OPINIóN

De la guerra fría a la caliente, ¿dónde se posiciona Argentina entre Israel e Irán?

Hasta el 13 de abril pasado, los Estados no eran actores principales en los conflictos internacionales, pero ya no es así. El abierto lineamiento del gobierno actual con Estados Unidos e Israel, aproxima a nuestro país a un conflicto que sólo es lejando en apariencia.

Conflicto en curso en el territorio palestino entre Israel 20240416
Franja de Gaza, el 16 de abril de 2024, en medio del conflicto en curso en el territorio palestino entre Israel y el grupo militante Hamas. | AFP

Una de las características de la Guerra Fría fue que se trató de una guerra de proxys. Estados Unidos y la Unión Soviética nunca se enfrentaron directamente en el campo de batalla, sino a través de terceros Estados en distintos escenarios del globo. Una lógica similar venía sucediendo en la relación Israel–Irán hasta el 13 de abril pasado, cuando el gobierno iraní atacó de manera directa a Israel con ayuda de Hezbollah en el Líbano y los Hutíes en Yemen. 

Hasta el pasado fin de semana se podía entender el conflicto entre Israel e Irán bajo un paradigma globalista, donde en el sistema internacional los Estados ya no son más los actores principales, sino que se permitía que grupos no estatales, como Hezbollah o Hamas influyan en la política de un Estado y en el tablero internacional. Sin embargo, dicho conflicto sufrió una metamorfosis, ahora la competencia es entre dos Estados; en este caso, el segundo busca la destrucción del primero. 

Medio Oriente es una zona donde las naciones están en constante demostración de fuerza. El gobierno de Irán explicó que su ataque fue en repuesta al ataque israelí al anexo de la Embajada de Irán en Damasco. Si bien el ataque a Israel no fue exitoso, el Estado iraní se da por satisfecho, ya que pudo demostrar que de ser necesario cuentan con el armamento y la voluntad necesaria para atacar a la nación judía. 

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Cabe preguntarse ¿Cómo afecta esto a la Argentina? Tras cancelar su viaje a Dinamarca el presidente Milei llamo a una Reunión de Gabinete. Siguiendo el principio jurídico de “está permitido todo aquello que no está prohibido” invitó al embajador israelí en la Argentina, Eyal Sela, sentando un precedente para futuros gobiernos. En ella como principal medida se adoptó el refuerzo de seguridad a los edificios de la Embajada de Israel como a los de la comunidad judía en Argentina. 

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En campaña, el presidente no hizo misterio de su visión internacional para la Argentina. Alineación con Estados Unidos y con Israel. El mismo puede tener la intención de mejorar los lazos comerciales o de cooperación científica. Sin embargo, eso no le da carta blanca para declarar la guerra a otra nación. El artículo 99 de la Constitución que determina las atribuciones del presidente de la Nación es muy explícito al respecto: “Declara la guerra y ordena represalias con autorización y aprobación del Congreso”. 

De no contar con mayoría en el legislativo para una declaración de guerra, ¿Se puede someter a la voluntad popular el posicionamiento de la nación en este conflicto?  

Puede haber dos respuestas a esta pregunta. Un lado de la biblioteca podría decir que los ciudadanos gobiernan solo mediante sus representantes, con lo cual la idea quedaría descartada. 

La otra biblioteca diría que el artículo 40 de la Constitución establece la figura de la consulta popular y además no establece prohibiciones. Sin embargo, dicha consulta no sería vinculante. Entonces la pregunta tendría que ser reformulada a: 

“¿Sería prudente dejar que la voluntad popular determine la neutralidad de la nación?”

*Licenciado en Ciencia Política