OPINIóN
Tóxico

Dióxido de cloro: todas las respuestas

No existe evidencia científica que demuestre su seguridad y eficacia al ser ingerido o inhalado para el tratamiento de las indicaciones promocionadas.

Dióxido de Cloro COVID
El Dióxido de Cloro es un agente químico cuyo uso está aprobado como desinfectante y sanitizante de superficies y de agua potable. | Reuters

Mucho se escuchó hablar en este último tiempo sobre este producto. Ahora bien, ¿qué es el dióxido de cloro? El  ClO2 es un agente químico cuyo uso está aprobado como desinfectante y sanitizante de superficies y de agua potable.

Ya por el año 2016 nuestra Autoridad Sanitaria, la ANMAT -Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica-, y mucho antes la AEMPS -Agencia Española de Medicamentos-, nos alertaban acerca de un producto que se promocionaba con propiedades “milagrosas” para el tratamiento de enfermedades tumorales, infecciosas y degenerativas, entre otras. Hoy en día, a ese listado se le sumó el tratamiento para la infección provocada por el virus SARS -CoV-2, conocida como COVID-19.

 

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Situándonos en un contexto regulatorio

Previo a la aprobación de una nueva droga, o una nueva indicación de uso, es obligatorio que cumpla con una serie de etapas que demostrarán su seguridad y eficacia donde se argumente científicamente que su beneficio será mayor que el riesgo que puede causar (el famoso balance “riesgo-beneficio” del que todos hablan).

El proceso de evaluación regulatoria de un nuevo producto farmacéutico se inicia con estudios clínicos en sus distintas fases I, II y III, y luego de haber sido aprobado por los Comités de Ética y las Autoridades Sanitarias correspondientes, se procede a someter su registro con todas las evidencias científicas para que sea evaluado y autorizado.

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Si consideráramos al dióxido de cloro como un medicamento, podríamos decir que lo antes mencionado, aún no ha sucedido en ningún lugar del mundo, es por eso que su administración es controversial. Según organismos oficiales, no existe evidencia científica que demuestre su seguridad y eficacia al ser ingerido o inhalado para el tratamiento de las indicaciones promocionadas, lo único que hasta hoy se ha demostrado es su toxicidad.

Lo ha publicado la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en un informe, donde destaca que su ingesta puede causar eventos adversos, como  “irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.” “Adicionalmente, la inhalacióna través de nebulizadores puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis” ...entre otros.

A nivel internacional la Food & Drug Administration (FDA), publicó en su sitio web que habían recibido reportes de personas que experimentaron eventos adversos graves después de ingerir un producto con dióxido de cloro.

Al momento de optar por tratamientos médicos alternativos (no tradicionales) para todo tipo de patologías es sumamente relevante considerar los aspectos críticos de seguridad y eficacia de los productos a utilizar, para evitar exponerse a riesgos innecesarios y evitables.

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Más allá de este producto puntual, resulta necesario advertir a la población sobre la importancia de consumir medicamentos que hayan sido autorizados por las Autoridades Sanitarias quienes tienen la potestad para decidir si la evidencia científica presentada es suficiente para aprobar su uso, con los recaudos y advertencias necesarias. Y, por otro lado, es fundamental también hacer hincapié en los canales de venta de los mismos, en la Argentina, por ejemplo, no es legal comprar medicamentos por internet, sino que debe realizarse a través de una farmacia, donde el farmacéutico es el profesional idóneo para su dispensa.

Como profesionales de la salud, nos vemos en la obligación de concientizar y alentar a las personas al buen uso de los productos sanitarios: basarse en aprobaciones oficiales, tener en cuenta las indicaciones, las concentraciones y la posología autorizadas y, por sobre todo, no automedicarse, consultar siempre al profesional médico.

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Para finalizar, no debemos subestimar a los organismos responsables por garantizar nuestra seguridad en materia de salud. Ante cualquier duda siempre se debe consultar en canales oficiales. En nuestro país afortunadamente contamos con el sitio oficial apropiado para realizar todo tipo de consultas relacionadas con productos regulados: ANMAT responde.

 

 

Paula Budnik. Farmacéutica, MN 15928. Consultoría integral para la industria farmacéutica. Fundadora de Budnik Regulatory Affairs. Linkedin.