OPINIóN
Coronavirus

Cómo desarmar la ayuda a la economía cuando finalice la pandemia

El panorama es complicado, el Estado no puede hacer oídos sordos al pedido de alivio de los contribuyentes pero la respuesta es poca, no hay mucho con qué poder darla.

Martín Guzmán y Alberto Fernández
Martín Guzmán y Alberto Fernández | CEDOC

La Cámara de Diputados, debutando en las sesiones de tipo virtual, sancionó la exención del pago del Impuesto a las Ganancias para trabajadores de la salud y de los que trabajan en seguridad. Por otro lado, a través de otro proyecto se trata de reducir, transitoriamente, la alícuota del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, para las actividades de hotelería y gastronomía, que como otras han sido muy golpeadas por la cuarentena sanitaria. La ayuda del Estado parece siempre que es insuficiente, hay un “delay” entre lo que necesitan los contribuyentes y lo que va ofreciendo de a poco el Estado a partir del 20 de marzo en que comenzó la cuarentena. Los recursos del Estado son limitados, y en el caso de Argentina extremamente limitados. Provienen de la magra recaudación tributaria, que será mínima al no haber actividad económica; se nutre principalmente de la emisión monetaria, que algún día va a pasar la cuenta con la inflación; y de endeudamiento externo que hoy en nulo estando a las puertas de otro default. El panorama es complicado, el Estado por un lado no puede hacer oídos sordos al pedido de alivio de los contribuyentes pero, por el otro, la respuesta es poca, no hay mucho con qué poder darla. Bajo este panorama, qué puede suceder en el momento que la pandemia pase, cómo se desarmará la batería de ayuda oficial que le ha otorgado el estado a las empresas y a las personas de un día para otro, a pesar que no sea para ellos la suficiente. 

La historia tributaria de los últimos 5 años: de la teoría del derrame a la economía de la ebullición

Los comienzos:

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En el año 1984 en el primer gobierno de la vuelta a la democracia de Alfonsín comenzó, a través de las cajas del Plan Alimentario Nacional (PAN), el primer plan organizado de ayuda alimentaria en el país. Más tarde, en el año 1989, Menen instauró el plan conocido como del Bono Solidario, y un año después se puso en marcha en Buenos Aires el Plan Integral Alimentario y Solidario (PAIS); luego apareció a nivel nacional el Plan Trabajar, y así continuaron los planes que cada vez incorporaban a más habitantes y necesitaban de más recursos. Con la crisis del 2001, en donde más de la mitad de la población cayó por debajo de la línea de la pobreza, se sucedieron el programa Jefes y Jefas de hogar destinándose capas de más presupuesto para cubrir la alimentación de la población. Más cercano en el tiempo apareció la Asignación Universal por Hijo,que posteriormente en el 2016 también incorporó al beneficio a los hijos de los pequeños contribuyentes (Monotributistas).

De esta manera. A lo largo de 37 años se fueron consolidando diferentes planes que en la actualidad de destinan a una gran parte de la población.

 

 

El mapa actual:

Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, del año pasado, el detalle de los planes que están activos, es el siguiente:

  1. Plan Nacional de Seguridad Alimentaria: El Programa busca cubrir los requisitos nutricionales de niños de hasta 14 años de edad, embarazadas, discapacitados y adultos desde los 70 años en condiciones socialmente desfavorables y de vulnerabilidad nutricional. Los grupos poblacionales prioritarios son las mujeres embarazadas, niños de hasta 5 años de edad y poblaciones con mayor vulnerabilidad nutricional;
  2.  Plan Nacional de Protección Social: Hogares con niños y niñas entre 0 y 4 años en situación de indigencia y/o extrema pobreza, las personas que integran su núcleo familiar y la comunidad donde viven;
  3. Plan Nacional de Primera Infancia: Niños y niñas de 0 a 4 años en situación de vulnerabilidad;
  4.  Becas progresar: Jóvenes de entre 18 años y 24 años inclusive. En estudiantes avanzados, hasta 30 años. Estudiantes pertenecientes a pueblos originarios sin tope de edad. Estudiantes con alguna discapacidad debidamente certificada, sin tope de edad.
  5. Tarifa social de energía eléctrica y gas natural;
  6. Programa Hogar: Con alcance a todas las localidades del país que no cuenten con acceso a la red de gas natural.
  7. Programa SUMAR: Brinda cobertura de salud a la población materno infantil, niños/as y adolescentes de 6 a 19 años y a las mujeres y hombres hasta los 64 años, a través de los efectores de salud de las jurisdicciones.
  8.  Incluir Salud: Brinda cobertura de salud a los titulares de pensiones no contributivas. 9) Servicio Nacional de Rehabilitación. Certificado único de discapacidad.
  9.  Prestación por invalidez, para trasplantes, para madres de 7 o más hijos.
  10. Pensión honorífica veteranos de guerra del Atlántico Sur;
  11. Pensión no contributiva por vejez;
  12. Pensiones graciables y de leyes especiales;
  13.  Programa Hacemos Futuro:  Destinado a personas físicas y/o hogares en situación de alta vulnerabilidad socioeconómica, en situación de desocupación, que no cuenten con prestaciones de pensiones, jubilaciones nacionales, ni planes de ingreso nacionales o provinciales;
  14. Proyectos productivos comunitarios: Trabajadores/as de la economía popular que se encuentren en situación de alta vulnerabilidad social y económica;
  15. Monotributo social;
  16. Jóvenes con más y mejor trabajo:  Jóvenes de 18 a 24 años de edad, inclusive, que residen en forma permanente en el país, que no hayan completado el nivel primario y/o secundario de educación formal obligatoria y que se encuentren en situación de desempleo,
  17. Otros planes nacionales de empleo: Trabajadores desocupados o con problemas de empleo;
  18. Seguro de capacitación y empleo;
  19.  Seguro de desempleo, con la actualización que tuvo en los montos en momentos de la pandemia.
  20. Pensión universal adulto mayor (PUAM);
  21. Asignación universal para protección social (hijo e hijo con discapacidad);
  22.  Asignación embarazo para protección social;
  23. Asignación familiar hijo/ hijo con discapacidad;
  24. Asignación familiar prenatal. A todas estas ayudas nacionales hay que sumarles las jubilaciones y pensiones.

Suman controles para las empresas que solicitan ayuda para el pago de salarios

Nuevo escenario:

Sorpresivamente, en marzo de este año apareció la pandemia Covid 19. Desde el día 16 de marzo comenzó levemente el aislamiento y se generalizó a partir del 20 del mismo mes, fecha en la actividad económica  del país, como nunca había ocurrido, se paralizó totalmente. Comenzó tenuemente la ayuda del Estado, a través de decretos de necesidad y urgencia. Primero se emitió el 332, disponiendo el beneficio de postergación o reducción de hasta el 95% de la contribución patronal destinada al Sistema Previsional Argentino (SIPA),  que equivale al 10,77% que abonan las Pymes y al 12,35% las demás empresas que no lo son. Luego, vino el salario complementario para los meses de abril y mayo, en donde el Estado se hace cargo del 50% de los sueldos netos que pagan las empresas, con los límites de un salario mínimo vital y móvil ($ 16.875) y dos ($ 33.750). Adicionalmente, aparecieron créditos a tasa cero, destinado a Monotributistas, Autónomos y el salario complementario para determinadas actividades y el Ingreso Familiar extraordinario (IFE).

La AFIP no postergó en general los vencimientos impositivos y previsionales; salvo algunas pocas fechas, como por ejemplo el del Impuesto a las Ganancias de las Sociedades pero que car dentro del mismo mes. Sí, en cambio, estableció prórrogas de ferias fiscales y de algunos de los vencimientos formales, que no implican pagos de impuestos.

El Covid19 y un cambio en el paradigma económico

Pero se escucha que no alcanza, nunca alcanza. Y es probable que así sea, todo depende del lugar en donde cada uno se encuentra parado. La presión tributaria actual supera un tercio del PBI; o sea, de lo que el país produce en un año y la mochila con la carga siempre la llevan los mismos actores. Todo comenzó con una “caja de PAN” y hoy se llegó hasta aquí. Es probable que las tres últimas décadas hayan sido de fracaso del Estado, y que la única herramienta que se encontró fue la de aprobar cada vez más programas de ayuda. A pesar de eso, se estima que luego que pase la pandemia casi un 50% de la población estará por debajo de la línea de pobreza.

¿De qué manera desarmará el Estado los programas de ayuda económica cuando pase la pandemia?, o ¿estos planes pasarán a integrar las capas de ayuda que viene dándose desde que apareció la primera caja del “PAN”? Es probable que las cosas no se solucionen por desconocimiento; pero también, podría pensarse que la intención sería que haya un Estado dominante con el fin de, en el futuro, poder controlar todo.

 

Detalle de planes vigentes, con los montos de presupuestos que fueron ejecutados.