PERIODISMO PURO
ENTREVISTADO POR FONTEVECCHIA

Leyba: "El pacto social no fue una creación de Gelbard, sino de Perón y Balbín"

El economista que participó de aquella experiencia en la década del '70 fue entrevistado por Jorge Fontevecchia para el ciclo Periodismo Puro.

ENTREVISTA CARLOS LEYVA - FONTEVECCHIA
ENTREVISTA FONTEVECCHIA CARLOS LEIVA | NESTOR GRASSI

Pese a no ser peronista, Carlos Leyba fue uno de los arquitectos del Pacto Social de 1973, cuando le tocó trabajar en el equipo del ministro de Economía José Ber Gelbard. Sobre aquella experiencia y otros temas cruciales de la política y la economía Argentina transcurrió la entrevista que le realizó a Leyba el CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia.

 

—Usted dijo no creer que “Alberto Fernández sea Héctor Cámpora, porque CFK decidió ponerlo para ganar, cuando Perón lo puso porque no podía venir. Cristina ya sabía que no podía ganar y sinceramente creo que no se puede gobernar limitándose a sí misma, diciendo ‘vamos por todo’, o reivindicando a un dirigente maoísta chino. Fernández tiene más condiciones y menos lealtades que Cámpora”. ¿Lo que le pasó a Axel Kicillof con la renegociación de la deuda de la provincia de Buenos Aires confirma su tesis?

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—Si Kicillof representa la posición de Cristina, la suya es una posición equivocada. Pero si no fuera así, también se trataría de un error.

—Pero el personaje de fondo es Alberto Fernández. ¿Realmente gobierna él?

—No tengo relación con él ni mucho menos, pero me parece que es alguien que está decidido a gobernar. Cuenta con dos piernas que tienen que ver directamente con esa intención: una es Vilma Ibarra, una persona de carácter y conocedora del sistema legislativo por su práctica profesional. La otra es Gustavo Beliz, que también tiene independencia respecto del movimiento kirchnerista, aun siendo un hombre del peronismo. Es decir que quiere gobernar. Pero una cosa es subirse a un caballo dopado y otra a uno verdaderamente manso. Hay que correrlos para reconocer las diferencias.

—Históricamente, dentro del peronismo hubo diferentes visiones económicas, Gómez Morales tenía una muy distinta de la de Gelbard.

—Gómez era un hombre de la ortodoxia.

—¿Existen esas diferencias de visiones en el peronismo de hoy?

—No sé cuán peronista es Martín Guzmán, no sé si se referencia como tal. Sin dudas, Kicillof no lo era. Tampoco sé si Matías Kulfas se referencia en el peronismo. Son profesionales, gente más que nada de formación económica heterodoxa. Quizás Kulfas lo sea: es industrialista, he leído sus trabajos académicos.

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—Tiene una visión positiva de él. ¿Y de Kicillof?

—Estoy en las antípodas de sus actos belicosos, no es mi estilo.

—¿No por ideología económica sino por las formas?

—No sé cuál es la ideología económica de Kicillof, no tengo la menor idea. Sé que escribió sobre John Maynard Keynes.

—¿Leyó los trabajos de Martín Guzmán?

—Lo leí. Sus ideas son similares a las de Joseph Stiglitz.

—¿Qué sería ser económicamente peronista?

—Yo no soy peronista. Pero si me baso en lo que pensó Perón en el 73, diría que la economía se hace con la política. Los teóricos dominan los modelos, pero también existe una especie particular, el policy maker. Es alguien que conoce tanto la vida del Estado como la de las empresas en el sistema capitalista y que sabe que una medida tiene determinadas repercusiones en la vida social y en la vida económica. Por lo tanto, lo que parece puro y perfecto en teoría es inaplicable en la práctica. En la Argentina hay que hacer cirugía. Pero se debe tener en cuenta la anestesia. Saber la dosis de anestesia y en general todo lo que está pasando en la sala es lo que hace un policy maker.

—Usted escribió un texto titulado “Hegemonía o acuerdo” en el que señalaba el peligro de que el Frente de Todos cometa el error de ir nuevamente por todo y se equivoque. Fernández ya sumó a Marco Lavagna al Indec y a Ricardo Alfonsín para la embajada de España. ¿Está construyendo una economía con consensos?

—En lo específico, digamos que cuando Alberto convocó a la mesa de la lucha contra el hambre escribí que me parecía pésimo que no hubiera dirigentes políticos de la oposición, porque el hambre es un problema colectivo, no solo de Marcelo Tinelli ni de las Madres de Plaza de Mayo: la oposición política debía estar sentada allí. Por lo menos, gente como Carolina Stanley, que había trabajado en ese tema. Eso es un déficit. Tomar un político de cada partido no implica una política de concertación. Puede ser tanto el reconocimiento de sus méritos como una forma de cooptación.

—Si se coopta con espíritu hegemónico no se está yendo en el camino del consenso. ¿Se va en un sentido u otro?

—Es una pregunta que se puede contestar de dos maneras. Sé, porque conozco a algunas de las personas que están involucradas en este baile, que hay gente que realmente quiere un consenso. No sé cuál es su peso en la gestión, pero están. La segunda manera de contestar es que no conozco a Fernández, pero sí a Cristina: y tengo testeado que eso no está en Cristina ni remotamente.

—¿Por qué cree que citó el plan de José Gelbard?

—De la misma manera que una persona que hace un buen marketing, buscó por primera vez, después de tantos años, el inventario de las cosas hechas por el peronismo.

—¿Buscando una experiencia exitosa anterior?

—Pese a mi proximidad, puedo decir que ese plan no fue creación de José Gelbard ni de Orlando D’Adamo. Fueron Perón y Balbín. Pero sin Rucci tampoco hubiera sido posible.

JPA/MC