Un proyecto comunitario para instalar internet de fibra óptica busca sortear la brecha digital en el barrio deVilla Soldati, de la Comuna 8, la de menor acceso a la red en la ciudad de Buenos Aires.
Soldati Conectada concibe a la web “desde una perspectiva de integración sociourbana, como un servicio esencial que garantiza el acceso a otros derechos y por lo tanto contribuye a mejorar la calidad de vida de las comunidades”, contextualiza la agencia de noticias de la carrera de Comunicación de la UBA.
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Gracias a una línea de financiamiento del ENACOM, primero se lograron garantizar mejoras en el tendido. Y más tarde darle un sentido social, pero también político. Nicolás Petrungaro, militante de la agrupación El Hormiguero, diseñó la red pensando en “tener una voz propia del barrio ante la concentración mediática y las notas periodísticas que siempre utilizan un mismo tono negativo para referirse al sur de la Ciudad”.
Florencia Arancibia, una de las 11 trabajadoras y trabajadores que recorren sus calles, es la coordinadora de mantenimiento e instalación. Se recibió de empalmadora de fibra óptica después de capacitarse con otros compañeros.
La red tiene puntos de acceso gratuito en comedores, escuelas, centros culturales, iglesias y paradas de transporte público, mientras que 150 personas pagan una tarifa hogareña accesible. Los ingresos se destinan al mantenimiento, a garantizar la calidad del servicio y al dictado de cursos de formación que permiten apropiarse de la tecnología. Todas las semanas se suman entre 10 y 15 nuevos clientes.
Esta iniciativa, también presente en la Villa 20 y 16 barrios en una decena de provincias, no solo fue una respuesta a las desigualdades que sacó a la luz la pandemia; también resultó fundamental para garantizar derechos como la educación durante la fase de aislamiento, ya que el costo del servicio de datos móviles obstaculiza el seguimiento de las clases a distancia a los niños del barrio. Soldati Conectada emerge con la esperanza de desarrollar modelos de conectividad más justos.
