Florencia Kirchner vuelve al país poco más de un año después de su viaje a Cuba, a donde llegó para participar de una actividad vinculada al cine. El viaje fue autorizado por el Tribunal Oral Federal (TOF) 5, que tiene bajo su órbita las causas “Hotesur” y “Los Sauces”. En ambos expedientes, Florencia está procesada y enviada a juicio oral y público junto a su madre, Cristina Kirchner; y su hermano, Máximo, entre otras personas. Desde ese Tribunal salieron los pedidos de informes sobre el estado de salud de la joven, de 29 años, una vez que desde La Habana se informó que se quedaba allí por motivos de Salud y que no volvería tal como estaba planeado.
Los pedidos de salud luego fueron actualizados, a medida que se prolongaba su estadía en la isla. El último de ellos fue a mediados del mes pasado, pocos días después de que Florencia reapareciera en público con una foto en la red social Instagram. El mismo no llegó a ser entregado y tampoco tenía plazo de presentación.
Gran parte de la posición que el Tribunal mantuvo desde el comienzo de la estadía de Florencia en tierra cubana tuvo que ver con que el debate oral y público aún no tiene fecha de inicio, por lo cual su ausencia en el país, no complica, ni complicaba, el trámite de los expedientes.
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Su defensa, encabezada por Carlos Beraldi, siempre presentó la documentación que se le solicitó tanto acreditando el estado de salud como los domicilios en Cuba. “Siempre estuvo a derecho, su situación no difiere de la de miles de procesados que están en el exterior hasta que empiece su juicio”, sostuvo una alta fuente tribunalicia a PERFIL. La misma insistió en que no había obligación de hacer volver a la joven por la ausencia de una fecha de comienzo de juicio.
Los expedientes en los que Florencia está procesada se acumularon ante el TOF 5 luego de haber sido investigados por separado. Fue luego de que lo decidiera, en mayo de 2019, la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal. En las dos causas no sólo hay imputados en común, sino que se investigan maniobras similares en las que las acusaciones son sobre lavado de dinero y asociación ilícita.
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En el caso Hotesur se investigó el alquiler de habitaciones de los hoteles de la familia Kirchner por las empresas de Lázaro Báez, principal beneficiario de la Obra Pública en Santa Cruz (lo que es motivo de otra causa judicial). Los hoteles eran gerenciados por la firma Hotesur y la sospecha de la justicia es que se simularon las contrataciones de las habitaciones como una forma de facturar y que así reingresara dinero blanco a los Kirchner. La hipótesis del caso es que el dinero pagado por Báez por esas habitaciones que no se usaron, era el que recibía por los contratos que incluían sobreprecios, adéndas, e incumplimientos entre otros posibles desmanejos.
Una lógica similar fue la que se dio en el caso Los Sauces, donde el eje de investigación fueron los alquileres pagados por Báez y Cristóbal López, a la otra firma de los Kirchner. En este caso, las propiedades utilizadas para las maniobras investigadas incluían también departamentos en Recoleta y Puerto Madero.
CD/FF