Para ser ministro o secretario de Estado en el próximo gabinete de Cristina Kirchner hay que cumplir con un requisito excluyente: ser ultrakirchnerista. Con la misma lógica que armó las listas, dejando afuera a sectores históricos del PJ, la jefa de Estado diseñará su equipo de trabajo. Hay un nombre que no se discute, el de Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico. No es sólo el que le cuida la firma a CFK, es, también, el hombre que planifica la política y la gestión a su lado.
En la Casa Rosada hay puestos que quedarán vacantes sí o sí. Es el caso, por ejemplo, del Ministerio de Economía. Hay una danza de nombres que incluyen, en primer lugar, al titular del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega. En segundo lugar suena el actual viceministro, Roberto Felleti, y en el tercero, Diego Bossio. Lo que ocurre con el joven economista Bossio es que, se dice, Boudou –quien ostentaría la vicepresidencia– le aconsejó que se quedara en la Anses. Lo que es seguro es que el actual Ministro de Economía tendrá influencia casi determinante en la designación de su reemplazante.
Otro cargo clave es el de la Secretaría de Comercio Interior. Como se dice que Guillermo Moreno podría pasar al Banco Nación, su lugar debería ser ocupado por otro. “Lo quiero a Iván Heyn”, dicen que comentó Moreno a sus allegados. El economista de La Cámpora cumple, para Moreno, con el perfil necesario para determinar políticas económicas claves como las restricciones a las importaciones.
Otro nombre que suena para ocupar ese cargo es el de Axel Kiciloff, actualmente director del Estado en Techint. Pero a Kiciloff todavía lo miran con desconfianza. Hasta marzo, la página web del sitio Cenda (Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino), que integra Kiciloff, promocionaba un índice de precios (IPC) paralelo al del Indec que controla Moreno. Desde entonces, Kiciloff fue promovido dentro del Gobierno y otra de sus miembros, Cecilia Nahón, fue colocada a trabajar junto a Luis Kreckler.
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