El lujoso Salón Bustillo del Hotel Llao Llao logró reunir al ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al senador por el FpV Miguel Pichetto y a la diputada por el PRO Gabriela Michetti, en el marco de la 34ª Convención del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Si bien hubo cordialidad, abundaron los cruces en la hora y media de debate que compartieron.
Arrancó Fernández, representando al Frente Renovador: “Si comparamos Argentina con el 2003, estamos mucho mejor, pero si lo hacemos con el 2008, estamos mucho peor. El gobierno nacional plebiscitó su gestión en las PASO y le salió mal. El sueño de Cristina eterna se ha convertido en ver cómo sobrellevamos los próximos dos años. No lo digo yo. Lo dijo Scioli”, señaló.
En todo momento, Fernández intentó mostrar su cercanía con Néstor Kirchner: “La llamada democratización de la Justicia es un vulgar intento del Gobierno de meterse en la administración de ella. Con esto, Cristina borra algo bueno que Néstor había logrado: una Corte independiente”.
Por su parte, Michetti comenzó diciendo que en su última participación le habían cuestionado “la informalidad” de su disertación.
“Entonces, esta vez les traje un PowerPoint con muchísimos datos, mucha información”, advirtió, y rápidamente pasaron imágenes del informe. Cuando se terminó, Michetti dijo: “Ahí tienen, lo pueden pedir y se los paso. Soy política, prefiero provocarlos”.
Ante el murmullo, comenzó Pichetto: “La última vez que diserté en el IAEF me insultaron. Les aclaro que la simpatía y el buen humor no son una cualidad. No tengo condiciones para la diplomacia”. Y se refirió al polémico acuerdo YPF-Chevron: “El gran desafío de Argentina es poner en valor uno de los yacimientos más importantes del mundo. Este sistema va a cambiar la matriz productiva de nuestro país. Los países serios fijan un marco regulatorio y extraen los recursos. No se quedan únicamente con los conceptos ambientalistas, el concepto verde, idílico. No hay nada más contaminante que la pobreza extrema”.
Michetti fue terminante: “En la década del 90, la pobreza estructural en Argentina alcanzaba el 30%, y según un informe de la UCA, hoy la pobreza es del 28%. Es el único país de América latina en el que no bajó la pobreza estructural”.
Pichetto interrumpió con sarcasmo: “Yo no creo en esas encuestas. Y encima, ¿quién las hizo? ¿La UCA? Menos”. La respuesta no se hizo esperar: “Claro, usted cree en el Indec”.