Hay una parte del peronismo incómoda con su candidatura. O porque no se siente representada con sus ideas o porque niegan que haya una interna en Unión por la Patria, aludiendo a que Sergio Massa es el candidato “de unidad”. Sin embargo, Juan Grabois está decidido a correrle el debate hacia la izquierda bajo el eslogan de “Tierra, Techo y Trabajo”, y es precandidato a presidente con la premisa de representar a los barrios populares y las organizaciones sociales. Incluso, se jacta de ser el candidato que más similitudes tiene con Cristina Kirchner, a pesar de que la vicepresidenta inclinara su apoyo por el ministro de Economía.
Los orígenes de su militancia están en los barrios populares. Pero su capital político lo construyó a partir de otros aspectos: un abogado de 40 años que habla de historia, geopolítica y trae a la agenda mediática sin filtro temas que surgen de debates con intelectuales como los que muestra en sus reportajes con Jorge Fontevecchia; o bien un fuerte vínculo con el Papa Francisco que lo acerca a la Iglesia y la religión.
La crisis del 2001, el primer paso
Grabois comenzó a organizar y defender a las personas que veía revolver la basura para buscar cartón y comida durante la crisis del 2001. Mientras, estudiaba derecho, profesión que le daría luego la posibilidad de dedicarse a representar a los cartoneros, cuya actividad era ilegal en ese entonces. También se dedicó al derecho laboral y a divorcios.
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Su trabajo social, combinado con las raíces peronistas de su padre Roberto “Pajarito” Grabois -histórico dirigente peronista que en los 70 lideró la Federación Estudiantil Nacional (FEN) y en los 90 trabajó para Carlos Menem- y la religión católica de su madre Olga Isabel Gismondi (médica pediatra) lo llevaron a conocer a la figura que cambiaría su vida: Francisco Bergoglio.
El vínculo con el Papa Francisco
Lo conoció cuando era arzobispo de Buenos Aires. El peronismo y el interés por los más vulnerables hicieron que rápidamente entablaran una relación de amistad. Grabois viajó muchas veces a Roma una vez que Bergoglio fuera proclamado Sumo Pontífice. Más adelante, sería nombrado consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz.
Paralelamente, ya había fundado el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). En 2021, lo nombraron miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.
Las organizaciones sociales y el acercamiento a la política
Mientras la representatividad de Grabois crecía durante el gobierno de Macri, su estrecha relación con el Papa y la diferenciación que tenía respecto de los históricos dirigentes sociales hicieron que fuera considerado “un distinto” hasta por los propios funcionarios macristas, que además lo veían como un puente para mejorar la relación con el Vaticano.
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Ya no sólo tenía la fuerza de su organización y el aval del Vaticano sino que había entablado diálogo directo con el gabinete de Macri. Pronto, las organizaciones sociales de la CCC y Barrios de Pie se alinearían con él y formarían la UTEP.
La lealtad hacia Cristina Kirchner
Pero Grabois dio el salto en la política partidaria a partir de su acercamiento a Cristina Kirchner, cuando comenzó la causa de los Cuadernos de las Coimas. Fue hasta Comodoro Py a bancar a la expresidenta.
La idea de formar un frente que tuviera kirchnerismo, barrios populares y sumara presencia entre los más jóvenes con Ofelia Fernández conformó el Frente Patria Grande, que le dio tres diputados nacionales a Grabois en 2019. Una de sus propuestas recurrentes en aquel entonces era el salario universal, que nunca pudo conseguir del gobierno de Alberto Fernández.
Más adelante, el intento de homicidio de la vicepresidenta en septiembre del 2022 fue la escena más explícita de apoyo y lealtad de Grabois. No sólo convocó a marchas en repudio por el ataque sino que aseguró que si fuera presidente indultaría a Cristina. Es por esa lealtad que siempre tuvo el respeto y hasta el aval de Fernández de Kirchner para ser candidato.
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Las disputas contra Etchevehere y Lewis
Otro de los proyectos de Grabois es el "Artigas", que busca llevar habitantes de las ciudades a desarrollar trabajos de agricultura ecológica al campo. Para eso, defendió a Dolores Etchevehere frente a la disputa con su familia por unas tierras, que incluyó un escándalo de 15 días con cámaras de televisión, acusaciones de tomas de tierra y un litigio que involucra a la familia de la Sociedad Rural Argentina.
En una línea parecida se registró el viaje de Grabois y algunos de sus militantes a Lago Escondido, con el fin de llegar al predio que el empresario Joe Lewis tiene prácticamente bloqueado por las dificultades para llegar y la seguridad privada que impide el paso al lago patagónico. Si bien llegaron al predio, volvieron a registrarse incidentes.
Grabois candidato
Con el Frente de Todos estuvo al borde de la ruptura en más de una ocasión, y le atribuyó la culpa al fracaso del gobierno de Alberto. Ese sería su momento: comenzó a trabajar sus propuestas con otro dirigente joven: Eduardo “Wado” de Pedro. Iban a ser los candidatos de Cristina, pero la fórmula se cayó. Grabois pidió ir a una interna y a pesar de tener marcadas diferencias, al kirchnerismo le convenía para marcarle el terreno a Massa y a la coalición para cuidar la fuga de votos a la izquierda.
A partir de allí, Grabois se vistió de candidato y comenzó a visitar todos los medios de comunicación para contar sus propuestas para "resolver el problema de la vivienda en Argentina" que consisten en garantizar "un lote propio, urbanización de los barrios populares, alquileres justos y construir nuevos horizontes en pueblos del país". Asimismo, propone la regulación del mercado inmobiliario con impuestos a la vivienda ociosa y la conformación de un stock de viviendas de uso social.
JD / Gi
