El esperado fallo de la Corte Suprema de la Nación sobre lo que pasará con las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires podría salir en las próximas horas, y, según pudo saber PERFIL, por el momento la balanza estaría inclinada a favor del jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
El fallo de la Corte Suprema saldría mañana 4 de mayo, y uno de los cinco miembros no votaría: se trata de Elena Highton de Nolasco. Por el momento, se habrían presentado dos votos compartidos en la misma línea, de los jueces Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti, que favorecerían a la Ciudad de Buenos Aires en su reclamo para que sigan las clases presenciales, al darle la autonomía necesaria para resolver sobre esa cuestión en particular del decreto nacional firmado por Alberto Fernández.
A la espera de los votos de Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, que podrían llegar en cualquier momento, la disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y el Presidente de la Nación por las clases presenciales podría tener un final pronto. El funcionario de la oposición contradijo lo dispuesto por el decreto que anunciaba las restricciones, entre ellas la suspensión de las clases presenciales y la vuelta a la virtualidad para todos los estudiantes de la zona del AMBA, calificada como de "alarma epidemiológica".
Rodríguez Larreta prepara su propio decreto para blindar las clases presenciales
Lo hizo a través de un fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Capital Federal que hizo lugar a un planteo de un grupo de padres para que hubiera clases presenciales. Rodríguez Larreta tomó ese fallo y anunció que habría clases. Sin embargo, un fallo del tribunal Contencioso Administrativo Federal contradijo a la resolución porteña y ordenó a Larreta acatar el decreto.
Pero la respuesta del gobierno de la Ciudad fue "esperar al fallo de la Corte Suprema", que fue al que el propio gobierno acudió para resolver esta cuestión. Y, mientras tanto, mantuvo las clases presenciales, generando un fuerte debate en la sociedad y tensión con el gobierno nacional.
Por su parte, la zona de la provincia de Buenos Aires incluida en el AMBA acató, por orden de Axel Kicillof, a rajatabla el decreto. En el medio, el gobernador bonaerense le dejó fuertes críticas a Larreta y lo comparó con el ala más dura la oposición, Patricia Bullrich.
Los vaivenes de la disputa por las clases presenciales
La semana pasada, el procurador general interino de la Nación, Eduardo Casal, dictaminó que era inconstitucional el DNU que suspendió entre el 19 al 30 de abril las clases presenciales en el AMBA. En su dictamen, sostuvo que el decreto no estaba fundamentado para tomar una medida como la suspensión de las clases que dependen de la ciudad de Buenos Aires por la autonomía que tiene sobre la educación como todas las provincias del país.
Clases presenciales: la Corte Suprema prepara el fallo al borde de que expire el decreto
“Considero que los argumentos expuestos en la norma impugnada no alcanzan para fundar un estado de necesidad que permita legitimar la suspensión de la concurrencia a los establecimientos educativos en todos sus niveles”, sostuvo Casal en su presentación de 49 páginas.
El procurador señaló que el gobierno nacional tiene las facultades sobre la salud en todo el país y para tomar medidas de emergencia en casos excepcionales, como lo es una pandemia, pero que deben estar fundamentadas, lo que a su criterio en ese caso no ocurrió.
Cada extremo en esta disputa tiene distintas interpretaciones al respecto de la injerencia o no de las escuelas presenciales sobre los casos de Covid-19 positivos que se dispararon en esta segunda ola. Desde el gobierno porteño dicen que los casos en las escuelas representan un porcentaje ínfimo del total, mientras que el gobierno nacional advierte que es el movimiento, el transporte y la acumulación de padres en las puertas de los colegios lo que aumenta considerablemente los contagios.
Los números aún son confusos, y los ministros de Salud y Educación de Alberto, Carla Vizzotti y Nicolás Trotta, habían dicho antes del anuncio de las clases virtuales que las escuelas eran seguras y lo último que debería cerrarse.
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