, pero también hubo reducción del gasto social.
En términos reales, en abril se redujo el gasto en asignaciones familiares un 30%, en el plan Potenciar Trabajo un 12%, en la becas Progresar un 38% e incluso en jubilaciones y pensiones un 6%. Durante el primer cuatrimestre, la partida destinada a la AUH se redujo un 12% con respecto al año pasado.
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Un dato llamativo sobre este punto lo aportó la consultora Analytica: el gasto público está ubicándose un 2% por debajo del promedio del período 2016-2019, el gobierno de Mauricio Macri.
En uno de sus informes, se destacó el "cambio de dinámica" del gasto implementado desde agosto del año pasado, con la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía. Ese cambio tuvo su foco en la reducción de los subsidios, uno de los pedidos centrales del FMI.
No obstante esa prudencia fiscal, la meta fijada con el Fondo para el déficit fiscal no pudo ser cumplida. El motivo no vino por el lado del gasto sino de los ingresos: la sequía redujo la recaudación por diversas vías, en especial por las retenciones a la exportación.
MVB JL