Mucho se ha escrito sobre cómo la pandemia del coronavirus afectará a la sociedad y a la economía del país y del mundo. Los empresarios han expresado preocupación por la detención de diversas actividades y el impacto en el negocio. Esta es una situación anómala y que alcanza niveles globales, y dentro de ese marco, lógicamente el sector de la construcción no es la excepción.
El panorama previo tampoco era muy alentador. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) del INDEC había mostrado una caída del 22,1% en febrero con respecto al mismo mes de 2019. Dentro de este contexto no queda otra alternativa que aguardar con prudencia y estar preparados para cuando recomiencen las actividades.
Cómo reparar es la misión que plantea el coronavirus
Por otro lado, creo que en este contexto, es un buen momento para mejorar procesos e innovar. Si bien las obras y las plantas están detenidas, implementar o mejorar la modalidad de home office para los equipos comerciales, ingeniería, técnicos y administrativos es fundamental, ahora y posiblemente será una modalidad cada vez más aceptada de cara al futuro. Como también lo es hacer reuniones virtuales por equipo (hay varias aplicaciones disponibles tanto para teléfonos como para laptops) para llevar tranquilidad, y dialogar sobre cómo se retomarán las obras pendientes con estrictos protocolos de higiene e invitarlos al desafío de la búsqueda de nuevos posibles negocios, que seguramente se presentarán cuando termine la cuarentena.
Hay que reinventarte, esta vez contra el COVID-19
Si bien, en estos tiempos el optimismo parece una quimera, no menos cierto es que la realidad indica que el comercio electrónico, que ya crecía 4 veces más que el retail tradicional según el Retail Ecommerce Sales Worldwide, aumenta exponencialmente; la entrega de productos casa por casa se acrecienta y redunda en necesidad de centros de distribución regionales, una nueva red de depósitos logísticos de cercanía, además de camiones, camionetas y personal para la distribución.
Es responsabilidad del sector, fortalecer el compromiso interno para tomar este proceso traumático como un reto que nos invita a innovar a diario.
La pandemia, nuestro futuro y la mámushka
De este modo podremos entender la situación puntual de cada cliente, ofreciéndole soluciones creativas para sobrellevar la pandemia y también para fortalecerse en el largo plazo. De esta forma tendremos la oportunidad de ampliar los horizontes del negocio y potenciar el trabajo con algunas industrias, como también explorar nuevos campos.
Por citar ejemplos, las empresas de alimentos, la producción agropecuaria, la industria farmacéutica, la logística y el comercio electrónico son rubros que están trabajando con un ritmo alto, y seguramente requerirán de empresas constructoras que innoven para continuar desarrollándose.
Aún es un poco apresurado hablar de nuevos paradigmas, pero está claro que con esta pandemia las tendencias mundiales se trastocan, y que cuando el aislamiento termine probablemente algunas reglas de juego habrán cambiado. Es responsabilidad de cada uno, en su medida, estar atentos para no quedarse en el pasado.
* Arquitecto. Director Comercial Regional de HORMETAL.