Ciudad vs Nación: el Ejecutivo presentará su escrito y la Corte estará en condiciones de decidir
El gobierno tiene hasta las dos primeras horas de mañana para presentar su descargo. La idea en tribunales es imprimirle velocidad al trámite una vez que eso suceda. Horas claves para un conflicto que va mucho más allá de las clases.
Magistrados. Lorenzetti, Highton, Rosenkrantz, Maqueda y Rosatti deben definir si el DNU del Presidente es constitucional. |
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El gobierno nacional jugó su carta de estirar los tiempos hasta el final y aprovechó el máximo posible que le da la ley para presentar su descargo en el marco del conflicto Ciudad-Nación, que tramita en la Corte Suprema de Justicia nacional.
Este lunes 26 de abril vencía el plazo para que entregaran su posición refutando la presentación del gobierno porteño por la presencialidad de las clases y sobre los alcances del último Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) pero tal como lo indica la justicia tienen una prórroga hasta las dos primeras horas de mañana para hacer su descargo. La Procuración del Tesoro Nacional, a cargo de Carlos "El Chino" Zannini, hará uso de ese tiempo. El motivo no es, obviamente, jurídico sino político.
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Este viernes 30 se cumplen las dos semanas de vigencia del DNU 241, cuestionado por Ciudad, que ordenó que las clases volvieran al modo virtual, con lo cual los tiempos juegan a favor del oficialismo, ya que en pocos días más el planteo por ese aspecto está cerca de devenir abstracto. Sin embargo, la decisión de la Corte puede ir más allá de la medida cautelar y expedirse sobre la cuestión de fondo, ya que lo que la Ciudad cuestiona es que el DNU viola su autonomía. Por eso, el mundo jurídico concentra todas las medidas en lo que decidirá el máximo tribunal en una decisión de impacto jurídico, pero sobre todo político, en un contexto convulsionado.
Precisamente el contexto general no pasa desapercibido en el Palacio de Tribunales, donde hubieran preferido que las diferencias políticas se zanjen en el terreno de la política y no en el de los expedientes. Un deseo lejano si se tiene en cuenta que en los últimos años la judicialización de la política se convirtió en regla. La única diferencia con esos momentos y estos es, fundamentalmente, que la situación general actual asoma mucho más grave.
Por su parte, los jueces trabajan desde la semana pasada en sus votos. Así, una vez que se reciba el escrito del gobierno se prevé que rápidamente se le corra vista a la Procuración General de la Nación, que dará un dictamen en el caso, y luego, ya de vuelta en la Corte, la voluntad está en que el fallo salga lo antes posible. Fue precisamente la Procuración que el viernes 16, mismo día en que entró la demanda de Ciudad y la Corte le corrió vista, sostuvo que el tema era competencia originaria del máximo tribunal.
Ese fue el primer movimiento rápido de la Corte, que apenas unos días después abrió el caso y comenzó a tratarlo, dándole además un trámite rápido. Así corrió vista al Estado Nacional para que dé su opinión en el caso. Para hacerlo, y por jurisprudencia, les correspondía el plazo de cinco días hábiles, que vencían hoy con límite hoy en las dos primeras de mañana.
El impacto de la decisión de la Corte será de distintas magnitudes dependiendo si desde Talcahuano al 500 se inclinan por fallar entorno de la cautelar que presentó el gobierno porteño, o bien si se expiden sobre el tema de fondo. En el que, en definitiva, se disputa la constitucionalidad o no del artículo 2 del último decreto presidencial, en el que la Ciudad sostiene que se está violando su autonomía.
El mundo jurídico mira con atención lo que dirán los votos en general, pero fundamentalmente los de los ministros Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti, reconocidos no sólo por sus roles en la Corte sino también porque ambos fueron convencionales constituyentes en la Convención de 1994, en la que se le dio autonomía a la Ciudad. Otra de las vocalías que atrae miradas es la de Elena Highton de Nolasco. La única mujer de la Corte consideró que el caso no era competencia originaria de la Corte, por lo que se espera que no vote, aunque si quisiera, podría hacerlo. Incluso para fijar su posición.
Cómo se terminará conformando el fallo es un misterio, ya que el hermetismo ronda el máximo tribunal. Lo que es seguro es que, hasta ahora y a pesar de muchas miradas y evaluaciones, la Corte dio señales de la importancia de imprimirle rapidez al caso, que podría haber decidido no tratarlo. No es menor. Pero lo que viene es lo que terminará definiendo qué sucede en una pelea entre Nación y Ciudad, que atraviesa sus días más turbulentos.
