Analista Politico .Consultor Especializado en Comunicación Institucional y Política, Doctorando en Comunicación (Universidad Catolica Argentina) ,Magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. profesor Protitular en UCA Universidad Catolica Argentina.
El 17 de octubre de 1945, es recordado por la movilización de los obreros desde los suburbios a la Plaza de Mayo para reclamar la liberación del coronel Perón, detenido luego de renunciar a sus cargos en el gobierno. A partir de este momento, quienes asistieron a ese evento fueron llamados descamisados y empezó a difundirse más profusamente con el avance del peronismo en los sindicatos.
Aquel movimiento clamaba por lo que Perón había dado desde su lugar de secretario de Trabajo y Previsión Social y desde entonces ha sabido ser en muchas ocasiones lo que organiza al peronismo. Pero hoy los representantes sindicales que nos muestra el peronismo están lejos de reivindicaciones colectivas. Por un lado Hugo Moyano, que desde 1984 ocupó el cargo de Secretario General Adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones de Buenos Aires, se preocupa solamente en ejercer el poder desde los sindicatos, porque puede orquestar las elecciones con un aparato aceitado a la perfección. De igual manera y en el otro extremo sindical tenemos a Luis Barrionuevo el secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) quien hoy con una de sus elevadas máximas a las que nos tiene acostumbrado declaró: "El peronismo está hecho mierda" haciendo referencia a las medidas tomadas y anunciadas por Sergio Massa, refrendadas luego por el Presidente.
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Estas nuevas medidas que apenas sirven para fingir parches, nos muestran que indudablemente se lanzó la campaña y no tienen mucho que ofrecer para ser reelectos en 2023. Con anuncios grandilocuentes prometen la distribución casi indiscriminada de bonos, planes para comprar electrodomésticos en 30 cuotas (con intereses obviamente).”Plan superplatita para todos“ esperando que Argentina llegue lo más lejos en el mundial…
Pero estos anuncios tienen la palidez que lleva el gobierno hace casi ya un año, porque entre inflación e inestabilidad, la vida de los argentinos se deshilacha y la sensación de derrumbe interior ya no es algo que sufre el gobierno, sino que es parte de la vida de todos los argentinos. La tristeza se instala de a poco en los que no pueden resolver futuro con certezas y nos hace empezar a vivir una vida en blanco y negro.
Hoy es el día más importante dentro del calendario peronista, donde deberían limar las diferencias para unirse de cara al descalabro que se está produciendo dentro de su estructura si quieren tener una chance para el 2023. Pero la desorganización en el festejo del “Día de la Lealtad” muestra que lejos está no solo el pueblo, sino incluso la militancia peronista en todas sus variantes, de sentirse con ánimos de reivindicar alguna medida de gobierno.
Día de la Lealtad Peronista en Plaza de Mayo. FOTO: NA
Todos los sectores del movimiento parecen estar entregados a una inminente derrota en las presidenciales. Porque están seguros de que el peronismo no desaparecerá sino que solo deberá reprogramarse y replantearse hacia dónde va, aunque luego de su transformación, una vez más, no conserve de su pasado más que su simbología.
Este problema ya era advertido por Perón durante el Congreso Constituyente del Partido Peronista donde sostenía que “Este movimiento,necesitaba consolidarse en el tiempo y en el espacio”.
Y aunque el peronismo gobierna en Argentina desde hace 37 años, gobernaron 8 presidentes peronistas, incluido Alberto Fernández:
Juan Domingo Perón (1946-1952) (1952-1955) Héctor Cámpora (25 de mayo de 1973 – 13 de julio de 1973) Juan Domingo Perón (1973-1974) María Estela Martínez de Perón (1974-1976) Carlos Menem (1989-1999) Eduardo Duhalde (2002-2003) Néstor Kirchner (2003-2007) Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) Alberto Fernández (2019-actualidad).
En cada una de estas presidencias hubo posturas extremadamente variadas que se produjeron por la necesidad de adaptarse a los tiempos electorales.
El peronismo de hoy en día, el de Alberto Fernández, se propuso “volver mejores”. Lograron volver diferentes en que lo hicieron desorganizados y divididos. La ciudadanía se cansó de esperar y de tener paciencia y ya no les cree. La respuesta de esto desde el gobierno es que el peronismo empieza a mostrar su verdadera cara que se comienza a vislumbrar en los nuevos peronismos que parecen empezar a configurarse.
Como en la canción Antón Pirulero, cada cual atiende a su juego y busca despegarse de la responsabilidad echando culpas afuera. A la cabeza de esto están Máximo Kirchner y Pablo Moyano que en su día de la lealtad declararon: "Los trabajadores esperan que dejen de traicionarlos" como si los traidores que gobiernan fueran otros de a poco disimulan su pertenencia al gobierno e intentan disfrazarse de opositores.
