El de Macri es un apellido con idas y vueltas. Siempre fue importante ser un Macri, aunque no siempre lo fue en el mismo sentido. Mauricio hizo su carrera política, primero en Boca, después en la Ciudad y hasta llegar a la Presidencia, bajo las luces y sombras de este apellido. Macri era una marca, un sello de éxito y poder. Fue en parte lo que ayudó en la imagen del ser “Macri” catapultó a Mauricio a la consideración pública y le permitió hacer una carrera política verdaderamente prolija y meteórica. Después, siguiendo los altibajos de la política, el apellido Macri empezó a estar en baja y perdiendo brillo. En los últimos tiempos nadie parece querer sumarse a la foto familiar; nadie quería ser un Macri. Pero hay uno que sigue firme en su puesto.
Allá en el 2011, Jorge Macri, primo del actual presidente, decidió lanzarse a una aventura política propia. Hasta entonces había sido un miembro del Pro, elegido dos veces como diputado provincial, y también había sido candidato a vicegobernador de la Provincia en 2007, junto a Francisco de Narváez. En 2011, planteó un objetivo que parecía difícil de lograr: convertirse en intendente de Vicente López, destronando al histórico Enrique “Japonés” García, que durante años había sido poco más que el emperador del partido.
Entonces no solo logró el objetivo, sino que llevó a cabo una gestión que este domingo volvió a ser ratificada en las urnas. Mientras la noticia sigue siendo la derrota de su primo más famoso, que deberá dejar la presidencia de la nación el próximo 10 de diciembre, la de Jorge Macri es una victoria que ha sido valorada pero ha pasado casi desapercibida.
El nuevo rol de Mauricio Macri: su primo Jorge destacó su "liderazgo indiscutido"
El peso del apellido fue particularmente difícil en su caso. No solo cargaba con el nombre de la familia, sino también con el del primo, que además de ser el líder del partido, logró en 2015 otra hazaña electoral que parecía imposible, convirtiéndose en presidente de la nación. Pero Jorge Macri no buscó cambiarse el apellido ni convertirse por ejemplo en Jorge Boga (apellido de su madre, Alicia Boga). Hoy es quizás el único Macri que tiene algo que festejar y eso le da una proyección muy interesante en el largo plazo.
El control de daños post electoral nos dice que no hay muy buenas noticias para el macrismo. El equilibrio en el Congreso, quizás es una de ellas, pero no son mucho los baluartes que han quedado en pie a lo largo del país. Se menciona la victoria de Rodríguez Larreta, en Capital, como el principal motivo de festejo, claramente fue importante ganar en primera vuelta sin balotaje y tiene ya armada su estructura para trabajar su candidatura presidencial futura. El macrismo ha perdido una plaza importantísima en la Provincia, y una que hay pocas esperanzas de recuperar. María Eugenia Vidal fue una buena gobernadora, pero floja de actitudes y de liderazgo de equipo en algunos aspectos. Le faltó la garra, le faltó ser una política de raza que pudiera plantarse ante propios y ajenos y defender su lugar; se entregó después de las PASO. Por ahí el distanciamiento con Marcos Peña fue el factor de ese abandono.
Macri también quiere una despedida con una Plaza de Mayo llena
Hoy viene un nuevo período en el que habrá que pensar los roles. Mauricio Macri acaba de recibir a su primo Jorge Macri en la Casa Rosada. ¿Están pensando nada más que en la transición o ya empiezan a delinear una estrategia para el mediano plazo? Habrá mesa con una sola cabecera o múltiples… Rodríguez Larreta sumó voluntades importantes para lograr su objetivo y ganó en una histórica primera vuelta, en cambio en provincia de los 135 municipios, el Frente de Todos gobernará 71 y Juntos por el Cambio 61. Jorge Macri será uno de los mayores dirigentes de peso que le queda a Juntos por el Cambio en la provincia, y también quien asoma para reclamar en el futuro el espacio territorial que Vidal está dejando vacante. En los últimos tiempos demostró ser un político accesible y conciliador, que se ganó elogios de todos los sectores. Recorrió la provincia y fue el mejor vocero del oficialismo, el único que salió a hablar en momentos en que nadie más quería hacerlo. Es una figura que tiene todo para ocupar un lugar destacado en el nuevo escenario.
Puede parecer que todavía falta mucho, pero este es el momento para empezar a pensarlo.
Las campaña presidencial ya terminó; mañana hay que empezar a pensar ya en las elecciones de medio término. El triunfo de Kiciloff, que fue sorpresivo para muchos, es el resultado de una campaña maratónica, que empezó incluso antes de que se lanzara su candidatura.
En política, está demostrado que la fortuna les sonríe a quienes llegan temprano.