La semana pasada, muchos usuarios de sistemas de homebanking y billeteras virtuales tuvieron inconvenientes para realizar transacciones, en su mayoría, transferencias de dinero y pagos.
En consecuencia, cientos de negocios perdieron oportunidades de venta, y los usuarios, insatisfechos, manifestaron su descontento con las entidades financieras y bancarias en las redes sociales, lo cual generó una crisis de reputación momentánea y algunos “dolores de cabeza” para los bancos.
La crisis amainó cuando se supo que los inconvenientes en la red de pagos inmediatos habían sido producto de un mantenimiento de software anunciado.
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En un escenario en el que el 86% de los consumidores en América Latina utilizó, al menos, un método de pago emergente —como billeteras digitales, código QR y criptomonedas—, y la mitad de las empresas argentinas está asociada con empresas fintech, esta situación abre, por lo menos, algunos interrogantes que tienen poco, por no decir escaso, abordaje.
Dejando de lado los inconvenientes de la semana pasada, ¿de qué depende que una transacción digital se realice en tiempo y forma? ¿Qué es lo que garantiza la seguridad de los usuarios cuando operan en canales digitales?
Cada vez más, se desdibujan las fronteras entre la banca tradicional y el sector fintech y, a medida que crece la banca digital, aparecen nuevas necesidades tecnológicas. Una de ellas está vinculada con la digitalización y la optimización de los procesos de compliance, que son transversales a todo el sector financiero e impactan directamente en la experiencia del usuario final.
Reducción de costos, tiempo y riesgos para las empresas
Ante el proceso de aceleración digital del sector financiero y sus nuevas necesidades tecnológicas, emerge una gran vertical de negocio: las regtech. Se trata de herramientas tecnológicas y de soluciones SaaS que permiten agilizar los procesos de compliance y prevención de lavado, incluido el onboarding de los clientes financieros, y, de este modo, ganar tiempo y reducir el riesgo de incumplimiento normativo a cero, garantizando, en simultáneo, la seguridad informática.
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Al implementar este tipo de soluciones, las fintech o las instituciones financieras que estén en el proceso de transición digital pueden contar con los siguientes beneficios:
- Reducción de costos operativos internos gracias al ahorro de tiempo. De acuerdo con datos de celeri, mediante la optimización del compliance se reduce en un 80% el tiempo de gestión en comparación con aquellos procesos no digitalizados. Esto permite, por ejemplo, que el área de sistemas y tecnología pueda utilizar el tiempo que empleaba en su sistema de prevención en otras tareas relativas al core del negocio.
- Mejor experiencia del cliente y aumento de conversión de prospectos al momento de interactuar con la entidad financiera, por contar esta con procesos automáticos, menos burocráticos y menos propensos a errores humanos.
- Reducción del riesgo de negocio por incumplimiento de una regulación. Esto produce tranquilidad en el usuario final, ya que los mecanismos internos de control exigidos por el ente regulador están actualizados de forma periódica y automática.
Además de agilizar y efectivizar todos estos procesos, una gestión del compliance eficaz impide otros delitos que se masificaron junto con la creciente adopción de la banca digital como, por ejemplo, la suplantación de identidad y el potencial riesgo de lavado de dinero o de financiamiento al terrorismo. Asimismo, tener las obligaciones regulatorias nacionales o internacionales al día cimienta la confianza de los clientes y de los inversores.
De hecho, muchos inversores han señalado la importancia que tiene el compliance para las empresas financieras, junto con la adopción de herramientas y la infraestructura tecnológica adecuadas para satisfacer las necesidades de los clientes finales. Esto se debe a que la automatización y la optimización del compliance ubica a aquellas empresas en una posición de ventaja al tenerse en cuenta su matriz de riesgo y la fidelización de sus usuarios, lo que redunda en la sostenibilidad en el mediano y largo plazos.
En definitiva, las soluciones tecnológicas aplicadas al compliance son transversales a toda la industria financiera y su adopción es clave en un mundo en donde el dinero, ya desde hace algún tiempo, es digital. ¿Por qué? Porque permiten a las empresas operar en un entorno seguro —al reducir el riesgo por incumplimiento normativo y evitar otros delitos informáticos—, ahorrar tiempo, dinero y, sobre todas las cosas, optimizar la experiencia de los clientes para que sigan confiando y mejorar la reputación de las empresas.
*Cofundador y CEO de Celeri