El empresario S.F., de 40 años, alquiló seis meses atrás una residencia en el country Olivos Golf Club, ubicado en Malvinas Argentinas. Durante todo ese tiempo, desplegó sus dotes como golfista e hizo gala de un carisma particular. Ostentaba su título de despachante de Aduana, aunque no está claro si lo ejercía, y de CEO. También decía que hablaba tres idiomas.
F. no estaba solo. Su socio –según se desprende de la investigación–, un salteño que estaría vinculado a Delfín Castedo, el capo narco preso acusado por un homicidio y señalado como uno de los principales proveedores de cocaína del país, también arrendó una vivienda en ese barrio cerrado.
Ayer, ambos fueron detenidos por Gendarmería durante uno de los allanamientos ordenados por el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena. Están acusados de formar parte de una organización, con nexos internacionales, que planeaba enviar cocaína de máxima pureza a Europa.
En las viviendas que ocupaban en el exclusivo country –una de ellas propiedad de un empresario de la moda– los gendarmes hallaron nueve bidones con productos químicos, dos prensas, una balanza de precisión, 67 mil pesos argentinos, 7.722 dólares, 160 bolivianos, un auto, una moto BMW y una pistola pietro Beretta Gardibe calibre 22, con municiones.
Durante los allanamientos, que se llevaron a cabo en simultáneo en diferentes puntos de CABA y el conurbano bonaerense, también cayeron dos colombianos, una mujer de nacionalidad boliviana y otro argentino.
La banda estaba compuesta por los colombianos que llegaron al país para estirar la droga con un sistema “revolucionario”: utilizaban sorbato de potasio, un método que evitaba la emisión de olores y garantizaba que la droga mantuviera su calidad.
El narcolaboratorio que montaron en Villa Luro, sobre la avenida Emilio Castro, también fue allanado. Allí encontraron 25 paquetes de cocaína, una prensa, elementos de corte, sorbato de potasio, acetona, una balanza de precisión, caloventores y un microondas.
El operativo, que trascendió ayer, fue el resultado de una investigación conjunta del juzgado y la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, que contó –además– con la colaboración de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y la Drug Enforcement Administration (DEA).
El Ministerio de Seguridad de la Nación indicó que la fuerza, comandada por Gerardo Otero, también realizó allanamientos en Belgrano, Palermo y Villa del Parque, y en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.
En la calle Volta de Ramos Mejía, Gendarmería secuestró documentación de interés para la causa, celulares, un Peugeot 408, otros 16.650 dólares, 77.200 pesos argentinos y 280 bolivianos.
También en esa localidad de la zona oeste del Conurbano, de donde es originario F., detuvieron a otro miembro de la banda que se encontraba dentro de un auto, estacionado en Simbrón 3008.
Mientras tanto, en la avenida Cabildo al 3500, de Belgrano, se identificó y detuvo a otro sospechoso, y en un domicilio de la calle Cortina, en Versalles, se secuestró un rodado Renault Sandero y documentación de interés para la causa.
38 búnkeres derribados en la Provincia
Ya son 38 los búnkeres demolidos desde diciembre de 2015, según datos de un informe del Ministerio de la Provincia de Buenos Aires. El último fue derribado en Mar del Plata, durante un operativo en el que detuvieron a dos mujeres y a un menor, además del secuestro de varias dosis de cocaína.
Una de las mujeres detenidas durante el operativo cumplía arresto domiciliario por una causa de drogas. Había sido detenida en diciembre de 2016, durante un megaoperativo antinarco.
Se trató de uno de los allanamientos desplegados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en el marco del Operativo Sol 2018.
El procedimiento, a cargo de personal perteneciente a la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado, Delegación Mar del Plata, se llevó a cabo en la calle Bayley 783, lugar donde se hallaba el punto de venta denominado en la zona como El Chapón o el Point de Libertad.
Un búnker es una edificación especialmente preparada para el narcomenudeo. A menudo, posee una sola abertura por donde el vendedor entrega y recibe el dinero con el fin de comercializar sin ser identificado, pero también para evitar robos y ataques de bandas rivales.
