El ex sacerdote Carlos José, acusado de abuso sexual por al menos dos ex alumnas del colegio San Francisco Javier de la localidad bonaerense de Caseros, se entregó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 14 de San Martín, adonde llegó acompañado de su abogado para prestar declaración indagatoria, y quedó detenido “por orden del juez de garantías”, informaron fuentes de la fiscalía.
El cura está imputado por “varios hechos” de abuso sexual simple y gravemente ultrajante y la denuncia en su contra fue presentada en abril pasado por dos mujeres que eran menores cuando ocurrieron los abusos, hace más de una década, y fue difundida por los medios a principios de esta semana, cuando también se supo que José había renunciado al sacerdocio y la fiscalía no lograba notificarle su imputación.
Mailin Gobbo, una de las víctimas, relató que algunos de los episodios de abuso sexual ocurrieron en un campamento organizado por el colegio San Francisco Javier, donde Carlos José era párroco.
“Él (Carlos José) además de dar misas y confesar, era el representante legal del colegio, y andaba por todos lados, incluso sacaba a los alumnos de las aulas todo el tiempo ‘para confesarlos’”, contó una de las víctimas.
La joven aclaró que sólo tiene recuerdos nítidos de haber sido abusada por el sacerdote desde los 11 años, pero agregó: “Él compartió mi vida desde que tengo 5 años hasta mis 20 (...) hay cosas que bloqueé para poder sobrevivir y por miedo”.
Hasta el jueves pasado eran tres las mujeres que habían declarado contra el ex sacerdote ante la fiscalía de San Martín, que está a cargo de la investigación. “Ya somos tres las personas que declaramos y hoy -por ayer- se contactó conmigo la hermana menor de una compañera de colegio, pero me dijo que todavía no sabía si se animaba a denunciarlo”, dijo Gobbo.
"Una injusta generalización”
Un grupo de sacerdotes de la Diócesis de San Martín manifestaron su “dolor” por la “injusta generalización” a toda la autoridad eclesiástica tras el caso de Carlos José, al tiempo que afirmaron que la “fidelidad a la Iglesia no significa silencio cómplice”.
En una carta dirigida a toda la comunidad cristiana de San Martín, los religiosos expresaron “sentir dolor” no sólo por las situaciones de abuso relatadas sino también “por la duda que se crea en muchos acerca del abordaje que las autoridades eclesiásticas han hecho de la situación”.
“Se genera una injusta generalización ‘todos los curas son pedófilos’, una profunda pérdida de credibilidad de la institución eclesial”, lamentaron en el comunicado.
Con la imputación de José, ya son 65 los miembros de la iglesia católica argentina denunciados por abuso sexual desde que en 2002 estalló el escándalo del cura Julio César Grassi.