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MODO FONTEVECCHIA
HUMOR SOCIAL

Víctor Santa María: "Hay un electorado que acompañaba a LLA que ahora se ha llamado a silencio"

El Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal señala que los cambios en la actitud de los votantes podrían afectar los resultados de las elecciones de octubre. Añadió que la situación económica y social del país también influye directamente en el ánimo de la ciudadanía.

Víctor Santa María
Santa María también está vinculado al ámbito empresarial y mediático; es propietario del Grupo Octubre, que incluye medios de comunicación y editoriales, y tiene influencia en temas de vivienda y urbanismo a través de su sindicato. | Instagram / Víctor Santa María

El dirigente sindical y actual Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal, Víctor Santa María, explicó en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190): “Hay un electorado que acompañaba a LLA que ahora se ha llamado a silencio”. Señaló que esta nueva actitud refleja un desgaste en la confianza de la ciudadanía y podría influir en los resultados de las elecciones del próximo 26 de octubre.

El dirigente sindical, político y empresario Víctor Santa María ocupa el cargo de secretario general del STAR. A su vez, fue presidente del Partido Justicialista Porteño y dirige el Grupo Octubre, un multimedio que reúne medios gráficos, radiales y televisivos de alcance nacional. Preside el Club Deportivo Barracas, participando activamente en la gestión deportiva.

Hoy es el día de los encargados de edificios. ¿Qué cantidad de ellos integran el sindicato que vos conducís?

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A nivel nacional, hay alrededor de 85,000 trabajadores de edificio. Ha crecido mucho en todo el país, en la mayoría de las ciudades y capitales de provincia. Hay un sindicato, un grupo de compañeros y compañeras que se organizan para tener mejores servicios y, además, esta actividad, aunque no siempre nos guste, tiene una representación adecuada.

La urbanización de distintas regiones genera la presencia de edificios; antes, en el interior, predominaban viviendas bajas. Hoy, en las principales urbes, se observan construcciones verticales por doquier; incluso en ciudades intermedias, todas poseen estructuras de este tipo, lo que obliga a contar con un responsable de edificio en cada caso. ¿Cómo ocurre esto en otros países, Víctor? ¿Existe algo similar?

El crecimiento urbano originó esta función que no existía hace cien años, por ejemplo. Sí, depende del país. En España, por ejemplo, la situación es muy parecida a la de Argentina. En Italia ocurre algo similar. Gradualmente, en otras naciones, como Estados Unidos, hay más empleados que no cuentan con vivienda, pero sí trabajan en edificios, como conserjes en ciertas construcciones; se observa sobre todo en Nueva York, Washington o cualquier otra metrópoli grande. Así se organiza la actividad. Nosotros reunimos a todos los trabajadores que realizan tareas en los espacios comunes, abarcando limpieza y mantenimiento, con excepción de seguridad, que posee régimen especial y normativa propia.

¿Cómo funciona en Brasil, donde vos estuviste vinculado al Partido de los Trabajadores (PT) y a Lula?

El sindicalismo allí es menos desarrollado que en Argentina, aunque la cantidad de construcciones es mayor. Casi hay 300,000 empleados en urbes como Río de Janeiro y San Pablo. Se organizan, pero no cuentan con vivienda como aquí. Son trabajadores que se ocupan de limpieza y, en general, dependen del edificio directamente. Así también provoca que el sindicato se denomine de hospitalidad, porque agrupa actividades vinculadas con turismo. Son agrupaciones muy grandes. Aunque el sindicalismo brasileño no tiene la misma fuerza, sí posee un volumen considerable en trabajadores.

La diferencia central es que aquí los encargados tienen vivienda. Eso fue una iniciativa de tu padre. ¿Cómo se logró esa particularidad frente a otros países?

Es anterior. Cuando surgieron los edificios, no existía propiedad central. En la década del 30 y 40, las construcciones de renta ya se realizaban como en España, especialmente Madrid y Barcelona, donde los responsables contaban con vivienda. Incluso existían encargados españoles con alojamiento. Se adoptó ese modelo y, en 1947, se promulgó la ley de propiedad horizontal en Argentina, basada en la normativa de los comunes de París, que dividía la propiedad única en unidades independientes, hoy denominadas departamentos y áreas de servicio. Desde entonces se consolidó la costumbre, al menos en Argentina, de que la mayoría de los edificios cuente con vivienda para los encargados.

Así también se debe a los servicios que presta y que la gente que vive en los edificios desea tener; quiere disponer de servicios que, si no contara con la vivienda, no tendría. Existe el riesgo de rotación, ya que cuando ocurre algo de noche, el encargado debe estar presente. Por eso es un responsable permanente con alojamiento. La permanencia permite atender cualquier urgencia que surja en el edificio. Esta tradición proviene de la cultura española e italiana y, podríamos decir, de una doctrina socialista; no me refiero a un partido político, sino a un modelo.

Sí, tiene relación con las comunas de París. También es algo muy propio de la Argentina, porque se mantuvo con el tiempo. Hay edificios hoy con personal que no tiene vivienda, encargados sin alojamiento o personal asimilado, que generalmente tuvo vínculo en algún momento con empresas de limpieza. La situación varía según el contexto que atraviesa el país. En momentos de crisis, los encargados pueden sufrir ajustes en su salario, en las horas extras o en otros servicios fuera del convenio colectivo de trabajo. Muchas veces reflejamos el pulso económico de Argentina.

Además presidiste el Partido Justicialista (PJ) en la ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo ves estas elecciones del 26 de octubre, no solo en el Distrito Capital, sino a nivel nacional?

En cada localidad y provincia, la gente se manifestará según lo ocurrido en estos últimos dos años de gestión. Para muchos de nosotros, esto está vinculado a un fuerte ajuste que pagaron principalmente los trabajadores. Se observan los salarios; hoy, un gobierno que insiste en que las paritarias no superen el 1% termina afectando directamente el bolsillo de los empleados. La inflación bajó, pero siempre supera al salario, generando una gran desigualdad en la vida cotidiana.

Aumentó el transporte, crecieron los servicios públicos. También subieron los gastos de los edificios mencionados: luz, gas, ABL, y todo eso impacta en el salario de quienes viven allí y deben afrontarlo. Me parece que habrá un fuerte plebiscito al gobierno nacional, con muchas críticas adicionales, pero la realidad es que hoy los trabajadores no disponen del dinero suficiente para llegar a fin de mes. No hablo de 20 ni de 15 días; depende del bolsillo de cada uno, pero sí hay un deterioro marcado del salario y de la calidad de vida. Muchos argentinos estaban dispuestos a sacrificarse por mejorar su bienestar, pero este gobierno realiza acciones contrarias a un proyecto que prometía transparencia.

También se observa una fuerte dispersión del electorado que antes los apoyaba y hoy optó por el silencio, que seguramente se manifestará en las urnas en los distintos ciclos donde se evaluarán muchos gobiernos locales. Esto tiene que ver con que la gente votará tanto lo nacional como lo local, aunque el impacto principal será en lo nacional.

Tenemos un test inédito: el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires permite evaluar tanto los resultados como el ánimo social desde principios de septiembre hasta fines de octubre. No son dos meses exactos, pero casi. ¿Creés que en la provincia la diferencia entre el peronismo y la alianza La Libertad, Avanza y el PRO se mantendrá, aumentará o se reducirá? Aclaro, como introducción, que hay dos diferencias: al tratarse de una elección local, votaban los extranjeros, que suman alrededor de un millón de personas y esta vez no participarán, además de que no figuran los intendentes en las listas. ¿Creés que esto influirá o se compensará con el deterioro de la percepción social sobre la gestión del gobierno?

La verdad es que no veo nada que, desde septiembre hasta el 26 de octubre, haya mejorado para los argentinos. Entiendo que, para la macroeconomía, la percepción tiene mucho que ver, porque uno ve cómo a veces los índices suben o bajan: de una acción, de una bolsa, del dólar, dependiendo de si el presidente viaja a Estados Unidos y se reúne con el presidente de ese país, y parece que eso modifica el bolsillo y el salario de los trabajadores que todos los días tienen que consumir. Me parece que la economía se mueve por percepción, pero eso puede durar una semana.

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No hay nada que haya mejorado desde las elecciones de septiembre hasta hoy. Lo lógico, sin tener encuestas, es que la diferencia debería ser mayor. Con respecto a los extranjeros, tengo el número que recuerdo en la ciudad de Buenos Aires: había inscritos casi 400,000 extranjeros, de los cuales solo votó el 15%. Fue el ausentismo más grande.

Me parece importante que la gente vaya a votar, porque la democracia, más allá de lo que suceda, de la política o de los políticos, es un valor que debemos defender y cuidar. La mejor forma de cuidarla es usarla, y cada elección es una manera de ejercer la democracia como valor esencial de nuestro país y de nuestra sociedad.