El déficit habitacional en nuestro país se encuentra en niveles record y la explosiva crisis del mercado de alquileres pone en evidencia, más que nunca, la urgente necesidad de encontrar una solución permanente y perdurable en el tiempo para que muchos argentinos puedan comprar su primera vivienda.
Lamentablemente hoy quien tiene un salario familiar muy bueno, tampoco puede acceder a comprar un inmueble porque los créditos hipotecarios han dejado de existir. Nuestro país es el que tiene la menor tasa de créditos de todo el continente, incluso detrás de Haití. Tenemos una tasa del 17 % del PBI en montos de créditos otorgados, por ejemplo, Chile tiene un 120 %.
Pero la desgracia no termina allí. En la Ciudad de Buenos Aires, hay solamente cuatrocientos inmuebles ofrecidos en alquiler residencial permanente y diecisiete mil en alquiler temporario. Es decir, hoy es imposible alquilar un inmueble en la Ciudad a pesar de tener un buen salario, buenas garantías y las mejores referencias. No hay inmuebles ofertados. Esta situación se repite a lo largo de todo el país, no es un fenómeno excluyente de la capital argentina.
Mientras tanto los senadores pretenden mantener tres años como plazo mínimo de los contratos y la actualización cada seis meses, ¿en qué país viven?, lo mismo las asociaciones de inquilinos pretendiendo que se prohíban los desalojos y otros pedidos descabellados.
Los representantes del pueblo no están cumpliendo con el mandato que se les confirió, que es velar por el interés común. Hace tres años que sabemos y todos decimos que esta ley de alquileres fue un fracaso y que causa solamente daños al mercado de locaciones y desde nuestra Cámara lo advertimos antes que se promulgue en julio de 2020.
Algunas propuestas
Pero no podemos solamente criticar, debemos hacer propuestas y las tenemos: se requieren políticas de gobierno y estrategias diseñadas para promover y facilitar la reactivación del mercado de alquileres.
Por ejemplo, incentivar tributariamente a los propietarios que alquilen sus inmuebles (no basta con impuestos nacionales, se deben eximir impuestos provinciales y municipales), proporcionar asistencia financiera directa a inquilinos de bajos ingresos para ayudarlos a pagar el alquiler, fomentar la construcción de viviendas económicas mediante incentivos para desarrolladores, subsidios, préstamos a bajo interés o donaciones de tierras, simplificar los procedimientos y reducir los costos asociados con el alquiler de propiedades tales como los impuestos de sellos y registros de firmas, ofrecer incentivos financieros a los inversionistas para que inviertan en propiedades de alquiler y promover la construcción de edificios de viviendas multifamiliares -eximiendo de tasas e impuestos temporalmente a las desarrolladoras- con la obligación de destinarlo a alquiler por un plazo de diez años.
Nuestro país, exige una política de estado tendiente a paliar el grave e injusto déficit habitacional que padece gran parte de la población. Cinco millones de ciudadanos argentinos desean tener su propia vivienda, miles de familias sueñan con el techo propio, es hora de generar políticas reales para que ello ocurra.
Tenemos perspectivas de crecimiento del mercado inmobiliario argentino luego de la crisis más extensa de su historia, es necesario que nuestros dirigentes tomen conciencia que el sector inmobiliario dinamiza muchos sectores de la economía y genera un crecimiento virtuoso. El estado y sus tres poderes deben mirar nuevamente hacia aquí, esperamos su apoyo y acompañamiento y estamos dispuestos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para lograrlo.
* Presidente de CAMESI (Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios), presidente de Keymex Argentina, abogado, escribano y corredor inmobiliario