María Soledad Sotelo estaba junto a su familia pintando el frente de la casa de sus padres cuando dos motociclistas pasaron a alta velocidad cerca de sus pequeños hijos. Ella les recriminó la imprudencia y el peligro de su maniobra. Los hombres se fueron y a los segundos regresaron: le pegaron un tiro en la cabeza. La muerte de la joven de 32 años es la cuarta en 24 horas en Rosario.
El miércoles a la noche fue asesinado Alberto Vera (40) en Castellanos y Riva, en la zona suroeste de Rosario. El hombre estaba tomando mate en la puerta de su casa y un sicario se hizo presente en el lugar y le disparó. Luego se conoció el crimen del taxista Mario Esusy. El hombre de 61 años había ido a buscar a unos pasajeros y lo mataron de un tiro en un intento de robo el jueves a la 1.30 de la madrugada. Este caso generó una movilización y paro de taxistas.
En una joyería de Mendoza y San Martín, en pleno centro de Rosario, fue encontrado sin vida su dueño, Miguel Angel Gómez (55). El negocio estaba cerrado con llave y se cree que fue un homicidio pero no en ocasión de robo. Tenía un corte profundo en el cuello, que habría provocado la muerte, y un tajo en una mano como signo de defensa del ataque de su homicida.
Soledad. “En un segundo nos sacó a nuestra hija. La descerebró, le hizo saltar un ojo”, contó a Rosario 3 Miguel, papá de Soledad. El atacante es un vecino de la víctima, aunque aún está prófugo.
Los vecinos apuntaron a un grupo de unas 30 personas que se juntan en una calle cortada que hay en el barrio. “Es una guarida de faloperos”, dijo Miguel.
El hombre contó que su hija había ido hasta su domicilio, en Alsina al 2800, junto con su marido y sus dos hijos (un nene de 7 años y una nena de 5) para ayudarlos a pintar el frente.
“Es muy triste lo que pasó. Dejaron a dos nenes sin su mamá”, escribió en las redes sociales un allegado de la víctima.
El crimen de la mujer se produjo el jueves último cerca de las 20, en Alsina al 2800, del barrio San Francisquito. Murió una hora después en el hospital.