“Borre todo lo que tiene, borre los mensajes, borre los What-sApp, borre todo lo que pueda vincularlo con familiares, con laicos, incluso hasta con su confesor. Yo ya lo hice y haga lo mismo con las comunicaciones que tiene conmigo y las comunicaciones que tiene con el obispo”. La emisora de este mensaje es la abogada del Obispado de Reconquista, y el receptor, un sacerdote acusado de abusar sexualmente de una nena de 3 años. Para la Justicia, el objetivo era eliminar pruebas que podrían incriminarlo.
Los fiscales Rubén Martínez y Alejandro Rodríguez, junto al titular regional del Ministerio Público de la Acusación, Eladio García, denunciaron “encubrimiento” alrededor de la causa del cura Néstor Monzón, quien está acusado de abusar de una menor en la parroquia Madre de Dios, de la que estaba a cargo hasta su detención en Reconquista. Pero hace dos semanas fue dejado en libertad por el juez de la causa, aunque le prohibió acercarse a la nena y a su familia mientras dure el proceso.
Según los funcionarios, cuentan con 19 discos con escuchas que probarían las maniobras utilizadas para encubrir al cura acusado. “Las escuchas vienen a cerrar el círculo del que veníamos sospechando, de que acá no se quiere que se descubra lo que realmente pasó, sino que hay un entorpecimiento probatorio muy claro que estamos sufriendo y que imposibilita realizar nuestro trabajo como quisiéramos”, destacó el fiscal Martínez en conferencia de prensa.
Para los investigadores, la abogada del obispado, Gabriela Contepomi, fue la que se contactó con Monzón (en los días previos a su detención) para que borrara llamadas y mensajes que podrían comprometerlo. A partir de las escuchas, se dejaría en evidencia que el obispo Angel Macín –designado por el papa Francisco– estaba al tanto de la acusación que pesaba contra el sacerdote y que estaba de acuerdo con la estrategia que le planteó al cura acusado.
“Conforme a lo que hablamos con monseñor le pido por favor que borre todos los llamados y mensajes para que no haya indicios de que usted supiera”, dice la abogada en una comunicación telefónica con el cura Monzón. La letrada diocesana es contundente al decirle a Monzón que no debe haber evidencia que demuestre que todos estaban al tanto de la situación y no se presentaron espontáneamente ante la Justicia. “Lo que le pido es que hagamos esto porque si no va a quedar mal la Iglesia. Cuando lo llamen (de la Justicia) usted tiene que hacerse el sorprendido”. Luego le cuenta: “Monseñor me dijo que vaya buscando a un abogado penalista”.
Por su parte, el abogado de la familia de la víctima, Andrés Ramseyer, expresó: “Ya presentamos la denuncia correspondiente por encubrimiento contra el obispo Macín. Estos audios que salieron a la luz nos sorprenden muchísimo. Consideramos que la cúpula de la Iglesia ha tratado de encubrir la verdad”.