Escuela de Yoga de Buenos Aires: elevaron a juicio la causa de la secta de Villa Crespo
La Justicia Federal juzgará a los 17 sospechados por los delitos de asociación ilícita, trata de personas y lavado de activos.
Juan Percowicz, presunto líder de la secta de Villa Crespo |
PFA
El juez federal Ariel Lijo decidió elevar a juicio oral la causa relacionada con la "secta del horror" en Villa Crespo, en la que se investiga a la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). El caso tiene procesadas a 17 personas, por los delitos de asociación ilícita, trata de personas con fines de explotación sexual y lavado de activos.
La Justicia rechazó las solicitudes de sobreseimiento y la nulidad de las imputaciones presentadas por la defensa de los acusados. Además, en respuesta a una solicitud realizada por el fiscal federal Carlos Stornelli y la fiscal federal de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), se ordenó la clausura parcial de la investigación.
El magistrado fundamentó su decisión a través de una resolución en la que reiteró las imputaciones contra los investigados por “haber formado parte de una organización delictiva con rasgos de secta de naturaleza espiritual”. Según la resolución, esta asociación “captaba personas mediante engaños o aprovechamiento de su situación de vulnerabilidad”.
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Según informa Télam, en la elevación se argumenta que el propósito de esta entidad era aprovecharse de sus miembros, obtener ganancias económicas y desarrollar una secta en torno a su líder. También se mencionó que se buscaba “promover una estructura ilegal de negocios en la República Argentina y en los Estados Unidos de América”.
En este contexto, la entidad tenía alrededor de 179 estudiantes repartidos en múltiples sedes ubicadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Las Vegas, Chicago y Nueva York, donde les asignaban un nivel jerárquico.
La investigación reveló que la existencia de varios centros les permitía “otorgar apariencia lícita a los fondos obtenidos como productos de sus actividades, con el único fin de enriquecerse y obtener influencias y/o coberturas para sus líderes”.
Las similitudes con una secta en la escuela se manifestaban en su estructura jerárquica, donde cada número asignado tenía un significado particular. Por ejemplo, el número 4 representaba a un "ser humano filosóficamente equilibrado", el 5 se asociaba a un "genio", el 6 a un "santo", y el 7 a un "ángel", según señaló el juez.
Además, se constató que una vez que los estudiantes eran admitidos en la organización, eran sometidos a un proceso de despersonalización. Al parecer, la captación de nuevos miembros se llevaba a cabo en la Clínica CMI Abasto, la empresa de coaching "BA Group" y durante las clases que se impartían en el Café de la sede central de la institución.
Según la investigación, en la cima de la organización se encontraba un hombre conocido como Juan Percowicz, quien era apodado como "el ángel", "maestro" o "papi". Respecto al grado de influencia que ejercía sobre los miembros de la escuela, los testimonios indicaron que cuando llegaba al edificio, "era como si llegara el mismísimo Dios; todos acudían a él, se producían abrazos, besos y toqueteos".
Por esta razón, Percowicz fue acusado de ser uno de los presuntos tres líderes junto con otras dos mujeres llamadas Marcela Sorkin y Susana Barneix. Durante los allanamientos, se encontraron más de un millón de dólares en sus domicilios. Además, los imputados no pudieron justificar el monto incautado, ya que la escuela había declarado otra actividad ante la AFIP.
Como resultado de las pruebas reunidas durante la investigación llevada a cabo por la PROTEX, el juez confirmó que se pudo demostrar que los acusados “lograron montar una estructura económica basada principalmente en las ganancias obtenidas a partir de la explotación sexual de, por lo menos, siete alumnas”. Estos fondos habrían sido empleados para cubrir sus gastos personales, inversiones, compras y viajes.
