POLICIA
conmovedor encuentro en el hospital de berisso

La embarazada baleada salió de terapia y recibió a Píparo

<p>Ambas perdieron a sus bebés cuando fueron atacadas durante un robo. Se abrazaron y lloraron juntas. &ldquo;Fue emocionante&rdquo;, reveló un familiar.</p>

| Télam

Dos historias. Dos embarazos. Robos, tiros y muerte. El caso de Mery Vidal Borda (31), la mujer embarazada que esta semana fue baleada en Berisso y perdió a su bebé, trajo a la memoria un suceso emblemático: el ataque que sufrió Carolina Píparo (32) en 2010. Ambas sobrevivieron a la peor de las pesadillas y estuvieron juntas por primera vez en una habitación del hospital Larraín. “Se abrazaron y lloraron. Fue emocionante y necesario”, contó a PERFIL un familiar de Mery.

“Ayer (por el viernes) Mery no estaba bien, estaba bajoneada, pero cuando nos dijeron que Carolina (Píparo) la quería visitar levantó el ánimo”, cuenta Marina, hermana de la mujer baleada. Píparo llegó acompañada de su marido, Ignacio Buzali, aunque él prefirió quedarse en uno de los pasillos del hospital. Su esposa entró sola a la sala común, donde la víctima está alojada desde el jueves pasado, cuando salió de terapia intensiva. Mery lloró y Carolina no pudo evitar la emoción. “La queríamos conocer, el encuentro era muy importante para mi hermana. Pasaron por lo mismo, y ella está sufriendo mucho”, reconoció Marina y agregó: “Se abrazaron y lloraron juntas. Hablaron de la pérdida del bebé y de la superación. Ambas recordaron el ataque que sufrieron”.

El lunes pasado, dos motochorros sorprendieron a Vidal en su local de la calle 21 entre 167 y 168, en Berisso. El delincuente, que no quedó conforme con la plata que le entregó la mujer, le disparó en el abdomen.

Mery estaba embarazada de 26 semanas (casi siete meses). “Me mataron al bebé”, gritó mientras se agarraba la panza. Wilder, su marido, ingresó corriendo y encontró a su mujer tirada en el piso. El agresor escapó junto a otro joven que lo esperaba en la moto. Eran las 19.45. La zona estaba oscura, y la única cámara de seguridad instalada en la zona no grabó nada. Dos jóvenes, de 19 y 21 años, fueron detenidos horas después. Vivían a pocas cuadras.

Píparo fue atacada en la puerta de su casa del barrio platense de La Loma, después de haber retirado dinero de una ventanilla del banco Santander Río, el 29 de julio de 2010. En esa sucursal un integrante de la banda la había marcado. Dos motochorros la atacaron a veinte cuadras del banco. Carolina no se resistió, pero recibió un balazo. Fue derivada de inmediato al hospital de Gonnet: allí nació Isidro, pero su cuadro siempre fue complicado.

Triste coincidencia. El 5 de agosto de 2010 Isidro no pudo aguantar, y luego de una semana de agonía, perdió la vida. Exactamente tres años después Mery era asaltada en su comercio y un delincuente le disparaba en el vientre. Sofía, como llamaron a la beba, sobrevivió muy poco tiempo.

El caso Píparo terminó con cinco de los siete acusados condenados a prisión perpetua, por el ataque a la mujer y la muerte de Isidro. Este caso será tomado de la misma manera. La carátula preliminar es “homicidio agravado por el uso de arma en ocasión de robo criminis causa y tentativa de homicidio agravado criminis causa”, que prevé como pena máxima cadena perpetua.

Píparo no quería que la prensa se enterara de su visita. Por eso se comunicó con el abogado de la familia de Vidal, Martín Sabando, un día antes del encuentro. “Nos ofreció su ayuda en lo que necesitemos. Nos vamos a mantener en contacto”, contó Marisa. Por otro lado, Wilder, esposo de Mery, pidió una ayuda social porque desde que ocurrió el ataque no pudieron reabrir el negocio. “No tienen quién les atienda la verdulería”, explicó el abogado.

Mery, en tanto, sigue mejorando. Dejó terapia y sueña con el alta médica, aunque todavía no le adelantaron cuándo será. “Ya empezó a comer”, contó su hermana.

 

Uno de los detenidos es hijo de un policía

Los dos acusados tienen antecedentes por robos. El que fue señalado como el autor material es hijo de un policía y el otro fue acusado de cometer tres asaltos en lo que va del año.

Nahuel Víctor Jesús Caliva (21) está sospechado de haber sido el autor del disparo que provocó la muerte de la beba. Unos mensajes de texto que un allegado de Caliva entregó a la Policía lo comprometen. “Amigo me teme k hase la segunda fui a roba y mate a una embarazada (sic)”, escribió en uno de ellos. La Policía lo detuvo dos días después del ataque. El vive con su mamá y sus hermanos. “Nos informaron que su padre es policía y trabaja en la comisaría segunda de Berisso”, dijeron a PERFIL fuentes de la investigación. El viernes pasado, el joven se negó a declarar. Ayer la policía realizó un allanamiento en donde secuestró ropa de Caliva para peritar, en búsqueda de rastros de pólvora.

El otro detenido, Aaron Cáneva (19), se proclamó inocente y culpó a Caliva y a otro hombre de nombre Fabián. Por ahora, ambos siguen detenidos.