OPINIóN
Proyect Syndicate

El apocalipsis cripto de Estados Unidos

Con nuevas leyes como la GENIUS y la CLARITY, el Congreso estadounidense impulsa la desregulación de los criptoactivos, poniendo en riesgo la estabilidad financiera, debilitando la Reserva Federal y exportando un modelo monetario que podría socavar la democracia.

Criptomonedas20250401
Criptomonedas | AFP

Con la aprobación de la ley GENIUS, Estados Unidos permitirá que todo tipo de empresas (incluyendo las grandes plataformas tecnológicas) emitan su propio dinero mediante criptoactivos conocidos como "stablecoins". Con una sola ley, el Congreso ha vuelto el sistema financiero más vulnerable a crisis, aumentado el riesgo de rescates estatales a empresas tecnológicas y consolidado aún más el poder político de Silicon Valley.

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Y los riesgos no terminan allí. Al legitimar una alternativa menos regulada a los depósitos bancarios, el Congreso podría haber creado condiciones que restrinjan el flujo de crédito hacia empresas productivas y limiten la capacidad de la Reserva Federal para aplicar su política monetaria mediante operaciones de mercado abierto.

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Además, la Cámara de Representantes aprobó recientemente la ley CLARITY, que desmantelaría leyes de valores al abrir enormes vacíos legales para activos cuya propiedad se registra en una blockchain. Aunque no es seguro que esta ley se apruebe —dado que algunos actores financieros comienzan a notar los peligros—, su posible entrada en vigor no puede descartarse. De aprobarse, estaríamos regresando a los mercados del estilo "cuidado, comprador" de los años 20.

Para empeorar las cosas, estas leyes presionarán a otros países para que sigan el mismo camino. Grupos de interés y diversos sectores inundarán a legisladores extranjeros con argumentos sobre no quedar atrás en innovación o sobre el riesgo de que sus monedas sean reemplazadas por stablecoins en dólares estadounidenses.

Pero sería un error ver estas leyes como medidas inteligentes de innovación o como estrategias geopolíticas sabias. Por el contrario, avanzan mientras EE.UU. recorta el financiamiento público para la investigación científica y tecnológica, poniendo en duda su verdadero compromiso con la innovación. Además, el dominio del dólar se basa en fundamentos políticos y económicos, no en su infraestructura tecnológica, y las políticas comerciales del gobierno y sus ataques a la independencia del banco central podrían socavar dichos fundamentos.

Incluso la industria cripto podría lamentar la aprobación de estas leyes. Como explico en mi libro Fintech Dystopia, el sector no debe su ventaja a la tecnología blockchain, sino al arbitraje regulatorio. Ha prosperado gracias a operar con reglas más laxas que las del sistema financiero tradicional.

¿Perderá esa ventaja si estas leyes desencadenan una desregulación financiera más amplia? En mercados donde nadie confía en nada, ¿por qué esperar que el cripto —ya mal visto por la mayoría de los estadounidenses— vaya a despegar?

Si estas leyes no benefician ni al pueblo estadounidense ni a la industria cripto, ¿qué motiva su aprobación? Sin duda, el sector cripto las impulsa por ambiciones de ganancias a corto plazo, sin importar las consecuencias a largo plazo. La navaja de Occam apunta directamente al hecho de que super PACs afiliados al cripto —financiados principalmente por Coinbase, Ripple y Andreessen Horowitz— fueron responsables de aproximadamente el 44% del gasto corporativo en el ciclo electoral de 2024.

Pero también debemos considerar las ideologías poco convencionales que circulan en Silicon Valley. Pensemos en el movimiento “Network State”, promovido por figuras como Brian Armstrong, CEO de Coinbase. Buscan crear redes sociales ligadas a criptomonedas que queden fuera de la jurisdicción de los estados-nación y aspiren a reconocimiento diplomático.

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Quienes realmente creen en este movimiento no tienen interés en mejorar los estados-nación. Por el contrario, verían en una crisis financiera una oportunidad para avanzar su visión. Por ejemplo, la comunidad Praxis (con apoyo de figuras como Marc Andreessen, Peter Thiel y Sam Altman) declara en su web: “a medida que se disuelven las comunidades locales y los Estados Nación tropiezan… veremos el ascenso en tiempo real de las Naciones Digitales sobre los Estados Nación”.

Hay también una dimensión escatológica en la visión de muchos en Silicon Valley. Como señala el filósofo Émile Torres, cada vez más creen que una IA verdaderamente avanzada destruirá el mundo tal como lo conocemos. En ese contexto, una crisis financiera global es apenas un detalle. Si están convencidos de que nuestra civilización terminará pronto, tiene sentido que se obsesionen con asegurar que nuestros descendientes cíborg prosperen en otras galaxias.

Además de los evidentes riesgos para la protección del consumidor y la estabilidad financiera, estas motivaciones ideológicas deberían preocupar a los legisladores extranjeros que consideren adoptar leyes cripto similares. Para muchos promotores, la idea detrás de las leyes cripto al estilo estadounidense es construir sistemas monetarios y financieros más allá de la rendición de cuentas democrática. Cualquiera que valore su propia democracia y soberanía haría bien en no seguir el camino de Estados Unidos.

*Profesora de Derecho en la American University Washington College of Law, es autora de Driverless Finance: Fintech’s Impact on Financial Stability (Oxford University Press, 2022).

Project Syndicate