Año 2022. Se cumplirán 530 años del descubrimiento del continente americano por parte del genovés Cristóbal Colón, cuando en octubre de 1492 pisó por primera vez su suelo.
Casi en paralelo con la conmemoración del descubrimiento, Axel seguramente estará inaugurando, en algunos municipios, la primera parte de la saga de lo que dio en llamar las “Casas de la Provincia”, dilapidando recursos provinciales escasos en pos de una pseudo-descentralización. Cualquier cálculo doméstico indica que esa erogación en promedio significa desembolsar más de 50 años de alquileres por cada una de ellas. La administración bonaerense no se ha enterado de que el mundo moderno tiende a la virtualidad y a la simplificación burocrática.
En coincidencia, Fernández podrá poner en marcha otro Programa destacado; desde la Casa Patria Grande, una verdadera cancillería regional paralela tal como lo establecen sus objetivos al momento de su creación. Felipe tendrá otro motivo para mantenerse fiel a sus principios doctrinarios haciéndose el boludo.
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O sea, ya tenemos las Casitas de Axel y la Casona de Fernández, desde el lado oficial, consolidando esas tan ansiadas estructuras burocráticas que tanta satisfacción aportan a los futuros conchabados.
Pero como no podría ser de otra manera, el 2022 también llegará con una definición de la interna inter-familiar, que involucra a las familias patricias del PRO; los Macri vs. Larreta, Vidal, Carrió. Auxiliados en el primer caso por Patricia Bullrich y en el segundo por Santilli.
Por ahora, los vecinos de la UCR no tienen ni voz ni voto, según las crónicas periodísticas.
El entramado familiar versa por dirimir la conducción o las “pole position” para saltar hacia el 2023, el año del “conejo” en el horóscopo chino. Quien corra más rápido podría estar mejor posicionado, según las creencias populares.
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Como al viejo estilo político que intentan criticar, se sumergen en la pelea intrafamiliar que no despeja ninguna incógnita sobre un futuro propuesto. Parece que solo se trata de no perder en el reparto de roles; ¿será que el contenido se compra en el almacén de la esquina o en un super chino?
Si hay pandemia no importa, luego ese reparto irá por delivery: Uber para unos Cabify para otros, o sino el renovado Correo Argentino.
Es posible que en el 2022 -año del tigre en el mismo horóscopo - se intente consolidar una nueva opción con un “tigre” de la llanura bonaerense y no del Delta, quien más rápido que los Trenes Argentinos, intentará proponer nuevas rutas.
Nuevamente, se intentará la tercera vía, con actores que propondrán consolidar ese camino, en una clara diferenciación del proyecto bonaerense actual y de las peleas familiares expuestas. ¿Podrá esa corriente superar a un escenario binario? Hay un despliegue mediático en esta dirección; Monzó, Randazzo, Massot, Frigerio, De la Torre, apoyados por una guardia pretoriana oxidada del PJ están en mayor o menor medida explorando este camino. El 2022 los encontrará unidos o desparramados en otras expresiones. Todos ellos aguardan en la estación La Esperanza el nuevo tren que los deposite en algún cómodo sillón parlamentario.
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Pero ¿y el futuro? Llegará inexorablemente, generando cambios profundos que saquen al país del lugar donde se encuentra ¿o no? El papel de la educación, que trasciende a la presencialidad o a la virtualidad, proyecta analfabetos en un contexto donde los desafíos tecnológicos traen consigo la doble dimensión del trabajo y sus formas inéditas. Tampoco la producción escapa a la realidad con los nuevos perfiles que indica el orden mundial.
Si nada de esto último ocurre, sería una oportunidad para saber dónde quedaron las carabelas y partir en ellas hacia otros rumbos para descubrir horizontes que entreguen el futuro prometido tantas veces. Algunos jóvenes ya lo están haciendo.