Hoy es imposible tener un diálogo con cualquier referente del oficialismo sin que aparezca la palabra “mesa de debate” o “institucionalización” del Frente de Todos. Es una vieja polémica, que arrancó cuando el Gobierno empezó a romperse luego de la derrota electoral del año pasado, pero que ahora sumó algunos nuevos capítulos que vuelven a encender la polémica. Alberto Fernández dio un primer paso y Cristina Kirchner todavía está a la espera.
Es una vieja pelea. Hace tres meses que Alberto y Cristina no hablan, y en el medio de ese silencio viene creciendo una propuesta para superar el pantano: una “mesa”, real o metafórica, en la que se sienten los socios fundadores –más Sergio Tomás Massa- o sus representantes para decidir el rumbo del Gobierno. Varios en el cristinismo la vienen reclamando -“Si él me llama, lo atiendo”, dicen que dice la Vice-, pero Alberto, hasta ahora, se había mantenido inflexible. “Él piensa que si la constituye va a perder poder, que lo quieren condicionar a través de la mesa”, dice uno de sus laderos.
Pero el sábado pasado sucedió un evento que pasó algo desapercibido. El Presidente se sumó a un congreso provincial del Frente, en Chaco. Lo organizaba el gobernador de esa provincia, Jorge Capitanich, que ya manifestó sus deseos de competir en la PASO del año que viene. Además, “Coqui” está en el centro de la escena por otra razón: casi un mes atrás hizo ahí su última aparición pública la Vicepresidencia, en un discurso que volvió a agitar la interna.
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¿Es casualidad que tanto Alberto como Cristina elijan el mismo lugar para mostrarse? Varios en el oficialismo, de ambas tribus, creen que “Coqui” es hoy una correa de transmisión entre ambos lados de la grieta dentro de la grieta. En la trastienda de ese acto, Capitanich le comentó su modelo a Alberto: la mesa en la que se sientan los representantes de la treintena de partidos locales que componen el Frente en Chaco, en donde él participa, y tiene la última palabra. El mandatario, fiel a su estilo, no dijo que no ni que sí.
¿Avanzará ahora en esa dirección? “Alberto no quiere volver a la bilateral con Cristina, al mano a mano. Tampoco quiere eso con Máximo, menos, se siente traicionado. Pero creo que hay una chance de esa mesa, en la que vayan referentes”, se esperanza un ladero presidencial.
JL PAR