Juan Carlos Cardozo fue condenado ayer a reclusión perpetua por tiempo indeterminado por asesinar a la hija, la hermana y la abuela de Romina Martínez, su pareja. Los jueces, además, ordenaron que investigaran a la joven. Sospechan que tuvo responsabilidad en el crimen.
El crimen de Marisol (6), Florencia Martínez (15) y Nilda Ham (76) ocurrió el 27 de agosto de 2012 en Benavídez, cuando Cardozo entró a la casa de su pareja y apuñaló a las tres mujeres con un cuchillo tramontina. Cardozo confesó el crimen y describió cómo había asesinado a cada una de las víctimas. Dijo que había sido poseído, que actuó “fuera de sí”, bajo la orden de “una voz” e influenciado por la religión umbanda que profesa.
“Detalló con toda prolijidad cada uno de los crímenes, cómo había procedido, la mecánica que utilizó, pero no se acordaba o decía no recordar qué ocurrió entre un crimen y otro ni cómo acomodó los cadáveres. Esto ha demostrado que no actuó bajo ninguna patología que lo declare inimputable”, expresó el fiscal del juicio, Ricardo Juan.
El Tribunal Oral 7 de San Isidro no dio crédito a la versión de Cardozo y lo condenó a reclusión perpetua por “homicidio agravado con alevosía” y “homicidio criminis causa” por tiempo indeterminado. No podrá gozar de libertad condicional ni de salidas transitorias. Además, los jueces imputaron a su mujer. Creen que Romina tuvo responsabilidad en el crimen y ordenaron que se abra una investigación. El fiscal considera que hay “una serie de elementos” para sospechar que la joven fue “instigadora, encubridora o partícipe” del triple crimen. Juan tuvo en cuenta “los dichos de la madre” de la propia joven en el juicio y que Cardozo habría merodeado un día antes la casa donde ocurrió el hecho. Sobre el móvil, Juan expresó: “Sobrevoló una sospecha de que podía estar relacionado con la propiedad o el presunto regalo de una propiedad por parte de la abuela para cuando falleciera”.
El fiscal describió al condenado como “un sujeto sumamente violento, manipulador, y que tenía reacciones inesperadas y sumamente violentas cuando algo no satisfacía sus necesidades”.