POLITICA
en la mira de la justicia

Cristina eludió hablar de su imputación y festejó en el Sur

Apareció en un acto en El Calafate. En un sector del Gobierno y del PJ no hay tanto optimismo. Temen que los afecte en las elecciones.

Feliz. Así dijo sentirse la Presidenta, desde su lugar en el mundo.
| Telam

“Para que no nos roben la alegría, ningún pueblo puede construirse sin alegría. Por eso siempre quieren ver tristes a los pueblos, y nosotros estamos y como siempre digo, estamos tercamente empecinados en brindar alegría”. Esa fue la única alusión que ayer, después de haber sido imputada por encubrir el atentado a la AMIA, hizo la presidenta Cristina Kirchner sobre la decisión judicial. Lo consignó en un discurso público que brindó desde El Calafate, donde inauguró un anfiteatro para 20 mil personas.

Pero antes había colgado en su muro de Facebook las palabras que había dicho el miércoles en su cadena nacional, cuando criticó la marcha de silencio en homenaje a Alberto Nisman –autor de la denuncia–: “¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos... nosotros nos quedamos con la asignación universal por hijo, con las jubilaciones, con el matrimonio igualitario, con la ampliación de derechos (...)”. Después eso fue editado, y colgaron otra frase en la que Cristina había dicho: “Nosotros tenemos la misión de capear los temporales que nos provocan desde afuera y desde adentro, para conservar la mesa de los argentinos”.

En su estrategia conocida de siempre redoblar la apuesta, y acompañada, entre otros, por el ministro de Planificación, Julio De Vido, y por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, la jefa de Estado intentó mostrarse contenta. “Tengo felicidad”, dijo.

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Sin embargo, en un sector del Gobierno y en el PJ no son tan optimistas. A partir de encuestas internas que manejan funcionarios y operadores políticos del peronismo, la imagen de Cristina Kirchner estaría en su peor momento desde que asumió en 2011, según se lo confiaron a PERFIL algunos de ellos. Otro dato es que en esas mediciones empieza a aparecer como principal preocupación de los argentinos la corrupción. “Eso es síntoma de fin de ciclo. Eso le pasó al menemismo”, analizó uno de los operadores oficialistas a este diario. No creen que sea irreversible, pero ven la situación complicada.
El temor es que lo que denominan una “cadena de desaciertos” por parte de la Casa Rosada desde la muerte de Nisman termine por afectar al Frente para la Victoria en la elección general de octubre. Explican que el principal beneficiado en este contexto es el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que tendrá test electorales anticipados en los que podría obtener buenos resultados (como en Santa Fe). “Lo que se instaló ahora es la necesidad de un cambio, salvo por el núcleo duro que sigue bancando. Mientras esto siga así, nos va a afectar en las elecciones”, indicó un funcionario K a este diario.

Daniel Scioli, quien se supone es quien mejor mide en la interna K, no fue afectado por la muerte de Nisman, pero al deteriorarse la imagen del Frente para la Victoria termina por perjudicarse. “Es imposible que Scioli se despegue del espacio”, explicó el mismo funcionario.

Ayer, sin embargo, hubo varios funcionarios y diputados oficialistas que salieron a respaldar ciegamente a la Presidenta. Calificaron la denuncia de “ficción”.