Recién llegado de mi primera gira por Europa con el objetivo de escalar el impacto socio-ambiental de Proyecto Agua Segura, me encuentro en cuarentena con mi mujer, en nuestro acogedor monoambiente de Capital Federal. Son días complejos. Desde lo personal, estos días de encierro me ayudan a repensar muchas cosas. Hoy es el Día Internacional del Agua, declarado por la ONU en 1992. La temática de este año es Agua y Cambio Climático, pero la coyuntura actual me obliga a escribir de un lado más social y contar mi historia como emprendedor social.
Hace casi medio siglo que los wichis no tienen solución al problema del agua
Atrapado en este monoambiente (por suerte, con la persona que amo), me largo a escribir estas líneas para contar mi historia y elevar la voz para pedirle a la sociedad que se aventure a agregar valor y utilice las herramientas que aprendió en su trayectoria profesional para hacerle frente a esta pandemia.
Mis años de experiencia como residente médico junto con otros tanto como emprendedor social, me enseñaron a que si unimos ambas disciplinas, podemos contribuir a generar impacto positivo en el mundo. Empecé con un deseo de ejercer la medicina desde otro ángulo. Escuché a mentores, amigos, familiares y emprendedores sociales. Conjugué ambos factores y llegué a la conclusión que trabajar sobre el acceso universal al agua era lo que me motivaba y donde podía unir mi servicio de médico y mis ganas de emprender usando las fuerzas del mercado para generar un impacto positivo en el mundo.
El agua puede ser fuente de vida o de muerte, todo depende cómo la consumamos. Durante mi residencia médica, pude ver como muchos pacientes venían a la guardia con enfermedades causadas por tomar agua en mal estado que hoy, en el mundo, son la segunda causa de muerte en niños y niñas menores de 5 años (la primera, son las enfermedades respiratorias). El agua DEBE ser vida, no solo por consumirla en buen estado sino como fuente para higienizarnos. Hoy, el Coronavirus nos está enseñando sobre este hábito tan importante que a veces olvidamos y que ojalá nos quede arraigado en nuestra rutina, porque no solo evita el COVID-19 sino miles de otras enfermedades.
En el Día Internacional del Agua y en tiempos de pandemias, necesitamos líderes innovadores que vean la oportunidad de crear soluciones sostenibles. Necesitamos un propósito, el mío fue hacerle frente a la crisis del agua a través de un modelo económicamente sostenible y con triple impacto. ¿Cuál es el tuyo?
* Médico. Fundador de Proyecto Agua Segura.