POLITICA

El album de fotos de Cristina en su "accidentado" viaje por China

La gira, programada meses antes, tuvo lugar en pleno escándalo por el caso Nisman. Silla de ruedas, Twitter y chistes ofensivos.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su gira por China
| Télam

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner todavía estará en el aire al momento de publicarse esta nota. La jefa de Estado regresa de una accidentada gira por China que, si bien estaba programada de antemano, le podría haber servido al gobierno para plantear una agenda de información alternativa en medio del escándalo por la muerte, aún caratulada como “dudosa”, del fiscal Alberto Nisman. El viaje, en cambio, sirvió para generar más controversias por los acuerdos firmados con el país oriental y por los escandalosos tuits de la mandataria. 

La comitiva -integrada también por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el de Economía, Axel Kicillof; el de Agricultura, Carlos Casamiquela; el canciller Héctor Timerman, y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri- partió el 1 de febrero hacia la escala en Marruecos. Atrás quedaban, para la presidenta, un encendido discurso para la militancia en Casa Rosada y los mensajes, primero por redes sociales y luego en cadena nacional, para defenderse de las acusaciones del Caso Nisman.

La fractura bimaleolar de tobillo izquierdo que sufrió Cristina a fines de diciembre sería un punto clave en su discurso: se la vio en silla de ruedas en la cadena nacional en la que habló de la muerte del fiscal y hasta hubo que instalar una rampa en Casa Rosada. La misma lesión que obligó a mandar al vicepresidente Amado Boudou al acto de reasunción de Evo Morales en Bolivia no impidió que la mandataria visitara al principal socio comercial y ahora prestamista de Argentina. Ya desde Marruecos, @CFKArgentina comenzaría a hablar de su recuperación médica.

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Como ya es costumbre, la presidenta se volcó a Twitter, uno de sus medios de comunicación preferidos, para relatar su viaje a través de China, a pesar de que la red social está bloqueada y prohibida en ese país. El periodista Jorge Rial sugería, mientras tanto, que los mensajes eran enviados desde argentina. "Ya pude caminar tramos de 20 minutos con la bota. Igualmente, siempre me acompañan dos personas a mi lado… por las dudas", escribía quien estuviera a cargo de la cuenta de la presidenta, en medio de anuncios de reuniones con empresarios y funcionarios chinos.

Los mensajes de Cristina se centraban en defender la “alianza estratégica” con China. Los acuerdos firmados (telecomunicaciones, energía nuclear y facilitación de visas, entre otros puntos clave), fueron criticados por la oposición por ser excesivamente ventajosos para el país oriental. La presidenta de los 40 millones de argentinos y argentinas también destacó que “estamos en condiciones de producir alimentos para 500 millones de personas”, el mismo día que se conoció un nuevo caso de muerte por desnutrición en la provincia de Salta, que se suma a los ocurridos en Chaco.

Pero sin dudas uno de los puntos más controversiales de la gira de Cristina por China fue su insensible y cuasi racista mensaje sobre “La Cámpola” y el “aloz”. Al destacar la asistencia de mil personas a uno de sus eventos, escribió: "Más de 1.000 asistentes al evento… ¿Serán todos de 'La Cámpola' y vinieron sólo por el aloz y el petlóleo?..." El mensaje "bromeaba" con el supuesto acento chino (aunque la confusión entre L y R es más común a Corea y Japón) y fue visto como una ofensa en el país oriental. Y luego en el resto del mundo: decenas de medios internacionales criticaron a la presidenta. La revista New Yorker dijo CFK “se las arregló para insultar a un quinto de la humanidad en menos de 140 caracteres” y la cadena BBC incluso propuso meterla presa. Las críticas y los chites en nuestro país tampoco se hicieron esperar.

Nada de eso detuvo a Cristina, que continuó tuiteando sin reconocer su gaffe internacional. En sus últimos mensajes antes de emprender el regreso, habló de la reunión con el presidente Xi Jingping y mencionó su recuperación médica. "Me fui en silla de ruedas, vuelvo caminando", comentó. Y cerró con un "Zài jiàn", o "adiós" en Chino.

El panorama que le espera a su regreso “con escalas” es el mismo que cuando se fue: la sociedad y la política siguen conmocionadas por el caso Nisman. Y la denuncia que presentó el fiscal contra ella y sus funcionarios antes de morir ya tiene juez a cargo. El delito que se le adjudica podría caratularse como “de lesa humanidad”. Es decir, imprescriptible. Un problema que no se borra ni con tuits ni con viajes al exterior.