Un 20 de noviembre de 1845 se produjo el Combate o Batalla de Vuelta de Obligado sobre el río Paraná, algunos kilómetros al norte de la ciudad de San Pedro en la provincia de Buenos Aires, la planificación de la defensa y la dirección de las tropas estuvo a cargo del general Lucio Norberto Mansilla.
El 17 de noviembre de 1845, la flota anglo-francesa con quince naves de guerra blindadas con torretas de artillería giratorias como escolta de 100 barcos mercantes remontaban el río Paraná. Meses antes, Juan Manuel de Rosas, en su carácter de encargado de las relaciones internacionales de la Confederación Argentina; había nombrado a su cuñado y Jefe de la guarnición militar de San Nicolás, el General Mansilla, como comandante de las fuerzas defensoras ante una casi segura invasión.
Los antecedentes militares de Mansilla
Mansilla nació en Buenos Aires el 1º de marzo de 1792. Su padre, Andrés Ximénez de Mansilla, de origen español, fue uno de los más valerosos defensores de Buenos Aires durante las invasiones inglesas, perdiendo la vida en 1807 durante la segunda incursión. Lucio también participó, con sólo 14 años, en la Defensa de la ciudad y formó parte del Tercio de Gallegos. En 1807 luchó en Miserere y en los combates callejeros del 5 y 6 de julio. En 1809 obtuvo su título de Agrimensor y abrió una escuela de Matemáticas.
En 1810 se puso a disposición de la noble causa de Mayo. Según sus propias palabras: "...al grito de LIBERTAD, ceñí la espada, abandonando el halagüeño porvenir, y la posición social obtenida, y me puse al servicio de mi patria". En 1812, como teniente luchó junto a Artigas contra los portugueses. Participó del sitio de Montevideo bajo órdenes de Rondeau. Durante 1813 en el ataque a la fortaleza de “El Quilombo” a orillas del río Yaguarón una bala de fusil lo atravesó hiriéndolo de gravedad. Fue recomendado por el Gobierno por su valor y publicado en la Gazeta por su heroísmo.
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Se destacó en la organización del Ejército de los Andes como reclutador e instructor en Jáchal (San Juan); fue nombrado por San Martín “Comandante General de las Cordilleras del Sur de los Andes”; combatió en Chacabuco y Maipú a cargo de una división, obteniendo honores y la “Legión de Chile”. En 1821 lo encontramos en Entre Ríos junto a Ramírez enfrentado con Artigas que había invadido la provincia. Cuando Ramírez murió, Mansilla, único jefe de fuerzas regulares, fue nombrado entonces Gobernador de Entre Ríos. Su actuación fue meritoria, firmó la paz con López en Santa Fe presentándose solo y desarmado en su campamento, devolvió las autonomías a Corrientes y Misiones y firmó el tratado del Cuadrilátero en 1824. Combatiente en la Guerra contra el Brasil en Camacuá, Ombú e Ituzaingó con honores y con el grado de General de División. Retirado del servicio activo en 1827 se casó en segundas nupcias con Agustina Ortiz de Rosas, hermana menor de Juan Manuel. En 1839 fue designado Jefe del Ejército de Reserva de la ciudad y Comandante de la Costa del Paraná. Entre 1840 y 1844 fue legislador provincial.
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Mansilla en Vuelta de Obligado
A mediados de agosto de 1845 Mansilla recibió de Rosas las instrucciones ante la inminente llegada de la escuadra anglofrancesa que pretendía remontar el río Paraná. El heroísmo demostrado (una vez más) por Mansilla está fuera de discusión como es sabido. Vale como ejemplo la arenga a sus tropas aquél 20 de noviembre de 1845:
“¡Vedlos, camaradas, allí los tenéis! Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar las aguas de un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos. ¡Pero se engañan esos miserables, aquí no lo serán! Tremole el pabellón azul y blanco y muramos todos antes que verlo bajar de donde flamea”.
Herido gravemente, sus ganas de seguir luchando aceleraron su recuperación. Enfrentó nuevamente a la flota anglofrancesa que volvía de su incursión en los combates de Acevedo, Quebracho y San Lorenzo el 4.Jun.1846 produciéndole pérdidas materiales y de vida a la escuadra invasora.
Tras largas negociaciones diplomáticas con Francia e Inglaterra, el gobierno argentino recuperó la flota capturada a Brown y la isla Martín García, el reconocimiento de la soberanía de la Argentina y de sus derechos exclusivos sobre la navegación de sus ríos interiores y que las flotas invasoras desagraviaran a la bandera argentina con una salva de 21 cañonazos.
Estos tratados de paz marcaron la victoria de la firme y digna posición en defensa de la soberanía nacional mantenida por Juan Manuel de Rosas.
Mansilla, retirado de las armas hasta 1852 como Comandante de Reserva de Buenos Aires, contuvo a los dispersos fugitivos de Caseros que pretendían saquear la ciudad, licenció a las tropas y entregó el fuerte al enviado de Urquiza. Embarcado junto a Rosas se estableció en Francia y fue asiduo concurrente al Palacio del Emperador Nicolás III quien lo recibió con honores y trato preferencial.
De regreso a Buenos Aires falleció el 10 de abril de 1871 víctima de la fiebre amarilla a los 79 años. Sus restos descansan el sueño eterno en el Cementerio de la Recoleta en el panteón familiar.