OPINIóN
Economía

Datos de la actividad económica: aún sin un programa, más allá del rebote

El mes de junio mostró un rebote del 2,5% tras la vuelta a cierto nivel de flexibilidad aunque en niveles inferiores que los que se veían a comienzo de 2021.

Cómo sigue la economía en pandemia
Cómo sigue la economía en pandemia | cedoc

Se dieron a conocer los datos de la actividad económica del mes de junio que mostró un rebote del 2,5%, tras la vuelta a cierto nivel de flexibilidad aunque en niveles inferiores que los que se veían a comienzo de 2021.

Con relación a igual mes del año anterior, fueron 13 los sectores que registraron subas, siendo Pesca, Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales y Construcción los más dinámicos.

Por otra parte, Industria manufacturera (+16,8%), Comercio mayorista, minorista y reparaciones (+13,2%) y Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (+12,3%) explicaron más de la mitad de la suba del indicador, en términos interanuales.  Por su parte, los sectores que en junio mostraron caída, también en términos interanuales, fueron Intermediación financiera (-0,9%) y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-4,5%).

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Los niveles de inflación y la aceleración de la misma (producto de los fuertes desequilibrios monetarios) continuaron castigando los ingresos reales y por ende haciendo de la demanda agregada una variable cada vez más débil, aún con un cierto relajamiento de restricciones a la movilidad.

En la previa electoral, se busca sostener, como sea posible, el consumo interno para tener cierto avance en el nivel de actividad que permita cerrar el 2021 con un rebote en la economía. ¿De qué forma? Mediante el control de precios y el sostenimiento de los ingresos de distintos sectores y estratos de la población. Estrategia habitual en un año con elecciones intermedias que se apoya básicamente en 4 pilares: un atraso tarifario por una parte, un atraso cambiario por otra parte, programas de precios acordados de bienes de consumo masivo y la postergación de aumentos de precios semi-regulados o cuasi congelados (servicios de comunicación y salud, principalmente). No obstante, existen factores de expansión monetaria que, con posterioridad, no podrán eliminarse tan fácilmente pasada la urgencia electoral como por ejemplo el mínimo no imponible sobre el impuesto a las ganancias de la cuarta categoría. El cuadro actual que tenemos complica la situación de cara a un plan de estabilización y corrección que la macroeconomía viene pidiendo hace tiempo y que el FMI impondrá como condiciones de cara a un eventual acuerdo.

 

Grafico INDEC 20210825
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC.

 

¿Qué hay que observar y que nos está beneficiando hoy? Naturalmente el precios de los commodities que siempre ha representado el “viento de cola” para un país con una balanza comercial como la que posee Argentina. Pero no hay que dejar de considerar que, en términos reales, el volumen en el que hemos visto incrementarse las exportaciones es de aproximadamente el 6%.

Es el precio lo que hoy, como en otros periodos de nuestra historia reciente, y no tan reciente, está marcando la diferencia. De enero a julio, las exportaciones mostraron un crecimiento del 30% en relación al mismo período del año pasado y del 15% en relación al 2019. De esto se desprende que no sólo hay un rebote como efecto estadístico por la cuarentena. En los últimos meses, se ha vislumbrado que el efecto de los altos precios internaciones impulsó a tener más exportaciones como consecuencia de éstos.

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Entre 2016 y 2020 el efecto de los precios había implicado un ingreso de dólares extras de unos 20.000 millones, en relación a precios fijos desde 2005. Vale decir que el incremento de los precios le aportó unos 14.000 millones de dólares. Este ingreso impacta positivamente sobre el nivel de producción. Naturalmente depende de las decisiones por parte del sector privado cuánto se gasta y, por lo tanto, ingrese ahora en el circuito económico y pueda terminar teniendo un efecto en la actividad presente. Cabe mencionar también que a partir de los altos precios de exportación hay tensiones con el sector primario y alimenticio, dado que de manera directa o indirecta los precios internos se ven afectados (al margen de la política monetaria).

Con un 2020 caracterizado por la detección de los primeros casos de coronavirus y de la paralización de casi toda la maquinaria productiva (que agudizó la crisis económica que arrastra el país desde 2018), la actividad hoy rebota tras un desplome de 10 puntos sobre el Producto, una de las mayores caídas de toda Latinoamérica. El crecimiento informado por el INDEC supone un pequeño avance, aunque distante de las proyecciones de crecimiento estipuladas para este 2021. En el presupuesto, se estipuló un aumento del PIB del 5,5% pero desde Hacienda se elevó después la proyección al 7%. Organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial prevén para Argentina un crecimiento que ronda el 6%.

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A grandes rasgos, la actividad económica hoy pende de controles de precios, una política fiscal expansiva y el viento de cola externo producto de los precios internacionales. Lo cierto es que es insostenible, pasadas las elecciones, continuar con intervenciones en el sistema de precios y con una política monetaria expansiva como la presente. Más tarde o más temprano dos cosas serían ineludibles: por una parte el acuerdo por el tema de la deuda y, por carácter transitivo, todas las correcciones que hoy no se están dando. Básicamente, el sinceramiento de la economía y la estabilización de sus variables asociadas.

 

Federico Pablo Vacalebre es profesor de la Universidad del CEMA.