OPINIóN
A 48 años de su muerte

Las últimas horas de Juan Domingo Perón y su multitudinaria despedida

Una de sus últimas actividades fue un viaje al exterior, que emprendió aun en contra de las recomendaciones del equipo médico. En apenas 24 horas se expuso a un intenso frío y a fuertes lloviznas durante discursos interminables, los que le jugaron una mala pasada en su salud.

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María Estela Martínez de Perón "Isabelita" | CEDOC

El 1° de julio de 1974, el pueblo argentino recibió una noticia que marcó la historia del país y, sobre todo, la historia del peronismo.

A las 10 de la mañana, el general Juan Domingo Perón entró en un paro cardiorrespiratorio y balbuceó: "Esto se terminó". Tras tres horas de tareas de reanimación que realizó su equipo médico, nada se pudo hacer para salvarlo. "Hasta el momento de su muerte, Perón mentalmente estuvo lúcido. Su cerebro estaba perfecto", recordó su médico Carlos Garbelino. Y afirmó: "Mientras Perón fue presidente fue él quien tomaba las decisiones". A 48 años de la muerte de Perón, cómo fueron sus últimos días y cómo fue el adiós del pueblo argentino.

Perón y el Che

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Una agenda repleta de actividades

Una de sus últimas actividades fue un viaje al exterior, que emprendió aún en contra de las recomendaciones de su equipo médico. El 7 de junio, Perón viajó a Paraguay para visitar al presidente Alfredo Stroessner como agradecimiento por el asilo político que le habían dado en septiembre de 1955, tras su derrocamiento.

En apenas 24 horas, el Presidente se expuso a un intenso frío y a fuertes lloviznas durante discursos interminables, los que le jugaron una mala pasada en su salud. Pero el General no frenó sus tareas y continuó a su regreso al país. Aquí se reunió con el líder radical Ricardo Balbín en la Casa Rosada, donde analizaron el Pacto Social. Además, el 10 de ese mes, Perón inauguró la reunión de cancilleres de la cuenca del Plata y, un día más tarde, recibió a Monseñor Primatesta, donde le manifestó que su gobierno estaba decidido a unir a los argentinos.

Las muertes de Perón

El 12 de junio, el Presidente hizo una cadena nacional, en la que acusó a los especuladores y formadores de precios. Para demostrar su apoyo, la CGT, las 62 Organizaciones y el partido Justicialista decretaron un paro general y una movilización a Plaza de Mayo, a la que convocaron a miles de obreros. Pese a su delicado estado de salud, Perón no quiso perder la oportunidad de hablarle al pueblo y, a las 17 horas del 12 de junio, salió al balcón ante una fervorosa multitud.

"Compañeros, quiero hacer llegar a toda la República nuestro deseo de seguir trabajando para reconstruir nuestro país y liberarlo. Esas consignas, que más que mías son del pueblo argentino, las defenderemos hasta el último aliento. Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente que hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino", manifestó el General.

Días más tarde, el 14 de junio, el Presidente recibió al ministro de Trabajo, Ricardo Otero, y al secretario de la CGT, Adelino Romero, quienes habían participado de la reunión anual de la Organización General del Trabajo (OIT), en Ginebra. Por esos días, Perón también se reunió con los líderes de la CGT para dialogar sobre salarios, precios y la posibilidad de un doble aguinaldo.

Además de las importantes actividades en el país, Isabel Perón debió viajar a Europa para emprender una gira en nombre del gobierno argentino, motivo por el que Perón quedó al cuidado exclusivo de sus médicos. Pero pocos días después, el 20 de ese mismo mes, su agenda se vio interrumpida por completo.

 

 

Su salud no le daba tregua, y un catarro y sus problemas cardíacos lo dejaron en la cama. Sus médicos de cabecera, Jorge Taiana, Pedro Cossio, Pedro Eladio Vázquez y Domingo Liotta, decidieron convertir la quinta de Olivos en un lugar apto para tratar la salud del Presidente, en contra de las mal intencionadas versiones que aseguraban que Perón no recibía los cuidados necesarios.

Al día siguiente tuvo su última reunión con los ministros en Olivos, ya que pronto se precipitaría el final. El 27, ordenó al comandante en jefe del Ejército, Leandro Anaya, que done al Hospital de niños y al hogar de ancianos Nuestro Señora de Luján en Moreno los haberes que el Ejército le había reintegrado al Presidente. Acompañado por sus médicos, durante esa última semana Perón hizo reposo absoluto y se entretuvo con el mundial de fútbol del 74.

El día que regresó Isabel de Europa, el 28 de junio, el General sufrió un edema agudo de pulmón, que fue sofocado por el equipo médico. Como ya no estaba en condiciones de continuar en el poder, al día siguiente Perón delegó el mando y asumió la vicepresidente.

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Las últimas horas de Perón

A las 7 de la mañana del 1° de julio, la enfermera Norma Bailo tomó la guardia y, cuando el General se despertó, se realizó un análisis de sangre de rutina. Desayunó, caminó por la habitación y le pidió ayuda a su enfermera para recostarse. "Cuando se estaba acostando, me miró y me dijo 'esto se terminó', y entró en paro cardiorrespiratorio”, recordó Bailo sobre la muerte de Perón, que ocurrió a las 13.15, y aseguró que en aquel momento había 11 médicos en la habitación junto al Presidente.

"Isabel estaba parada en el marco de la puerta rezando y pidiendo que lo sacáramos, pero en ningún momento se acercó ni lo tocó”, dijo y desmintió que le hayan realizado la resucitación en el piso. Isabel Perón le agradeció a todo el equipo médico y, a continuación, le pidió a Bailo que le colocara el uniforme militar al General para el funeral “como a él le hubiera gustado". El parte médico de su muerte lo firmaron los doctores Pedro Cossio, Jorge Taiana, Domingo Liotta y Pedro Eladio Vázquez.

Más tarde, Isabel fue la encargada de comunicarle la noticia al pueblo a través de una cadena nacional. "Hasta el momento de su muerte, Perón mentalmente estuvo lúcido. Su cerebro estaba perfecto", recordó su médico Carlos Garbelino.

 

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El soldado Roberto Vassie durante el sepelio de Perón, el 4 de julio de 1974.

 

El último adiós

Luego del triste desenlace, era momento de decidir dónde se iba a velar al Presidente. Isabel junto al secretario general de la CGT, Adelino Romero; el jefe del Ejército, Leandro Anaya; el jefe de la Casa Militar, Carlos Corral; y el cura Héctor Ponzo debatieron diferentes opciones. Una de ellas era velarlo en la CGT, pero Isabel decidió que el mejor lugar por cuestiones de seguridad era el Congreso Nacional.

En los barrios humildes el dolor era infinito, no había consuelo y se preparaban para darle el ultimo adiós al Presidente.

Juan Domingo Perón y su legado

Cerca de tres millones de personas se acercaron para despedir por última vez a Perón el 2 de julio. Por allí pasaron importantes figuras políticas de todo el arco político como Héctor Cámpora , Ricardo Balbín, Lorenzo Miguel, Carlos Menem, Jorge Antonio entre tantos.

Como era tanta la gente que se había reunido, se decidió extender el funeral y embalsamar su cuerpo, para que de esa manera se pudiera extender el funeral. Después del último adiós al Presidente, el cuerpo fue trasladado a la cripta de la iglesia Nuestra Señora de la Merced, en la residencia de Olivos.

 

 

Hoy, a 48 años de su muerte, la sociedad continúa realizando actos en su memoria y, a pesar de los años, reivindica su figura y su importante tarea: la lucha por los derechos de los trabajadores y la defensa de los mas humildes.