En medio de la pandemia de coronavirus que afectó la salud, la psiquis y la economía de los ciudadanos del mundo, según el sitio Worldometer, Argentina ocupa el lugar número 8 en cantidad de infectados por Covid-19, la posición número 12 en cantidad de muertos por cada millón de habitantes y el lugar número 9 en la categoría de “serio crítico”, sobre un total de 221 países.
Según cifras oficiales de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) se estima que, durante 2020, ya cerraron 23.000 comercios, compañías de servicios y pequeñas y medianas empresas, y que se perdieron más de 295.000 empleos, tras la cuarentena estricta prolongada decretada por el presidente Alberto Fernández del Frente de Todos (FdT). Asimismo, se estiman significativas pérdidas de trabajo informal, que no pueden contabilizarse mediante registros oficiales.
Este estado de situación, que resulta en desempleo, niveles de pobreza y de indigencia que siguen escalando, no remite solamente a los últimos tiempos en pandemia.
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Hablemos de pobreza para comprender en su dimensión más axiomática el preocupante estado de situación socio-económico en Argentina durante un largo período que no acaba.
La pobreza en Argentina se mide a través de dos medios. Uno de éstos, la calcula bajo un esquema multidimensional (se consideran los ingresos monetarios al mismo tiempo que el acceso a la salud, la educación, la vivienda, la infraestructura básica, etc.) y comunica de manera oficial a través de censos cada diez años. El otro medio calcula los niveles de pobreza a partir de los ingresos de los ciudadanos, vale decir, se mide cuántas personas no pueden consumir los productos o servicios más básicos, y esta cifra luego es difundida cada seis meses por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El medio más consultado por los gobiernos, con el propósito de informarse, diseñar e implementar posibles políticas públicas, suele ser el segundo.
Junto al INDEC, otros organismos, como el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de la Plata (CEDLAS) se ocupa de medir y difundir los diferentes indicadores de pobreza en Argentina.
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Ayudando a nuestra memoria: cuando ganó la presidencia Fernando de la Rúa de la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación, constituida por la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente País Solidario (FrePaSo) la pobreza alcanzaba al 27 % de los hogares. Cuando De la Rúa abandonó el poder anticipadamente, a partir de una crisis de gobernabilidad económica y política de dimensiones extremas, CEDLAS midió el nivel de pobreza observando que escalaba al 46% de la población, y tras la sucesión de varios presidentes en una suerte de transición, en octubre de 2002 al asumir el poder Eduardo Duhalde del Partido Justicialista (PJ) la pobreza siguió ascendiendo. En el mes de mayo de 2003 cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner del Frente para la Victoria (FPV), se estimó un nivel de pobreza que ya alcanzaba al 62% de los hogares según las mediciones de CEDLAS, y tras los cuatro años de gobierno de Kirchner, el nivel de familias pobres descendió a 37%.
A partir del año 2003, el INDEC empezó a difundir información oficial referida al estado de situación de la pobreza. Sin embargo, durante la gestión del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), desde 2007, comenzó a develarse lo que para muchos significó un espurio mecanismo de manipulación de las cifras estadísticas. Y a partir de 2013 y hasta el final del mandato de CFK en 2015, el INDEC dejó absolutamente de publicar datos referidos a la pobreza. Y para lograr deducir éstos, durante el período que el INDEC medía de modo extraño o no medía, CEDLAS realizó una serie de estudios estimando que cuando CFK asumió su cargo, en diciembre de 2007, logró descender la pobreza de 37% a 28%, y que tras su segundo mandato la pobreza aumentó nuevamente hasta llegar a 30%.
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A partir de 2016,bajo la presidencia de Mauricio Macri de Cambiemos, se volvieron a publicar cifras oficiales. Así, hacia mediados de ese año, según datos del reaparecido INDEC, la pobreza alcanzaba al 32,2% de la población. Por su parte, CEDLAS para el mismo año estimó que el nivel de pobreza llegaba al 31,4%. Datos del INDEC y CEDLAS coincidieron que ya finalizando el gobierno de Macri, para el segundo semestre de 2019, la pobreza alcanzaba al 35,5% y la indigencia al 8% de la población.
Los primeros datos que se dieron a conocer del INDEC tras la gestión de Alberto Fernández del FdT, indican que, para el primer semestre de 2020, el nivel de pobreza escaló a 40,9% y el de indigencia a 10,5%. Y según las cifras correspondientes al segundo semestre de 2020, la pobreza alcanzó al 42% de la población mientras que la indigencia mantuvo el mismo nivel de 10,5%.
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En Argentina observamos hace décadas, como un cuarto, un tercio o más de la mitad de la población es pobre. En Argentina, actualmente 4 de cada 10 personas no logran superar la canasta básica total. En Argentina, según estimaciones de UNICEF, la pobreza infantil estaría alcanzando al 62,9% de los niños y adolescentes. Argentina desde marzo de 2020, padece de una situación sanitaria, que devela a través de cifras oficiales publicadas en los portales más prestigiosos a nivel global, que aún sigue liderando el ranking en número de contagiados, muertos y pacientes serios críticos a razón del Covid-19.
En Argentina próximamente se celebrarán comicios legislativos, y la campaña electoral en curso nos muestra una vez más, una lamentable desconexión entre la agenda de nuestros dirigentes y aspirantes a dirigentes políticos y la agenda pública, que representa los concretos problemas de la sociedad. Codicia para la ocupación de cargos, peleas, insultos, pases de factura, fuego cruzado enemigo y amigo, y,una mínima intención de interactuar a través del diálogo y el trabajo conjunto. Escasean las propuestas, escasean los debates, sobran los slogans y las especulaciones.
Necesitamos superar la crisis sanitaria coyuntural y la crisis económica estructural, necesitamos que se entienda que un enorme porcentaje de la población argentina está padeciendo tremendas faltas.
* Sandra Choroszczcucha. Politóloga y Profesora (UBA). www.sandrach.com.ar