OPINIóN
Elecciones 2021

Coalición opositora: algunos desafíos para continuar Juntos

La oposición podría volver a capitalizar aquello que capitalizó Macri cuando Cristina gobernó mal, o que capitalizó Alberto cuando Macri gobernó mal. Pero para que esto ocurra, ésta debería reflexionar sobre algunas cuestiones básicas.

La mesa de Juntos por el Cambio
La mesa de Juntos por el Cambio | Cedoc

Luego de casi dos años de un gobierno del Frente de Todos (FdT), la oposición Juntos por el Cambio (JxC) o Juntos en algunos distritos, se encuentra frente a un escenario que podría capitalizar, si quisiera madurar como coalición y tal vez volver a ganar futuras elecciones.

En 2015 la coalición electoral, que en aquel entonces se denominaba Cambiemos reunió a tres fuerzas partidarias (Pro, UCR y Coalición Cívica). Esta coalición ganó las elecciones en el marco de un Frente para la Victoria que aún seguía presumiendo de grandes logros, pero que legaba importantes desequilibrios macroeconómicos, una inflación muy significativa, y un 30% de la población (casi un tercio de los habitantes de la Argentina) que ya alcanzaba la línea de pobreza cuando abandonó el poder Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Tal vez esta mala performance kirchnerista colaboró significativamente para que Mauricio Macri haya logrado triunfar en las elecciones presidenciales.

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La coalición Cambiemos gobernó desde 2015 a 2019.Y cuando abandonó el poder Mauricio Macri, las cuentas macroeconómicas se mostraban peores aun que cuando terminó su mandato CFK, asimismo, la deuda externa aumentó ostensiblemente, y la pobreza también escaló superando al 35% de la población. Tal vez esta mala performance macrista colaboró significativamente para que el nuevo Kirchnerismo, rebautizado como Fdt, haya logrado triunfar en las elecciones presidenciales bajo la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.

Alberto Fernández asumió el poder en 2019 prometiendo reparar todo aquello que, según el nuevo frente kirchnerista, había destrozado el macrismo en la gestión previa. Y apareció el coronavirus. El gobierno nos comunica a diario, que por la pandemia y solo por la pandemia, la gestión del FdT no ha resultado fructífera, y que, por eso, ya alcanzamos, oficialmente, un 42% de pobreza (fuente INDEC) y la escalofriante y lastimosa cifra de 62,9% de pobreza infantil (fuente ONU).

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En Argentina, a pesar de que el gobierno sigue presumiendo de un excelente manejo de la pandemia, la situación sanitaria nos revela que, aunque el número de infectados y muertos desciende, sitios oficiales internacionales que miden la incidencia del virus nos muestran que no logramos bajar de los primeros lugares en infectados, serios críticos y muertos a nivel global. Por otra parte, pero relacionado a la pandemia y al manejo de la misma, el desempleo se incrementó muy significativamente, la inflación no parece encontrar orgánica solución, los indicadores socio-económicos siguen desmejorando de manera alarmante, numerosos vacunados lograron sortear la lista de espera por ser amigos del poder político, se liberaron presos peligrosos a comienzos de la pandemia cuando el coronavirus amenazaba en las cárceles, aparecieron fotos y filmaciones del presidente, familiares, amigos y otros dirigentes del FdT, festejando un cumpleaños o celebrando en las vísperas del año nuevo, violando los más básicos protocolos, luego de los decretos dictados por el mismo Alberto Fernández.

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En este estado de situación, y de cara a las próximas elecciones legislativas (se celebrarán las PASO el 12 de septiembre y las elecciones generales el 14 de noviembre),la oposición podría volver a capitalizar aquello que capitalizó Macri cuando Cristina gobernó mal, o que capitalizó Alberto cuando Macri gobernó mal. Pero para que esto ocurra, la oposición debería reflexionar sobre algunas cuestiones básicas:

► Si la coalición opositora pretende seguir siendo una coalición, el Pro (el ala dura y el ala blanda) debe replantearse si pretende seguir monopolizando la alianza conformada en 2015,ya que uno de sus socios fundadores, la UCR, parece dejar en claro una y otra vez, que no está dispuesta a seguir ocupando un lugar periférico. Hasta hace escasos meses, se observaban “halcones” del Pro pretendiendo restar presencia al radicalismo; sin embargo, cuando comenzó a perfilarse la campaña de las elecciones legislativas, fueron “las palomas larretistas” quienes empezaron a manifestar sin disimulo que las listas de JxC o Juntos, debían ser encabezadas por dirigentes del Pro a como dé lugar, incluso a fuerza de mudar precandidatos de distrito. Si el partido centenario comenzó a rebelarse frente a la conducción centralizada en la ciudad porteña, es necesario que el Pro asuma que se necesita distribuir el poder y preparar una verdadera alternativa de gobierno y ya no solo electoral.

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► Por otra parte, para que la coalición opositora pueda apreciar como corresponde a su socio radical (que sigue ganando elecciones provinciales y locales), el radicalismo debe superar sus luchas intestinas. Luego de las elecciones internas del partido, ocurridas el 21 de marzo, el diputado provincial Maximiliano Abad, triunfó por un estrecho margen al intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Desde aquel momento, Abad se convirtió en el nuevo presidente de la UCR bonaerense, y una parte significativa del radicalismo parece concentrar más sus energías en disputar poder al interior de la UCR. Al respecto de esto último, pudimos observar como Posse, luego de reiterar en tantas ocasiones, que “su radicalismo” representaba al radicalismo que no estaba dispuesto a seguir siendo “furgón de cola” del Pro, hoy localmente apoya a la lista de Diego Santilli, que se enfrentará en las internas en PBA con la lista radical encabezaba por Facundo Manes. Si en esa última lista debía encabezar Posse o Manes, podría haber sido un buen tema de debate y posterior unidad radical, pero resultó en un tema de mayor “división” del partido. Si el radicalismo no se empodera re-unido, más difícil será conquistar el espacio tan postergado dentro de la coalición cambiemista.

► Por otro lado, continuar alentando el esquema binario, donde todo dirigente peronista debería permanecer en “la vereda de en frente”, tampoco colabora con el fortalecimiento de la coalición opositora, que además ya cuenta en sus listas con varios precandidatos peronistas, que quieren ser parte de una oposición al kirchnerismo-albertismo-massismo. Vale recordar que, dirigentes de alto rango del Pro, como Rodríguez Larreta y Santilli provienen de las filas del peronismo. Y que aquí y ahora, en JxC, existen cuadros políticos de la UCR, del Pro, de la Coalición Cívica y del Peronismo no kirchnerista.

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► Por último, para que la coalición JxC pueda seguir evolucionando, el Pro que gestiona hace años el distrito porteño, debería sincerarse y recalcular por el buen camino. El “Pro blando larretista”, con frecuencia intenta “despegarse” de la gestión de Macri, que resultó en muy malos indicadores macro y socio-económicos y que restó casi un 35% de inversión en educación. Pero solo aceptan lo mal hecho por Macri a nivel nacional, y no aceptan lo mal hecho a nivel local, en la ciudad porteña, donde gobiernan los “duros” y los “blandos” hace catorce años de manera ininterrumpida. Si el larretismo, que hoy parece querer conducir al Pro post pandemia, no asume que,por ejemplo, la educación pública porteña se encuentra en un estado muy deficiente, donde niños y adolescentes no acceden a contenidos de calidad (no cuentan con dispositivos electrónicos, libros, e insumos de los más básicos) una importante cantidad de lucidos ciudadanos, difícilmente elijan en las urnas a quienes parecen no querer izar verdaderamente las banderas de la educación y del genuino desarrollo.

Las críticas pueden ser constructivas…

* Sandra Choroszczucha. Politóloga y Profesora (UBA). www.sandrach.com.ar