Florencio Randazzo dijo a su entorno que resistirá el embate de sus pares en el Gobierno y que seguirá en la gestión “acompañando a Cristina” hasta el 10 de diciembre. A menos que lo echen. Pero eso difícilmente ocurra. Hace una semana cuestionó a la Presidenta por haber elegido a Daniel Scioli como candidato del oficialismo. Ayer, criticó sin nombrarlo al gobernador. Varias veces lo acusó de no tener “gestión” en la provincia de Buenos Aires. Y en un comunicado dijo que “es desde la gestión, y no desde los discursos, desde donde se transforma la calidad de vida de la gente”.
Esta posición poselectoral del ministro está generando malestar entre sus pares del gabinete.
Sus ahora enemigos dentro del Gobierno opinaron en diálogo con PERFIL que el único destino posible para el ministro es dentro de una estructura no peronista como Cambiemos. Aunque él sistemáticamente negó que vaya a ocupar algún cargo en el próximo gobierno. En contraposición con esto, Randazzo mantiene un vínculo estrecho con Emilio Monzó, el ministro de Gobierno porteño. También, con otros funcionarios del PRO.
Pero en el entorno del ministro le imaginan otro destino, con un lugar en la renovación del peronismo, sobre todo, del bonaerense, donde tiene más peso. Algunos de sus críticos creen que es por esa razón que está tomando distancia de algunas decisiones que toma o tomó la Presidenta, como la de haber optado por Daniel Scioli. Otros se lo atribuyen a su “rencor” o su enojo por haber quedado fuera de la carrera por la presidencia.
Uno de los que lo cuestionaron la semana pasada fue el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, su antiguo padrino político. Dijo que el ministro del Interior y Transporte apuesta a una derrota del Frente para la Victoria. Julio De Vido, sin nombrarlo, lo calificó de traidor. Y el kirchnerismo duro lo acusó de estar trabajando para fortalecer su proyecto personal. Ayer, fuentes del entorno del funcionario aseguraron que no contestarán “a lo que opinan otros”.
En sintonía con su decisión de continuar, pero tomando cierta distancia, el ministro sigue apuntando a fortalecerse como un “gestor”. Primero, hizo un acto en la Casa Rosada para nombrar al directorio de Ferrocarriles Argentinos. Y ayer destacó el récord de pasajeros en el ramal San Martín, como consecuencia de la renovación de la estructura ferroviaria y de las formaciones en el área metropolitana. “Así es como se puede aportar a un proyecto político”, dijo. Y pidió que quienes lo sucedan en el cargo continúen sus políticas.
“El Flaco quedó muy mal parado frente al peronismo”, opinó un funcionario de línea directa con la Presidenta. Él, por ahora, no se inmuta.