El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, quien investiga la causa de espionaje ilegal y extorsión que encabezó Marcelo D'Alessio, podría llegar a los tribunales de Comodoro Py, un sector con el que mantuvo tensión por el caso del falso abogado y espía. Está ternado para la vacante en la Cámara Federal porteña que preside Martín Irurzun.
El magistrado tiene intenciones de volver a Capital Federal. Para eso, rindió y aplicó para dos opciones distintas: la Cámara Federal porteña y un Tribunal Oral. Sin embargo, también quedó ternado y con el mejor resultado para el juzgado electoral de La Plata, el que más empleados judiciales tiene del país. Según pudo saber PERFIL, Alejo Ramos Padilla no tendría un interés mayor en alguno de ellos.
Mientras aguarda por la decisión del Presidente, quien debe definir por su futuro, Ramos Padilla prepara la causa D'Alessio para elevarla a juicio oral. Sólo resta que ratifiquen los procesamientos del fiscal Carlos Stornelli y el periodista Daniel Santoro, apuntados por participar de las extorsiones, y que se confirme el rechazo como arrepentido al falso abogado.
Precisamente es por esa causa por la que se destapó un fuerte confrontamiento del macrismo y sectores de Comodoro Py hacia el juez. Fue denunciado a pedido de Mauricio Macri en el Consejo de la Magistratura con el apoyo de Germán Garavano y Juan Bautista Mahiques por aceptar la invitación de la Comisión de la Libertad de Expresión del Congreso y contar el escandaloso caso que tenía en sus manos. La denuncia fue desestimada, aunque no fue la única: el fiscal Stornelli presentó escuchas que alegó recibir de manera anónima y acusó a Ramos Padilla de planificar una operación ("Puf") contra él por estar investigando los cuadernos de las coimas. Curiosamente, la denuncia cayó en manos de Bonadio, quien le pidió explicaciones al juez de Dolores.
Espionaje ilegal en Argentina: historias de escuchas, secuestros y muertes
Ramos Padilla sigue de cerca las nuevas investigaciones sobre presunto espionaje ilegal. En parte, porque entre las revelaciones figura una que lo involucra indirectamente: las escuchas a los presos de Ezeiza, sobre las que Stornelli basó su acusación, eran parte de ese entramado. Ramos Padilla dice a su entorno que está tranquilo, que ningún elemento lo puede manchar. Y cree, según cuenta en privado, que Macri puso en "jaque a la democracia" con los servicios de inteligencia.
La intención del anterior gobierno siempre fue que la causa se desarmara y siguiera su camino únicamente en Comodoro Py, cuyos agentes judiciales estaban siendo investigados por el magistrado. La Cámara de Mar del Plata ratificó siempre el desempeño de Ramos Padilla y es por eso que pudo seguir los rastros de D'Alessio hasta encontrar 47 operaciones concretas y en detalle que incluyen espionaje, lavado, extorsión, siempre bajo la figura de una asociación ilícita que también integraron ex agentes de la AFI como Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi.
Desde el entorno del juez, aguardan que se termine su trabajo en el caso para definir su futuro, quizá, al lado de un camarista (Irurzun) recordado durante el macrismo por una doctrina de prisiones preventivas que no serían bien vistas por el magistrado de larga trayectoria y vínculos con los derechos humanos.
Ramos Padilla inició su carrera judicial en Comodoro Py, a sus 18 años y precisamente por recomendación de Irurzun, por entonces amigo de Juan Ramos Padilla, padre del magistrado de Dolores y juez camarista.
Sobre los nuevos escándalos de espionaje, el juez mantiene hermetismo absoluto mientras siga su instrucción, aunque es bien conocida su mirada crítica sobre el rol que cumplieron agentes de inteligencia en convivencia con jueces y funcionarios que realizaron escuchas ilegales, luego filtradas en medios de comunicación, como el "operativo puf" que se disparó originalmente por una causa de narcotráfico que seguía el juez de Lomas de Zamora, Federico Villena, ahora a cargo del espionaje macrista.
J.D. / M.C.
