OPINIóN
Inseguridad

El crimen no debe ser gratis

¿Cómo China logró convertirse en uno de los países más seguros del mundo?

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China | shutterstock

Dejando la cuestión política de lado, lo que podría sesgar el debate por cuestiones ideológicas, vayamos a los hechos concretos y medidas que han permitido que un país en menos de una década baje la tasa de homicidios a la mitad y logre que el 91% de su población esté conforme con el nivel de seguridad.

Desde el punto de vista macroeconómico, todos sabemos del “Milagro Chino”. Este permitió, según las fuentes, sacar de la pobreza entre 700 y 800 millones de personas en 40 años de continuas reformas pro-mercado, llegando a eliminar la pobreza extrema en este año. De esta manera, la tasa urbana de desempleo en octubre de este año fue del 4,9%, aunque no sea muy baja, comparado con lo que está acostumbrada China, estos niveles se asemejan a países como Reino Unido con un 4,5% o Estados Unidos con 4,6%.Igualmente, está muy por debajo del 14,6% de España o el 9,6% de Argentina (Indec). Claramente estos números comparables con economías desarrolladas son alentadores, ya que, se traducen en mayor prosperidad, capacidad de proyección y, por ende, estabilidad social.

Siete desafíos a la seguridad nacional

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Sin embargo, el tema de la inseguridad no solo se relaciona con el progreso económico. Viendo las tasas de homicidios, se ve que el continente más violento es América, con una tasa de homicidios de 17,2. En general, el continente americano tiene un índice de desarrollo humano superior a África, pero este continente tiene una tasa de 13 homicidios por millón. En cambio, Asia, a pesar de sus diferentes realidades es el continente más seguro del mundo, con un promedio de 2,3. Superando a Europa con 3 y Oceanía con 2,8. (Fuente ONUDD 2020).

¿A qué se debe? Básicamente a que el delinquir no es gratis. En el caso que nos compete, en China la edad de imputabilidad es de 12 años, con la excepción que la pena capital solo se aplica a mayores de 18. No solo se aplica la ley para delitos comunes relacionados con robos, mafias, contrabando, etc. Sino también, ante la agresión física en escuelas en casos extremos de bullying por ejemplo.

Es muy común caminar por la noche en las calles de las ciudades chinas con iPhone, iPad y elementos de valor sin miedo a sufrir un robo o un asalto. Como dato anecdótico, en los primeros años que estuve en China era normal por mis “genes latinos” querer acompañar hasta el subte o hasta su edificio a mis amigas mujeres, a lo que respondían: “acá no pasa nada, estamos en China”. Y es verdad, no existe la necesidad de hacerlo. Una de las razones es la gran cantidad de cámaras de seguridad que permiten resolver el 50% de los casos que se denuncian ante la policía. En Beijing, hay un promedio de 56 cámaras de vigilancia cada 1000 habitantes. En la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, solo hay una cada 1000 personas. Pero, ¿qué sucede después de la denuncia? Este punto es clave.

Seguridad pública: "El valor de la palabra"

Primero, la portación de armas está terminantemente prohibida en China. Por lo cual, cualquier persona que porte armas ilegalmente sufrirá hasta tres años de prisión y de tres a siete, si el objetivo es delinquir.

Segundo, en caso de que haya existido violencia hay que determinar quién ha salido lastimado. Para ello, China ha aplicado, a mi parecer, una de las mejores formas de solucionar este conflicto: la negociación. Si en una pelea, ambas partes resultaron lastimadas, se pagarán mutuamente los costos de salud. Si una de las partes resultó lastimada, aquí llega lo interesante, el victimario puede elegir someterse a la responsabilidad que le impone la ley (días o meses de prisión) o negociar una compensación con la víctima, pero la víctima tiene la última palabra, puede aceptar o no la compensación que le propone el victimario. Si no la acepta, cárcel. En casos extremos como heridas graves o el asesinato, no hay lugar para la negociación y puede ir desde los diez años de prisión hasta la pena de muerte.

Tercero, en caso de robo, la prisión puede ser de tres a diez años más compensación económica.

Quién es responsable de la seguridad

Hablando de prisión, las prisiones chinas son verdaderos centros de reeducación donde los reos llevan a cabo una vida más parecida al servicio militar que a una cárcel. Además de la posibilidad de trabajar para las fábricas que poseen los complejos penitenciarios, lo que les permite aprender un oficio y ganar un sueldo para comprarse más cosas dentro de la cárcel. Las cárceles chinas solo proveen lo básico, muchas veces las familias envían dinero a sus familiares para que puedan comprar tarjetas de teléfono o snacks, eso se transfiere a una tarjeta de débito personal que es intransferible a cualquier otro compañero.

En fin, la seguridad china ha logrado combinar la fuerza de la ley, la vigilancia, el empoderamiento de la víctima y un sistema penitenciario efectivo, permitiendo que en un país de más de 30 veces la cantidad de habitantes que el nuestro lleve una vida tranquila, incluso más tranquila que en el “primer mundo”.

 

* Brian Gonzalez. Periodista argentino. TV PÚblica de China. Lic. En filología china.