Para desmantelar el control de las organizaciones sociales, el Presidente Milei dio de baja, por decreto, varios planes de asistencia estatal, como Potenciar Trabajo. Los comedores escolares recibirán menos alimentos y habrá menos proyectos productivos y de urbanización. Peligroso en un país con 57,4 % de pobres.
Piquetes | Se anunciaron cortes de calles, avenidas y accesos para recordar la historia de fin de 2001. |
NA
María Pastore*
El presidente Javier Milei no cumplió aún los 100 días de gobierno y ya parece amenazar de muerte a un sistema que se prolongó por casi tres décadas: los planes sociales como política de Estado.
Por decreto, de un plumazo, dio de baja al plan estelar, el Potenciar Trabajo, de una maquinaria que encubrió y, a la vez, cubrió a la pobreza y a la precarización laboral en la Argentina.
Con ese plumazo, Milei desmanteló, por ahora, la red de intermediación y control de las organizaciones sociales de los planes, de la distribución de alimentos para los comedores comunitarios, de maquinarias y herramientas para proyectos productivos y hasta la urbanización de barrios populares.
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El presidente, a través de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, pretende reestructurar la ayuda social mediante nuevos programas como “Volver al Trabajo” y “Acompañamiento Social” en base a la formación para la inclusión en el mercado laboraly la asistencia inmediata, en el segundo caso. Es volver a la idea de política social focalizada a quien la necesite por un tiempo determinado. Corto.
Sin embargo, hay dos grandes desafíos que afronta el gobierno actual y parece no dar cuenta de ellos. En materia social es el aumento de la pobreza a niveles históricos. Mientras que en el fatídico 2002 el índice alcanzaba un 54%, para enero de este año midió un 57.4% con una suba de 10 puntos respecto a diciembre, lo que corresponde a 27 millones de argentinos, según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, dirigido por el prestigioso sociólogo Agustín Salvia. El presidente usó la táctica que tanto criticó al kirchnerismo: acusó a la medición de “un dibujo”. Desconocer la realidad, al igual que sus opositores, es un grave error para darle batalla.
El segundo desafío en este área es político y se vincula con el nuevo papel que jugarán los desplazados movimientos sociales. Es claro que, a partir del desmembramiento de la estructura de poder que manejaban las organizaciones piqueteras se produce el franco enfrentamiento entre éstas y el gobierno. Y desconocer el poder de movilización y confrontación de los movimientos sociales en un contexto de pobreza creciente es un error, que más que temerario es peligroso.
Durante el gobierno de Alberto Fernández, el poder de las organizaciones afines creció exponencialmente, a partir de la quintuplicación del gasto en planes administrados por Emilio Pérsico, su Secretario de Economía Social, junto al Movimiento Evita y la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular).
Nuevo libro. La autora analiza el fenómeno de los movimientos sociales en Argentina. ¿Representan el culto a la vagancia o reflejan la triste realidad de quienes están dispuestos a todo por hambre?
Por otra parte, y enfrentados, se encontraba la Unión Piquetera, la alianza de organizaciones sociales de izquierda, dirigidas por Eduardo Belliboni, quien se unía a las denuncias de corrupción de la Coalición Cívica, por los manejos arbitrarios y discrecionales de Pérsico.
Milei logra unir a los movimientos enfrentados y a éstos con la CGT y con todos los gremios que no forman parte, para enfrentar las políticas de ajuste y el desempoderamiento de las organizaciones peronistas que ahora encuentran en el gobierno de Axel Kicillof un nuevo refugio para “resistir” y contraatacar.
Para comprender esta compleja realidad, en el libro Planes sociales. Una política dirigida al manejo del poder, analizo la conformación de las organizaciones sociales, la emergencia de los planes y su extensión en el tiempo y en sus recursos, hasta convertirse en una nueva forma de clientelismo estatal que confrontaba con el poder de movilización de una sociedad cada vez más empobrecida.
Esta es una realidad que preocupa a todos losargentinos: sus protagonistas, los dirigentes oficialistas, los opositores, militantes y espectadores de los piquetes, e incluso a quienes denunciaron el manejo espurio de los recursos.
*Historiadora, Dr. en Ciencia Política y Ciencias Sociales, Magister en Relaciones Internacionales, autora de “Planes sociales. Una política dirigida al manejo del poder”
