OPINIóN
Debate educativo y pandemia

No aprender

Es necesario la evaluación para ver en qué mejorar y recuperar los conocimientos que no se llegaron a plantear en la pandemia.

Pruebas Aprender 2019 080919
| Prensa MECCYT

Se equivocó Joan Manuel Serrat cuando afirmaba que "nunca es triste la verdad", ya que es dolorosa la verdad de tantas niñas, niños y adolescentes que quedaron fuera del sistema educativo y, por lo tanto, sin todas las herramientas para construir su futuro.

Quizás también el cantautor catalán erró en eso que esa verdad, "lo que no tiene es remedio", ojalá la afirmación de ese verso pueda revertirse.

Hace unos días el ministro Nicolás Trotta asumió que “es un fracaso institucional del sistema educativo” que en el 2020 casi un millón de alumnos tuvieron “bajo o nulo contacto con las escuelas”.

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Unicef por su parte, afirma que, además en Argentina durante 2020, al menos 357 mil chicos y chicas abandonaron la escuela y que más de 70 mil estudiantes no volvieron a clases en 2021. Lamentablemente la virtualidad como alternativa a lo presencial, no pudo hacer accesible la educación para todo el estudiantado, ya que se expresa que un 19% de hogares aún no tiene acceso a internet.

Pero por si eso fuera poco, Unicef nos dice que el 83% de esos hogares con limitaciones de acceso son los socioeconómicos más vulnerables del país y de las regiones más desiguales, como son el NOA y NEA.

Viejas y nuevas desigualdades, expuestas e incrementadas por la pandemia y la crisis social que vivimos, las que evidencian una desgracia educativa, que se refleja en las palabras del ministro y los datos aportados por Unicef. 

En Argentina durante 2020, al menos 357 mil chicos y chicas abandonaron la escuela y que más de 70 mil estudiantes no volvieron a clases en 2021. 

No aprendimos que la educación no puede estar presa del zigzag político, en el que, en diferentes momentos, similares guarismos sirven para justificar lo presencial o lo virtual, según convenga políticamente. Esas situaciones atentan contra la programación académica, el funcionamiento de las instituciones y la organización de las propias familias, en particular si los anuncios sobre la vuelta a lo presencial se toman en carteras de salud y no en educación.

La falta de políticas que favorezcan el contacto estudiantil con sus docentes, para recrear la idea de educación desde su función social, permite hablar de la “generación Covid”, como ese conjunto de personas afectadas en su educación y formación, y por lo tanto con dificultades para insertarse efectivamente en los entornos sociales de la sociedad del conocimiento, en particular en países que como el nuestro, que más tiempo tuvieron sus escuelas cerradas y con más dramáticos estadísticas de abandono y deserción escolar.

La falta de políticas que favorezcan el contacto estudiantil con sus docentes, para recrear la idea de educación desde su función social, permite hablar de la “generación Covid”

Empleando los conceptos de Joan Manuel, ¿Cómo remediamos la tristeza que nos dan las verdades que muestra la educación?

Debemos aprender de todo lo que se ha hecho en todo el mundo, que son en definitiva tres cosas urgentes e importantes: volver a la presencialidad de modo cuidado y responsable, pero presencialidad al fin; hacer todo el esfuerzo posible recuperar todo lo perdido, buscar a todo quien haya dejado de estudiar; y conocer a fondo sobre lo hecho y lo no realizado, para poder aprender y cambiar para mejorar. Recuperar lo perdido es posible, es un imperativo moral realizarlo. Aprender de lo hecho hasta ahora, una obligación institucional para no persistir en errores.

El sistema educativo puede ser visto como un conjunto organizado de sucesivas evaluaciones

El sistema educativo puede ser visto como un conjunto organizado de sucesivas evaluaciones. El mundo ya no debate el valor de algunos dispositivos, por eso hoy poner en discusión las evaluaciones ONE/APRENDER -que se realizan desde 1993- es poner en duda una herramienta que favorece la producción de información para reflexionar y tomar decisiones con fundamento. Cada vez que vez que se postergaron, perdió el sistema, perdieron los docentes y estudiantes, perdió la sociedad.

A más de un año de políticas en pandemia es necesario aprender de lo realizado y trabajar realidades, es imperioso saber qué mejorar, cómo recuperar y devolver la educación a tantas niñas, niños y adolescentes que están fuera. Especialmente ahora precisamos dar el paso de la educación de emergencia a la de calidad y que nadie se queda atrás.