La muerte del fiscal Alberto Nisman y la marcha del 18F marcaron las estrategias electorales de los principales candidatos a la Presidencia. Aceleró acuerdos, modificó el mensaje de los presidenciables y también su actitud. Mientras Sergio Massa y Mauricio Macri intentaron aprovechar el nuevo clima marcado por los reclamos de Justicia, Daniel Scioli se replegó ante las cámaras y se refugió en la gestión. Buscó no quedar salpicado por el impacto negativo que la movilización tuvo en el kirchnerismo.
Desde el Frente Renovador aceptaron que hubo un cambio en la estrategia. “Agregamos un mensaje de mayor institucionalidad”, confió a PERFIL el propio Massa. En su entorno adelantaron que lanzarán un paquete de leyes vinculadas a la Justicia y los delitos de corrupción, y que realizarán una amplia convocatoria a toda la oposición para que acompañe las iniciativas.
En lo que refiere a la agenda de Massa no cambió demasiado el último mes: se buscó consolidar la imagen del ex intendente de Tigre en el norte del país. Por ello estuvo la semana pasada en el carnaval en la Puna jujeña junto a los radicales Gerardo Morales y José Cano, candidatos a gobernador de Jujuy y Tucumán, respectivamente. “Seguimos con la lógica del pluralismo peronismo-radical”, confiaron en el FR. Ayer continuó con esta idea en Chaco. En el massismo insisten, de todas maneras, en que gran parte del interés que suscita el caso Nisman en el área Metropolitana no es el mismo que en el Interior, donde el tema pasó con menos intensidad.
Estrategia PRO. Para Macri la muerte de Nisman fue un tema central. De hecho, según confiaron en el PRO, aceleró el acuerdo con Elisa Carrió, lanzado dos semanas después de la muerte del fiscal. “En las últimas semanas tenemos más demanda de acuerdos electorales”, confía uno de los asesores del jefe de Gobierno, quien agrega que incluso partidos pequeños del Interior que jugaron con el kirchnerismo hoy están tomando distancia del Gobierno.
Al igual que Massa, la agenda del líder del PRO no cambió, en cuanto a sus recorridas, pero sí se intensificó el discurso vinculado al cambio que supone su candidatura. “Nosotros interpretamos que el 18F potenció la necesidad de cambio. Lo de Nisman es muy grave en términos institucionales y, en ese sentido, potencia esa necesidad de cambio para el país”, opinó ante este diario el apoderado del PRO, Humberto Schiavoni.
Verano naranja. Por su lado, en el entorno de Scioli aseguraron que intentaron sostener la agenda de campaña, compuesta en su inmensa mayoría por la gestión, aunque aceptaron que el caso Nisman les quitó espacio en los medios de comunicación. En este sentido esperaban un “verano naranja”, pero el caso Nisman quitó los ojos de la costa atlántica. Como solía hacer, el gobernador bonaerense mutó a un discurso “más sensible, para generar más empatía con el dolor de los demás”, según analizó uno de sus colaboradores. Sin embargo, la estrategia de diferenciación con respecto al Gobierno mutó ayer, cuando criticó a los sectores que buscan un golpe político”.