La reducción del déficit fiscal que propone el gobierno implica un ajuste muy significativo
La reducción del deficit puede provenir de una reducción de gastos o de un aumento de los ingresos o de cualquier combinación de ambos. Cinco puntos del PBI equivalen aproximadamente a 15 puntos del total del gasto del Estado y eso es mucho.
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Miguel La Vista*
El anuncio del nuevo gobierno de hacer una reducción al déficit fiscal equivalente a cinco puntos del producto bruto interno significa un ajuste muy significativo. Debemos tener presente que cinco puntos del PBI equivalen aproximadamente a 15 puntos del total del gasto del Estado; y eso es mucho.
La reducción del deficit puede provenir de una reducción de gastos o de un aumento de los ingresos o de cualquier combinación de ambos.
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En el corto plazo creemos que el gobierno tiene a mano algunas herramientas para reducir el déficit fiscal a través de ajustes al stock tanto de ingresos como de gastos. Nos referimos a esto como reducción drástica en los gastos de obra pública, o también un ingreso extraordinario por la implementación de alguna moratoria o blanqueo impositivo y previsional.
Es ajuste de stock porque es por única vez, es decir que esta medida no sirve para sostener la reducción del deficit en el mediano y largo plazo.
Otra herramienta a la que probablemente recurran sea la licuación del gasto público ajustes por inflación en los salarios estatales y jubilaciones por debajo de los niveles de inflación. Esperamos que esto no ocurra porque este tipo de medidas hace pagar a justos por pecadores.
En el mediano y largo plazo, es necesaria una política de reducción de gastos corrientes.
Según mi punto de vista, el gobierno debería obtener una reforma legal que elimine la ley de estabilidad del empleo público. }
"En el corto plazo creemos que el gobierno tiene a mano algunas herramientas para reducir el déficit fiscal a través de ajustes al stock tanto de ingresos como de gastos", Miguel La Vista.
Los sucesivos gobiernos se han ocupado de inundar las oficinas públicas con empleados nuevos, en una proporción mucho más alta que el crecimiento demográfico de la población y/o del producto bruto interno, sin que nadie nos haya explicado con claridad qué nuevos o mejores bienes públicos obtenemos los ciudadanos a través de la incorporación de tantos agentes estatales.
La ley de estabilidad del empleo público opera como traba que impide que cualquier gobierno racional pueda tomar medidas para eliminar gastos espurios. Esto incluye también a jubilaciones y pensiones que pudieron haberse otorgado sin los requeridos aportes y contribuciones necesarios para acceder al derecho de una renta perpetua.
No estoy haciendo mención a los gastos necesarios de muchísimos empleados públicos que sí contribuyen de manera positiva a la generación de bienes públicos, como docentes, médicos, personal de fuerzas de seguridad, etc. Me refiero a la enorme cantidad de privilegiados que se ocultan detrás de todos estos buenos empleados, y también a su supuesto empleados que quizá ni sepan que tienen un cargo en el Estado; y que su sueldo lo cobran los diversos “chocolates” de los partidos que ostentan el poder.
El uso eficiente de los recursos no es una aptitud reservada unicamente a las organizaciones que persiguen fines de lucro. La eficiencia debe aplicarse a todo tipo de organizaciones con o sin fines de lucro, públicas o privadas. En especial, al sector público debería exigírsele aún mayor eficiencia que al resto de las organizaciones, porque la financiación del gasto m proviene del aporte de los ciudadanos a través del pago de sus impuestos, que no son más que una contribución sin contraprestación directa de sus ingresos y ahorros.
Qué cambios deberían venir en el mediano plazo
Creemos que en el mediano plazo se puede generar una conciencia colectiva de la enorme importancia que significa el uso eficiente de los recursos que dispone el estado.
Alguna vez deberíamos sentarnos a discutir cuál es el origen de los ingresos con los que la política financia sus interminables campañas electorales. Es probable que encontremos aquí otra bolsa de gastos espurios que nada tienen que ver con los objetivos de la existencia del Estado, que deberían eliminarse de manera lisa y llana.
En resumen, creemos que en el corto plazo se pueden recurrir a una serie de medidas temporales para buscar un equilibrio inicial en las cuentas públicas, pero en el mediano y largo plazo se requiere un ajuste en serio que apunte a la eficiencia en el gasto público, y a la eliminación de gastos ajenos a los objetivos de la existencia misma del Estado.
Y este planteo no tiene absolutamente nada que ver con medidas que afecten los intereses de numerosas personas que trabajan de manera honesta y dedicada a cumplir con sus deberes y provee bienes públicos necesarios para toda la población.
En una visión un poco más amplia, deberíamos analizar cómo impacta el planteo ideológico del nuevo partido gobernante en el gasto público.
Y aquí ya no basta con plantear un objetivo de equilibrio fiscal, sino una profunda revisión de qué actividades debe atender el estado y cuáles deben quedar en manos del sector privado.
Líneas aéreas, canales de televisión, empresas petroleras, etc. son sólo algunas de las actividades que merecen una discusión seria respecto de qué valor le ha agregado a la población y al progreso que estas actividades estén en manos del gobierno.
* Abogado tributarista, Socio del Estudio La Vista Casal.
