“Se robaron el ganado amor, confirmado”. Edilberto “Eddy” Vargas Fernández llamó a su esposa para comunicarle la peor noticia. Diana Heredia Suárez, no tardó en reprocharle: “Yo te lo dije...”. La pareja hablaba en código. El ganado sería, en realidad, un cargamento de cocaína que fue incautada antes de llegar a destino.
Según se desprende de las escuchas de la causa que desbarató una célula colombiana que traficaba cocaína a gran escala desde Argentina a Europa, Heredia parece tener experiencia y madurez en el negocio, pese a su corta edad. La boliviana de 22 años es una de las prófugas de la causa ‘narcoarroz’ y junto a su marido y otras personas de confianza, integra la lista de buscados de Interpol a pedido del juez federal Sergio Torres.
A diferencia de otras esposas de presuntos narcos, Heredia formaría parte de la organización criminal de manera activa. No sólo daría respaldo emocional a su marido, sino que las pruebas sugieren que lo aconsejaría y que se encargaría de cambiar divisas y habría dado órdenes a subordinados y hasta coordinado envíos.
Por esa razón, el juez Torres la ubicó, junto a “Eddy”, en la segunda línea de la organización que evidencia el funcionamiento de un cartel colombiano en el país. En particular, la investigación de la secretaría comandada por Verónica Bresciani deduce que Vargas sería la mano derecha de Carlos Silva Cárdenas, alias “El Mono”, uno de los líderes de la banda.
Tras el robo, Heredia llamó a quien sería su madre para contarle que su marido “se había ido a buscar plata a Paraguay porque le robaron en Bolivia y cerca de Argentina”, y que “cuando estaba entrando a la frontera, todo se lo agarró la Policía”. “Perdió mucha plata… más de doscientas unidades y estaba casi todo vendido a Europa… que perdió más de tres millones de dólares”, se lamentó. Estaba, además, preocupada por la vida de Vargas porque conocía muy bien los peligros a los que estaba expuesto. Una vez que llegó a Paraguay, Vargas volvió a comuniarse y la joven se mostró aliviada.
La joven, ex reina de belleza de Yacuma, vivió en Buenos Aires, pero viajaba de forma constante a Santa Cruz de la Sierra, su ciudad natal. Se sospecha que allí la organización central colombiana tendría otra célula encargada de obtener la cocaína. Creen que Vargas sería el encargado de ingresar la droga por Chaco y en avioneta, a través de alguna pista clandestina aún no descubierta en esa provincia, según informó Gendarmería.
En ese sentido, la investigación destaca diversas conversaciones del matrimonio en el que aludirían al transporte de estupefacientes en avionetas y a la construcción de una casa con un “hangar atrás” en la ciudad natal de Heredia.
En uno de los diálogos registrados entre la boliviana y Víctor Camargo, chofer y amigo de la pareja, hace referencia a un “control remoto que abriría la puerta de un garage de un estacionamiento donde lo esperaba un auto”. Se trataría de un Honda Civic, acondicionado para trasladar droga. El martes 6 de enero de este año, los detectives divisaron el auto en el domicilio de Camargo. Suárez y el chofer advirtieron la presencia de los detectives y “replegaron las actividades que estaban desarrollando, al mismo tiempo que se cortaron las comunicaciones entre los celulares usados por ambos”. La joven, incluso, tomó fotos de los investigadores que los seguían.
Facebook. Una de las pruebas del vínculo que une al matrimonio con integrantes de la banda es el perfil de Facebook de la boliviana. No sólo figuran las fechas en las que la joven viajó a Paraguay, Bolivia y Colombia, sino también imágenes en las que se la ve con Víctor López y Yuriano Valencia Estrada, también prófugos. Incluso, aparece retratado Silva Cárdenas, uno de los jefes. Este 20 de octubre, a un mes de haberse pedido su captura internacional el Facebook de Heredia volvió a tener actividad. Actualizó su foto de perfil con su hijo en brazos. La ‘bendición’ de un cabecilla. Carlos Olmedo Silva Cárdenas es el único de los jefes de la organización que fue procesado. A diferencia de los hermanos Erman y Williams Triana Peña, que continúan prófugos, “El Monito del Valle” fue detenido en su departamento de Belgrano. El 31 de mayo de 2014, asistió al cumpleaños de Heredia y le dedicó el mensaje que ilustra este recuadro.
Silva Cárdenas, que perteneció a la Sijin de la Policía Nacional de Colombia y aparece vinculado a Los Rastrojos, desprendimiento del Cartel del Valle, se dedicaría al manejo del flujo de dinero obtenido como consecuencia del tráfico de cocaína. “El Mono” registra una investigación en curso por lavado de activos en el Valle del Cauca, su ciudad natal. Según los informes a los que accedieron los investigadores, ya habría mantenido vínculos con el mundo criminal mientras prestaban servicios en la Policía de Colombia, al menos, desde el año 1999.