El juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski entró en su etapa final en un clima de máxima expectativa. Sin embargo, el veredicto no llegó. Pasadas las seis horas de deliberación, y luego de una jornada extensa que mantuvo en vilo a la provincia del Chaco, el jurado popular informó que no había alcanzado la unanimidad necesaria para resolver la responsabilidad penal de los siete imputados. La jueza Dolly Fernández dispuso entonces un cuarto intermedio hasta este sábado a las 8 de la mañana.
La decisión sorprendió a las partes, que hasta último momento esperaban una definición. Ricardo Osuna, abogado defensor de Emerenciano Sena, confirmó a la agencia NA que el cuerpo de jurados había quedado dividido. Aseguró que “no llegaron a un acuerdo” y deslizó que podría existir “una interna entre ellos”. También afirmó que su cliente, al igual que los demás imputados, se encuentra a la espera del veredicto “con la misma ansiedad que la comunidad”.
La audiencia del viernes había comenzado temprano, a las ocho, en el Centro de Estudios Judiciales de Resistencia. Fue la última jornada de debate antes de la deliberación y estuvo dedicada a las palabras finales de los imputados, la lectura de instrucciones y el retiro del jurado. La magistrada les ofreció a los siete acusados la posibilidad de expresarse antes de que el panel decidiera sobre las imputaciones por femicidio, encubrimiento, participación necesaria y otros cargos vinculados a la desaparición y muerte de Cecilia, ocurrida en junio de 2023.
El panel de doce integrantes pasó a deliberar cerca del mediodía, minutos antes de las 13. La ley establece un mínimo de dos horas de debate interno, pero el plazo puede extenderse siempre que se mantenga la posibilidad de arribar a un acuerdo. La fiscalía recordó que, en casos de esta complejidad, el jurado cuenta con un margen de hasta once días para alcanzar un veredicto unánime, aunque lo habitual es que la decisión llegue en el mismo día.
Con el correr de las horas, el clima afuera del edificio se volvió más intenso. A las 5 de la tarde, las partes fueron convocadas nuevamente a la sala porque el jurado tenía una duda que necesitaba aclarar. Esa convocatoria alimentó la expectativa y generó movimiento entre quienes seguían el juicio desde la calle. Algunos automovilistas tocaron bocinas al pasar por las inmediaciones y se vieron banderas argentinas flameando bajo la lluvia que comenzó poco después.
La deliberación avanzó, pero la unanimidad no llegó. El tribunal informó que necesitaban más tiempo y la jueza decidió suspender la jornada, reanudando la deliberación este sábado con la misma integración.
Las últimas palabras. Al inicio de la maratónica audiencia, los siete acusados tuvieron la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras.
César Sena fue el primero en tomar el micrófono. La jueza le preguntó si deseaba agregar algo a lo ya expuesto por su defensa, pero el joven negó con firmeza y respondió: “No, señoría”.
Su padre, Emerenciano Sena, también decidió intervenir brevemente. “Soy inocente, señoría. Gracias”, respondió sin mayores detalles ni cuestionamientos a la investigación como hizo durante el debate.
La declaración más extensa dentro del núcleo familiar estuvo a cargo de Marcela Acuña, la mamá de César. Comenzó afirmando su inocencia y sostuvo que es “una persona que jamás dañaría a otro ser humano”.
Dijo que el caso estuvo “mediatizado” y que existió una “utilización política” de los hechos. Aseguró que desea “que prime la verdad sobre cualquier decisión que se tome” y extendió ese reclamo hacia situaciones que, según ella, atraviesan otras mujeres. Señaló que muchas privadas de libertad sufren “una doble condena y un doble castigo social”, ya que al encierro se suma la condición de género.
También cuestionó el desarrollo de la causa al afirmar que “se inició sobre la base de una mentira con detenciones ilegales desde el día nueve” y agregó que “lo delictivo está en el poder hoy, en el poder ejecutivo”.
Luego fue el turno de José Gustavo Obregón, quien sí decidió hablar y centró su declaración en un pedido de disculpas. Se dirigió a la jueza y al jurado con la frase: “Pido perdón si por mi omisión, nunca fue mi intención lastimar o agredir a alguien”. Explicó que acompañó a César Sena “como lo he hecho infinitas veces por el cariño, el respeto y la infinita gratitud que tengo hacia sus padres”, a quienes calificó como “pilares fundamentales en mi vida y en la de mi familia”.
Fabiana Cecilia González, por su parte, no hizo uso de la palabra. Griselda Reynoso sí decidió hablar, aunque fue muy breve. “Con todo el respeto que su cargo y persona merece, no me hago responsable de lo que me culpan y me declaro inocente”, dijo.
El último en hablar fue Gustavo Melgarejo. A diferencia de Acuña u Obregón, no extendió su intervención. Aseguró que no tenía más para agregar y se limitó a decir: “Ya dije todo lo que tenía que decir”.
Tras escuchar a todos los imputados, la jueza dio por concluida la instancia de palabras finales y ordenó el paso a la lectura de instrucciones al jurado popular antes del inicio de la deliberación. Eran las 9.28 de la mañana. Y a esa hora nadie previa una jornada tan extensa y un final incierto.