OPINIóN
Día Nacional del Derecho a la Identidad

Derecho a la identidad y colectivización del abuelazgo

¿Qué nos legaron las Abuelas? ¿Por qué es importante su evocación continua? Las respuestas a estos interrogantes deben formar parte del sentido conmemorativo.

Abuelas
Abuelas | Cedoc

Desde 2004, tras la sanción de la Ley 26.001 se estableció el “22 de octubre […] como Día Nacional del Derecho a la Identidad, en conmemoración al inicio de la lucha emprendida por Abuelas de Plaza de Mayo”. A su vez, la norma dispone la realización de jornadas educativas y de concientización en todos los niveles. ¿Qué nos legaron las Abuelas? ¿Por qué es importante su evocación continua? Las respuestas a estos interrogantes deben formar parte del sentido conmemorativo.

La dictadura cívico-militar implementó, a sangre y fuego, un plan sistemático de exterminio de personas. Los alcances del horror fueron descritos por Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar, quien al realizar un balance a instancias de lo publicado en discursos y documentos oficiales tras el primer aniversario del golpe de Estado, determinó que aquellas dimensiones que eran llamadas aciertos constituían errores. Los errores, por su parte, crímenes. Y las omisiones calamidades.

Entre estas últimas se encuentran las desapariciones forzadas, las torturas, las ejecuciones sumarias, el robo de bebés, y la consecuente supresión de identidad de esos niños y niñas nacidos/as en cautiverio. Muchos de los crímenes de lesa humanidad enumerados, constituyen además delitos de ejercicio continuado. Es decir, los autores de dichas atrocidades continúan cometiendo la acción hasta tanto se conozca el paradero o se reestablezca la identidad de las víctimas.

Abuelas y nietos en busca del derecho a la identidad

Frente a ello, que integra el orden de la oscuridad, emergió una luz. Las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes desde 1977 han emprendido un camino por la consagración de la Memoria, la Verdad, la Justicia y la Identidad. En dicho tránsito, han forjado una pedagogía pacifista, perseverante y signada por la coherencia y consecuencia entre el pensar, el decir y el obrar.

Hablar de derecho a la identidad en Argentina es referirnos a las Abuelas. A ellas les debemos el “índice de Abuelidad”, avance científico en la genética que permitió llevar adelante, desde su determinación, los procesos de identificación. A esta epopeya siguió el impulso para la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos instituido por el Congreso Nacional en 1987. A su vez, las Abuelas, en conjunto con otros organismos de derechos humanos, llevaron adelante las acciones jurídicas para la investigación y juzgamiento de los responsables de los crímenes de Estado.

Lo expuesto fue realizado en un marco de promoción de la Paz. Las Abuelas, a instancias del diálogo y sus intervenciones políticas, de su firmeza y la profundidad de sus acciones, nos han enseñado que todo es posible. 130 nietos/as han recuperado su identidad. A cada anuncio siguió un abrazo colectivo, la emoción que brota de las entrañas, y la satisfacción que genera saber que el mundo se había tornado un poco más justo. También, la asunción de que la lucha no ha terminado. Aún quedan muchos/as nietos/as por identificar.

Día del Derecho a la Identidad: Abuelas cumple 43 años y Estela de Carlotto, 90

A su vez, estas superheroínas que no llevan capa sino pañuelos, han sabido colectivizar la lucha. No sólo con la potencia de sus convocatorias. Hay allí una vuelta más. Los artífices del terrorismo de Estado intentaron extirpar dos generaciones enteras de la historia nacional. Su planificación genocida incluyó la vocación de suprimir la memoria colectiva. Frente a ello, las Abuelas supieron erigirse en una correa de transmisión, un testimonio vivo de los ideales y principios de aquellos/as jóvenes, un símbolo de nuestras luchas.

Esa colectivización del abuelazgo, esa sutura entre el significante identidad y el significado “abuelizado”, es lo que nos permite encontrarnos en cada resistencia, frente a cada desatino o injusticia, ante cada vocación de ciertos sectores de volver a tradiciones que intentan barrer con los consensos en materia de derechos humanos que supimos concebir. Lo vimos, por ejemplo, con aquella reacción popular por la que logramos dejar sin efecto el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por el que se intentó beneficiar con el 2x1 al represor Luis Muiña.

Ello, también, es construcción de identidad. Cada vez que con firmeza decimos Nunca Más, en toda ocasión en que evocamos la consagración de la Justicia Social. La vez que el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas La Plata promovió la identificación de los soldados enterrados como N.N. en el Cementerio Darwin. O en las diversas circunstancias en que levantamos las banderas de la Memoria, la Verdad y la Justicia están ellas. Las Abuelas. Nuestras Abuelas. Como conjuro contra el olvido, la desidia y la impunidad. Como horizonte de todo lo que queremos ser.