Esta vez, al igual que semanas atrás fue Jujuy, la provincia de San Juan podría constituirse en otro espejo adelantado de la realidad nacional. En ambos casos, su significado cobra gran relevancia, por su posible proyección futura.
El triunfo de la oposición rompió en esa provincia, 20 años de continuidad de gobierno peronista, mientras que en la norteña provincia jujeña, se ratificó la conducción, a cargo del hoy candidato a vicepresidente de la nación por la oposición.
Asimismo, la elección sanjuanina constituyó otra muestra del hartazgo de la población frente a intentadas desviaciones de la clase política respecto de las reglas institucionales y del espíritu republicano.
Los últimos recursos y otro espejo adelantado
Las ya concretadas varias elecciones provinciales, han sido escenario de la reacción silenciosa de la población evidenciada por el gran aumento del ausentismo, frente al marasmo institucional, económico y social que está atravesando el país.
Un chico de 13 años salió a comprar pan y dos motochorros lo balearon para robarle el celular
Esta forma pasiva de reclamo social, abreva en una profunda crisis nacional, expresada por:
- guarismos acercándose peligrosamente a la hiperinflación
- pobreza que sacude a casi la mitad de la población nacional
- piquetes casi diarios
- huelgas docentes insoportables en varias provincias, por ejemplo Santa Cruz
- ausencia de empatía por los problemas reales de la población, evidenciado no sólo por las autoridades nacionales en ejercicio, sino por las expresiones del carrousel de candidaturas frente al proceso eleccionario desatado, incluyendo a la principal oposición, enfrascada en una disputa personal, lejos de la problemática de la población
- un recientemente aparecido candidato cuyas propuestas menguan su credibilidad, (aun para aquellos que inicialmente podían haber sentido cierta atracción por sus rasgos rupturistas y contestatarios), evidenciado por su franco descenso en las recientes encuestas y en los últimos actos electorales.
Párrafo aparte para la inexplicable elección de parlamentarios Mercosur, que asemeja mucho más a un gravoso destino de compensación política que a una necesidad institucional, agravado por el hecho que, a diferencia de otros países, genera una carga económica inútil por sueldos, viáticos, viajes, etc., en un organismo cuya única tarea es la de una reunión mensual para producir dictámenes de carácter declarativo.
Es en este marco, que se mencionaba en el título a los últimos recursos.
La primera muestra fue el angustioso -sobre la hora- pago de las obligaciones con el FMI a fines del mes de junio, que dejaron exhaustas las finanzas públicas, situación que supone que se aumentarán los problemas para financiar importaciones, sea de bienes de capital o imprescindibles insumos, por lo cual se agudizará el estrangulamiento en la actividad económica, ya afectada por la caída de 4.2% respecto del año pasado y de 2% respecto del mes anterior.
En otro orden, en un accionar casi impúdico del Gobierno nacional en su conjunto, (Presidencia, ministerios, empresas públicas, organismos descentralizados) también están gastando los fondos que no posee, en una campaña agobiante de publicidad, intentando convencer a los sufridos argentinos sobre las bondades de su gestión, en versiones edulcoradas y casi en su totalidad alejadas de la realidad.
Es en este contexto, donde está culminando un período que a juicio de quien esto reflexiona, constituye el peor gobierno de la era democrática, y que ha llevado a la población a la angustia, la desesperanza y el absoluto escepticismo, no sólo respecto a quienes detentan el poder en la actualidad, sino, y muy lamentablemente hacia lo institucional en general, manifestado, entre otras realidades, por fuera de la ya señalada abstención electoral, por la creciente migración de empresas, talentos y jóvenes, situación que expresa no sólo un muy triste presente, sino una hipoteca hacia el futuro del país.
Lamentablemente.