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MODO FONTEVECCHIA
Amenaza militar

Tensión en el Caribe: “Si cae Maduro, podría caer el régimen de Cuba”

El analista político Claudio Fantini sostuvo que Donald Trump "ha ido demasiado lejos" como para retroceder sin resultados sobre Venezuela y analizó el efecto que podría generar en Cuba una eventual caída del régimen de Nicolás Maduro.

Claudio Fantini
Claudio Fantini | CEDOC

En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), Claudio Fantini declaró que el despliegue militar estadounidense en el Caribe compromete a Donald Trump a no "salir con las manos vacías", lo que "hace que sea imposible descartar una acción militar" en Venezuela. A su vez, advirtió que la caída del régimen de Nicolás Maduro podría provocar el colapso del gobierno cubano.

Claudio Fantini es politólogo, periodista y profesor, mentor de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Siglo XXI, licenciado en Ciencia Política de la Universidad Católica Argentina. Es especialista en análisis internacional y columnista de la revista Noticias.

Maduro confirmó una conversación “cordial” con Trump en medio de la presión militar

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Estamos en una situación bisagra, que es la intervención militar en Sudamérica por parte de los Estados Unidos. ¿La considera posible Si la considera posible, ¿qué modificaría eso respecto del paradigma en la geopolítica de la región?

Creo que no se puede descartar porque Donald Trump ha ido demasiado lejos en esta apuesta. Si esto no se resuelve con una caída de Nicolás Maduro, Trump queda debilitado. Hubo una llamada que él le hizo al jefe del régimen venezolano. De esa llamada, Trump solo dijo que el resultado no era ni positivo ni negativo, y Maduro no dijo absolutamente nada. ¿Qué puede deducirse de eso tan poquito que dijo Trump y del silencio de Maduro? Que Trump, por lo menos a modo de hipótesis, le avisó a Maduro que tiene poco tiempo, que no tiene los dos años que tendría Maduro y que le hizo llegar a la Casa Blanca como propuesta, sino que tiene que irse en las cercanías del tiempo, en cuestión de días o de semanas.

A eso, Maduro habría respondido: “Bueno, yo me voy, pero el establishment militar queda, la nomenclatura militar queda”. Yo a eso le llamo la salida orteguiana porque fue la vía intermedia que encontró Daniel Ortega cuando perdió la elección con Violeta Barrios de Chamorro. El FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) no estaba preparado para una derrota de ningún modo y, cuando se la encontró, entró en crisis interna y crujió esa guerrilla convertida en movimiento político que llevaba una década gobernando en términos revolucionarios.

¿Cuál fue la salida intermedia que yo creo que propició desde la vicepresidencia Sergio Ramírez, ese gran escritor que hoy es un exiliado y un disidente de Ortega? Fue que Ortega le entregaba efectivamente la presidencia y el gobierno a la ganadora de la elección, Violeta Chamorro, pero su hermano, el general Humberto Ortega, seguía al frente del Ejército. El Ejército seguía llamándose Ejército Popular Sandinista y el control militar quedaba en manos de los sandinistas.

Acá me da la impresión de que Maduro intentó algo similar y también ampliando el salvoconducto que a él y su familia le está dando Trump a otros poderosos del régimen, como Diosdado Cabello, el general Vladimir Padrino López, que es quien quedaría al frente del poder, y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez. Esa es la cúpula de la nomenclatura en el régimen venezolano. Trump no supo responder a esa contrapropuesta. Por eso, a la hora de contestar cómo había sido la conversación, dijo: “Tuvo un resultado ni positivo ni negativo”. Por un lado era positivo que Maduro aceptara dar un paso al costado y entregarle el poder a quien lo venció en las urnas el año pasado.

Por otro lado estaba ese costado negativo que extrañamente toma por sorpresa al presidente norteamericano, que era que la nomenclatura sigue, y hay una parte del poder que nunca se va a entregar. El despliegue naval gigantesco y a los más de 80 muertos que ya generó ese dispositivo militar en el Caribe atacando lanchas presuntamente narcotraficantes, pero no comprobadamente, genera un compromiso tan grande para el presidente norteamericano que de este atolladero no puede salir con las manos vacías, y eso hace que sea imposible descartar una acción militar.

En esa hipótesis, ¿usted se imagina algo similar a lo de Nicaragua, que sería el objetivo de un repliegue táctico para volver cuando Trump ya no esté en el poder dentro de dos años, por ejemplo?

Le llevó mucho a Ortega, mucho más de lo que calculaba. Hubo una seguidilla de gobiernos de centro del Partido Liberal, como el presidente Enrique Bolaños, entre ellos Arnoldo Alemán, que fue con quien Ortega logró negociar su recuperación del poder. Alemán fue un presidente muy manchado de corrupción que iba encaminado al banquillo de los acusados ni bien dejara la presidencia. Entonces, Ortega encontró la puerta para volver al poder y ahí sí ya cerró con llave todas las posibilidades a una verdadera democracia, pero cuando salió del poder verdaderamente lo entregó porque a las siguientes tres elecciones no las ganó el sandinismo.

La preferencia del Pentágono no es una intervención militar en tierra. La preferencia es encontrar las grietas en el régimen que permitan una confabulación interna, una conspiración interna que haga caer a Nicolás Maduro y su régimen. Eso implica que va a haber parte de este régimen que va a estar indultado, amnistiado o beneficiado de algún modo. Si no, no lo van a traicionar a Maduro.

En eso debe estar trabajando la CIA por estos días, para que haya un golpe interno o incluso un asesinato, que Maduro y Diosdado Cabello o alguno de ellos dos sean asesinados y el régimen entre en una convulsión interna. Si esto no sucede, yo creo que la segunda hipótesis, ya en el terreno de la intervención militar, va a ser el ataque a distancia, desde el mar. Por ejemplo, sería el bombardeo al Palacio de Miraflores si ven que ahí está Maduro, o al Ministerio de Justicia y de Seguridad, si tienen certeza de que ahí está Diosdado Cabello.

Pero lo que no tiene y no puede tener en este escenario Donald Trump es lo que tuvo en Irán para poner fin a la llamada Guerra de los 12 Días. Lo que tuvo en Irán era un blanco fijo donde golpear implicaba entumecer, dejar paralizado al atacado. Ese blanco fijo era el depósito subterráneo del grueso de las centrifugadoras que producen el uranio enriquecido a niveles de producción de bombas atómicas. Estados Unidos tenía la bomba perforadora, la superbomba, que podía acabar en profundidad. Podía dar un golpe sobre un blanco fijo con un seguro resultado.

En este caso, desde que empezó el despliegue militar en el Caribe, nunca se sabe exactamente en qué lugar están los que son parte de la cúpula del régimen. Maduro, su esposa Silvia Flores, Diosdado Cabello, el general Vladimir Padrino López y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez nunca están ubicados con facilidad.

La segunda instancia es la del terreno del ataque militar. La primera instancia en el terreno de la conspiración interna generada por la CIA o el asesinato de Maduro por parte de agentes de la CIA. La tercera , que es la que creo que el gobierno norteamericano trataría de evitar, es la incursión por tierra, porque siempre está a la sombra del riesgo del empantanamiento. A Estados Unidos le ha pasado muchas veces en distintas partes del mundo y los empantanamientos terminan en guerras irregulares, guerras de baja intensidad en las cuales el más poderoso suele ser el más perjudicado.

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Ayer entrevistamos aquí a Juan Guaidó, y él colocaba a la cúpula, y fundamentalmente a Maduro, en el mismo nivel de Obama Bin Laden o de Saddam Hussein. Desde su perspectiva, había la suficiente cantidad de fallos en distintas demostraciones judiciales respecto a la responsabilidad del cartel de los Soles en el tráfico de drogas, que ya estaba juzgado, y que no sería una intervención ilegal sino una intervención legal para hacer cumplir condenas judiciales que incluso pudieran terminar con el asesinato. ¿Es comparable la figura de Maduro a la de Bin Laden y Hussein?

Creo que hay una diferencia muy grande. Nicolás Maduro y el régimen residual chavista es el residuo tóxico que quedó en el poder, pero muy bien aferrado desde la muerte de Hugo Chávez, el creador del régimen. De lo que se puede estar seguro es que es un régimen autoritario y calamitoso. Muy posiblemente, entre sus actividades esté el narcotráfico. Yo diría seguramente, pero lo planteo a modo de hipótesis porque no tengo las pruebas. Es muy posible sospechar que el régimen tiene arcas clandestinas alimentadas masivamente desde la explotación ilegal del Arco Minero en la cuenca del Orinoco con asociaciones con mafias de Rusia, de Turquía y con el Hezbolá de Irán. Las asociaciones que ha tenido en el pasado con la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y actualmente con la FARC disidente y con el ELN (Ejército de Liberación Nacional), yo creo que son una prueba de que hay también en esas arcas clandestinas el ingreso de narcodólares. No obstante, no creo que sea comparable. Primero porque Trump, en su realidad interna, no lo establece. El tema para Trump no es el narcotráfico. Si no, no hubiera indultado a Juan Orlando Hernández, el expresidente hondureño.

Esta apuesta desmesurada que hizo Trump debió ser a favor de que perdiera el gobierno de Xiomara Castro y de su esposo y asesor presidencial, Manuel Zelaya, que ha sido un gobierno de una izquierda sectaria, agresiva, también corrupta. En todo caso debía apostar y tratar de ayudar a quienes se oponían. Pero apostó toda la ficha a un candidato, Nasry Asfura, y eso hizo que lo tuviera que ayudar de un montón de modos, entre ellos indultar y dejar en libertad a Hernández, que fue el presidente de Honduras después de Porfirio Lobo. También ambos eran del Partido Nacional, el partido de la derecha dura. Hernández tuvo los contactos que su hermano tenía con el cartel de Sinaloa, y esos contactos intoxicaron el gobierno de Hernández. Lo atraparon y lo deportaron a Estados Unidos, donde lo juzgaron y le dieron 45 años de cárcel. De repente aparece Trump, poniendo todas las fichas para ayudar a Asfura, liberando a Hernández y echando toda la culpa a Joe Biden. Con ese hecho en Honduras ya demuestra que es un casus belli el que busca justificar con el tema del narcotráfico, pero no sé si es verdaderamente el narcotráfico.

Yo me inclinaría por pensar que Venezuela es uno más de los casilleros donde Trump disputa el tablero geopolítico con China. Se mete en las elecciones que se tiene que meter. Lo hemos vivido en la Argentina misma, con el objetivo de comer la ficha china en el casillero argentino del tablero geopolítico latinoamericano. Bueno, otro casillero es el de Venezuela. China tiene una implicación grande.

Cuba. Entrevistamos a un analista colombiano y le pregunté por qué se puede intervenir militarmente en Venezuela y no Cuba, por ejemplo. Y él planteaba que la intervención en Venezuela era una especie de dominó para Cuba, que luego de eso ellos esperaban que Cuba termine cayendo. ¿Cuál es su visión respecto de si existe alguna posibilidad en esta idea de la Doctrina Monroe siglo XXI de que quiera también que Cuba cambie de régimen?

A mí me parece una apreciación interesante. Antes de referirme a este punto, quiero responder más concretamente la pregunta anterior. Yo creo que no es comparable. Maduro es un patán rodeado de patanes, con un régimen facineroso y con una realidad calamitosa. Pero Osama Bin Laden fue el 11 de septiembre. Por lo tanto, el ataque en Abbottabad, que ordenó Barack Obama o el ataque en Kabul ordenado por Joe Biden, no son comparables. Incluso el caso de Saddam Hussein, con el cual Estados Unidos había tenido una guerra, la llamada Operación Tormenta del Desierto, que encabezó el general Norman Schwarzkopf para sacar a los iraquíes que habían invadido Kuwait. Esto no lo hace comparable a Maduro y su régimen facineroso, con los casos que han citado para justificar un ataque.

En cuanto a Cuba, yo creo que Cuba es un factor clave en esto y es lo que siembra la duda del empantanamiento. Si no hubo en los últimos años la caída de Maduro y de Diosdado Cabello es por el factor G2. El G2 es el aparato de inteligencia cubano que se conformó desde el principio de la Revolución. Uno de los primeros cambios que hizo Fidel Castro, traicionando a camaradas que estuvieron con él en los campos de batalla en la Sierra Maestra, fue entregarle el aparato de seguridad al KGB, porque el KGB iba a saber organizarlo como lo hizo, y por eso el régimen de Fidel Castro fue invulnerable a toda acción de inteligencia externa que buscara fisurarlo y derrumbarlo desde adentro. Decenas de veces se intentó asesinarlo desde la CIA y nunca pudieron lograrlo porque el aparato de inteligencia está hecho para mantener el poder en pie y exclusivamente para eso, y a eso lo sabe hacer con niveles de excelencia.

Creo que lo estamos viendo también en Venezuela, donde los “Gerardos”, como le dicen a los estrategas del G2, han diseñado el aparato de inteligencia de modo tal de impedir cualquier conspiración. Es un aparato de inteligencia hecho para conjurar un complot desde que comienza a producirse, desde el mismísimo inicio. Ahí se lo neutraliza y y lo ha logrado todos estos años. Por eso es posible que la alternativa de que es la CIA trabajando para generar conspiraciones internas, incluida la posibilidad de de un asesinato. Tiene poca chance o es posible que no funcione si sigue funcionando como hasta ahora este aparato de inteligencia que yo creo que es directamente manejado desde Cuba. Pero me parece lógico el razonamiento.

Cuba está con apagones todo el tiempo. Ahora está la mitad de la isla sin luz porque le redujo el envío de petróleo Venezuela. Si el envío de petróleo se corta absolutamente en Cuba no van a poder prender los arbolitos de Navidad. Entonces creo que sí que es posible o por lo menos generar lo que ya se está empezando a ver en Cuba. Se están insinuando momentos como los que fue el periodo especial, como lo llamaron, cuando se derrumbó la Unión Soviética y hubo esa apertura que piloteó Castro y permitió bastantes cosas. Entraron muchas empresas desde afuera y desarrollaron Baradero como un punto del turismo internacional. Hasta se hizo cine con películas críticas como la de Tomás Gutiérrez Alea. Después todo eso se cerró cuando Chávez le puso el petróleo venezolano al servicio gratuito para mantener el régimen cubano. Así que sí llegara a caer el régimen de Maduro, hay una razón más, por lo menos, para que las señales que están dando de querer abrir la economía mucho más incluso que en el periodo especial cobren fuerza, o para que directamente caiga el régimen.

Goar Mestre había sido el fundador de la famosa radio Caracol y de toda la televisión cubana previa a la revolución cubana. Y bueno, él emigró y fundó la televisión en toda Latinoamérica, inclusive la Argentina. Me hacía reír porque le hablaba de que los cubanos eran los argentinos del Caribe, que eran los inteligentes de ese sector y que eran los que finalmente terminaban dándole inteligencia a los distintos países. Por lo que veo, desde el punto de vista de los Gerardos y la inteligencia al servicio de la información de Estado, se confirmaría aquello de esa inteligencia especial que tienen los cubanos.

TV/ff